STAR TREK - JTK

Star Trek-JTK narra las aventuras de la nave de la Federación de Planetas Unidos -USS James T. Kirk-.

La acción se inicia unos tres años después de los hechos narrados en DS9.

viernes, 29 de mayo de 2020

B&D 02 - El enemigo oculto




Sólo el enemigo te enseña tus puntos débiles.
Sólo el enemigo te enseña sus puntos fuertes.
Y las únicas reglas del juego son qué puedes hacerle
y qué puedes impedir que él te haga.”

ORSON SCOTT CARD
(El juego de Ender)


El peor enemigo es el encubierto”

LUCIO ANNEO SÉNECA


I

Dax estaba en la taberna cercana al astropuerto de Oneless Town tomando una cerveza. Después de lo sucedido en la aldea de las montañas, Belita y él habían decidido tomarse unos días de relax.

-¿Es usted Llorenç Dax?

Se volvió hacia la voz. Era una pareja. Él humano, ella, a juzgar por el intento de sondeo mental que percibió, betazoide. Por suerte, a lo largo de sus viajes, había aprendido a bloquear esos sondeos.

-¿Quién lo pregunta? -respondió.


-Alguien que necesita transporte rápido a Betazed. Nos han dicho que su nave es rápida.

-¿No han oído hablar del “Belleza Klingon”?

-No. ¿Deberíamos?

-No hay nave más rápida en este sector. ¿Cuál es la carga?

-Nosotros dos, un tercer compañero cuya identidad permanecerá oculta durante el viaje y... ninguna pregunta a responder.

-¿Están huyendo de alguien?

-Digamos que queremos evitar entrar en contacto con las autoridades.

-Eso os costará más caro.

-¿Cuanto?

-Mil lingotes.

Hasta ese momento, el hombre había mantenido el peso de la conversación con Dax, pero al oír la cifra, la mujer intervino.

-¿Estás loco? Por ese precio podríamos alquilar un yate.

-¿Y quien pilotaría, preciosa? ¿Tú?

-Seguro que...

El hombre apoyó su mano sobre el hombro de su compañera haciéndola callar.

-Podemos darte quinientos ahora y...mil quinientos más cuando lleguemos a nuestro destino.

-¿Dos mil? Es un trato. ¿Cuando queréis partir?

-Lo antes posible.

-De acuerdo, dentro de dos horas. Muelle 18.

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Cuando llegó al muelle, deseando contarle a su compañera el “trabajito” que había conseguido, se encontró con una escena inesperada.

B'Elena se encontraba en la escotilla de entrada de la nave apuntando con su disruptor a un grupo de cuatro hombres. Llorenç reconoció al líder del grupo. Se trataba de Darono, el jefe mafioso de Orión que les había encargado su último trabajo de contrabando.

-¿Donde está Dax? -preguntaba el orión en el momento que este entraba en el muelle.

-Detrás de ti -respondió el trill.

-¡Dax! ¿Porqué te escondes de mi? ¿Sabes lo que me ha costado encontrarte?

-No me escondo de ti Darono, sino de la Federación.

Darono se acercó a Dax y pasó un brazo sobre sus hombros.

-Dax, eres un buen piloto, me gustas. Pero comprenderás que no puedo permitir que mis empleados lancen al espacio su carga ante el primer problema que se encuentran.

-Vamos Darono, era una patrulla de la Federación, tú habrías reaccionado igual. Y no soy uno de tus chicos, no me compares con esos estúpidos.

-Eres un buen chico Dax. Tú y tu hermosa compañera trabajáis bien. Por eso voy a darte una oportunidad. Si me devuelves ahora mismo el importe de la carga que arrojaste al espacio, os perdonaré la vida.

-Sabes que no dispongo de esa cantidad. Pero tengo un trabajito que me dará lo suficiente. Solo tendrás que esperar unos días.

-Bien, por la amistad que nos une, esperaré un poco. Tienes quince días. Después de eso, si no pagas tu deuda, pondré precio a tu cabeza.

-Es un trato. Y ahora, desaparece de aquí, pronto llegarán mis clientes.

-Recuerda, quince días. Ni un minuto más.

Darono hizo una seña a sus hombres y todos abandonaron el muelle.

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Dax puso en antecedentes a B'Elena sobre su nuevo trabajo y esta, se puso inmediatamente a calentar motores.
El “Belleza Klingon” era un carguero klingon tipo T'Yat´h. El trill había implementado varias mejoras en la nave que habían aumentado sus prestaciones. Velocidad y escudos eran comparables a los de una patrullera federal. Dax también la había dotado de dos cañones phaser que había conseguido en el mercado negro.

Faltaban pocos minutos para la hora convenida cuando la pareja que les contrató, acompañados de un tercer personaje, aparecieron a la carrera, intercambiando disparos phaser con una patrulla de la Federación. Llorenç, que les vio llegar desde la escotilla de entrada, llamó a su compañera.

-¡Lena! Arranca esta cafetera ya, tendremos que salir por patas.

Sacó su disruptor y empezó a disparar contra los perseguidores mientras sus pasajeros entraban en la nave. Cerró la escotilla y corrió hacia la cabina de pilotaje.

-Sentaos donde podáis y abrocharos el cinturón -les dijo mientras pasaba frente a ellos.

Se sentó en el asiento del piloto y comprobó que B'Elena ya lo tenía todo a punto.

-Larguémonos de aquí cagando leches -dijo poniendo en marcha el carguero.

El Belleza Klingon levantó el vuelo y se dirigió a la estratosfera. Al salir a espacio abierto se encontraron con tres patrulleras que estaban esperándoles.

-Contactan con nosotros -dijo la klingon.

-Abre un canal. Solo audio.

Por los altavoces del carguero se escuchó una voz autoritaria.

-Carguero klingon, paren motores y prepárense para ser abordados.

-Y un cuerno amigo.

Hizo una seña a B'Elena y esta cerro la comunicación.

-Levanta escudos y carga los phasers, solo por si acaso.

Dax esquivó las patrulleras y emprendió la huida.

Las naves federales les persiguieron y empezaron a disparar.

-¿A qué esperas para saltar a warp? -inquirió desde la sala común el hombre que les había contratado.

-Esto es un carguero klingon, no una nave federal. La computadora requiere más tiempo para calcular las coordenadas de destino. Además...

Calló cuando una andanada les alcanzó.

-Los escudos resisten -dijo B'Elena.

Dax emprendió maniobras evasivas, esquivando nuevas andanadas de las patrulleras.

-Coordenadas fijadas -dijo la klingon.

Dax pulsó los controles adecuados y el Belleza Klingon desapareció en un estallido warp.

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Una vez en el hiperespacio, Dax y B'Elena se libraron de sus cinturones de seguridad y fueron a la sala común, donde les esperaban sus clientes. Dax estudió al nuevo personaje. Por su estructura parecía un varón. Iba vestido con una túnica con capucha y una máscara cubría su rostro.

-Bueno -dijo. -No nos molestarán más por el momento. Llegaremos a Betazed en dos días. Mientras, acomodaos. B'Elena os mostrará vuestros camarotes.

Mientras la klingon se llevaba a sus pasajeros, el trill se sentó en uno de los sillones y empezó a darle vueltas al asunto. Allí pasaba algo muy raro. Salió de su ensimismamiento cuando notó que su compañera se sentaba a su lado.

-Supongo que has reconocido a esos dos -dijo ella.

-Si. Son William Riker y Deana Troy, dos altos oficiales de la Federación. Las preguntas clave son... ¿Porqué esos dos están huyendo de las tropas federales? y... ¿Quién es ese tipo que se oculta tras una máscara?


II

-Una vez conocí a un Dax, fue en DS9, su anfitrión era una mujer, Jadzia creo recordar.

Riker y Dax estaban en la sala común, jugando una partida de ajedrez tridimensional.

-No era yo.

-Pero el nombre...

-En el mundo trill, hay millones de simbiontes. ¿Cree que todos usan nombres diferentes? De hecho, Dax es un nombre bastante común entre ellos.

-¿En serio?

-Si. Tanto como entre ustedes podría serlo...William, por ejemplo.

Dax pudo leer la sorpresa en el rostro de Riker al oír el nombre, pero este se sobrepuso enseguida.

-No se me había ocurrido pensarlo.

-Suele pasar...¿Y qué hay de su chica, donde se ha metido?

-Está haciendo compañía al tercer miembro de nuestra expedición.

-No va a decirme quién es ese fantoche ¿verdad?

-No le interesa. Ese tema está cerrado señor Dax.

-Como quiera. Quien paga manda. Y el tratamiento que me debe no es señor, es capitán.

-¿Capitán? -preguntó Riker en tono sarcástico.

-Tal vez el Belleza Klingon no sea una bonita nave de la Flota Estelar, pero es mi nave y yo soy su capitán. Respete eso o le echaré fuera por la escotilla más cercana. ¿Queda claro?

-Como el agua...capitán.

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Unas horas más tarde, Dax se reunía con B'Elena en su camarote.

-¿Le has sonsacado algo a la betazoide?

-Nada. Cada vez que saco el tema, se cierra en banda.

-Lo mismo que Riker. Tal vez sea mejor así. Limitémonos a cobrar por el viaje y olvidémonos del asunto.

-Tal vez tengas razón. De todas formas, llegaremos mañana, así que dejaremos a esos tres en Betazed y nos largaremos.

-Ojalá sea así de fácil.

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-Dentro de dos horas saldremos de warp, cerca de la órbita de Betazed. Dígame, ¿qué vamos a encontrarnos allí?

-Seguramente a un par de naves de la flota esperando nuestra llegada -respondió Riker.

-Y no estarán allí para darnos la bienvenida, supongo.

-Supone bien. Pero si sigue mis instrucciones, saldremos bien de esta.

-¿De qué demonios está hablando?

-Unos amigos están esperando nuestra llegada. Nos facilitarán la entrada al planeta.

-¿Qué me impide deshacerme de ustedes ahora mismo y dar media vuelta?

-¿Esos dos mil lingotes?

-Son un buen argumento. Espero no tener que arrepentirme.

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Dos horas después el Belleza Klingon salía de warp muy cerca de Betazed. Dax y B'Elena estaban a los mandos y Riker en el asiento trasero.

-Detecto dos naves federales -dijo la klingon. -Una galaxy y una constelación.

-No escatiman medios -respondió Dax. Y volviéndose a Riker preguntó -¿Y esos amigos tuyos, donde están?

-Sitúate sobre estas coordenadas planetarias -respondió este entregándole un pad -y lánzate en picado a la superficie.

-¿Un picado? Seremos un blanco fácil.

-Tenemos un cañón iónico allí. Creará un túnel de protección alrededor de esta nave.

-¿Y cuando lleguemos a la superficie qué? ¿Nos sentamos y esperamos a que nos capturen?

-Tranquilo, está todo preparado, sabrás lo que hay que hacer cuando lleguemos.

Dax y B'Elena pilotaron la nave entre los disparos de phaser de las naves de la federación. Cuando llegaron sobre las coordenadas fijadas, el Belleza Klingon efectuó un rizo y se lanzó en picado. Pronto les rodeó una serie de descargas iónicas que bloqueaban los phasers federales.

-Están enviando patrulleras en nuestra persecución -anunció B'Elena.

-Seguid -dijo Riker. -Pronto nos libraremos de ellas.

Continuando su picado, el Belleza Klingon atravesó la capa de nubes.

-¡Maldición, estamos sobre un océano!

-Tranquilo, mira allí.

Dax miro hacia el punto que le señalaba Riker. Un rectángulo parecía abrirse sobre la superficie del océano y a través de él podían ver una especie de hangar.

-¿Qué diablos es eso? -preguntó B'Elena.

-Es un barco -respondió Dax sorprendido por la inventiva de aquella gente, fueran quienes fueran. -Un barco con un dispositivo de ocultación.

III

En el hangar reinaba una actividad frenética, allí donde miraban se veía gran cantidad de gente muy ocupada realizando labores diversas. Deana y el enmascarado se retiraron nada más apearse del carguero. Riker se quedó con ellos.

-Bueno, ya les hemos traído a donde querían. Ahora, pague y nos iremos cagando leches -dijo Dax.

-No tan deprisa. Ahora no pueden irse. Esas naves siguen esperando ahí fuera.

-Ese es nuestro problema.

-Y el nuestro. No podemos arriesgarnos a que les capturen y les sonsaquen lo que han visto aquí.

-Tenía que habérmelo imaginado -dijo Dax echando mano de su disruptor.

Pero antes de poder desenfundarlo, recibió un fuerte golpe en la cabeza y todo se volvió negro a su alrededor.

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Despertó tumbado en un camastro. Se sentó y frotándose la parte de su cráneo que había recibido el golpe echó un vistazo a su alrededor.
Se encontraba en una habitación de unos dos metros de lado sin ventanas. Aparte del camastro donde estaba sentado, había una mesa, una silla y, en una de las esquinas, un retrete y un lavamanos. Eso era todo.
Se levantó y fue al rincón de los sanitarios. Orinó y luego se refrescó la cabeza, la cara y el cuello. Eso le animó un poco y echó un segundo vistazo a su celda. No había nada más que ver. Buscó en sus bolsillos y comprobó que se los habían vaciado. Luego se acercó a la puerta y la examinó con más atención, era de un material sólido y resistente, ni soñar con echarla abajo, tenía una mirilla ancha que le permitió ver el pasillo del exterior. No había panel de control en el interior de la celda y no podía hacer un agujero en la pared para alcanzarlo sin ningún tipo de herramientas. Finalmente, examinó el marco y una sonrisa asomó a su rostro. Se sentó en la silla y esperó.

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B'Elena se encontraba en una celda idéntica dando vueltas como un tigre enjaulado. Ya había destrozado a golpes la mesa y la silla, pero nadie hizo caso del alboroto que armó. Su hombro derecho le dolía por los intentos de echar abajo la puerta de la celda.
Cuando golpearon a Llorenç, no pudo hacer nada por defenderle. Pronto se vio obligada a dejarse llevar hasta allí bajo la amenaza de varios phasers. Llevaba varias horas encerrada y aún no le habían dicho como se encontraba el trill. Finalmente, su carácter guerrero estalló y empezó a aporrear la puerta lanzando maldiciones en todos los idiomas que conocía.

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Horas más tarde la puerta de la celda de Dax se abrió para dejar paso a Riker cargado con una bandeja.

-Hola capitán. Te traigo la cena.

-Ya sabes donde puedes metértela, Riker.

-¿Temes que esté envenenada? No seas tonto, si te quisiéramos muerto ya te habríamos matado.

-Entonces me necesitáis vivo -respondió el trill examinando la bandeja. El menú consistía en una sopa de tomate (por lo menos olía como tal) y una especie de legumbres estofadas. Los cubiertos eran de plástico. -Y ya me imagino porqué -añadió con una sonrisa.

Dax atacó la cena sin dejar de sonreír. Se sorprendió al comprobar que no era replicada.

-Si. Imagínate nuestra sorpresa cuando la computadora de tu nave se negó a arrancar los motores si no le introducíamos un código de voz. De tu propia voz.

-¿Para qué podéis necesitar mi chatarra?

-Es un buen disfraz. ¿Vas a darnos ese código?

Riker dejó sobre la mesa un aparato grabador.

-No voy a ponértelo tan fácil capitán Riker. ¿Sigues siendo capitán?

-Verás, no soy Will Riker. Soy su...hermano, Tom.

-Ya veo. ¿Entonces esa betazoide...?

-No, tampoco es Deana Troi. Es un doble. Pero es una betazoide auténtica. Puede que ella si consiga sonsacarte.

-Que se ahorre el esfuerzo. Estoy entrenado para evitar esos sondeos mentales.

-Mmmm... Te creo. Entonces, tal vez tu compañera...

-Jajaja. Si alguien intenta sonsacarle algo a B'Elena, me gustaría estar ahí para verlo. Además, ella no conoce el código.

-Entonces no nos dejas otra salida. Tendremos que usar medios más agresivos.

-¿Qué harás, torturarme?

-La tortura es un método demasiado bárbaro, e ineficaz con alguien como tú, me temo. Pero hay ciertas drogas que podrían harte cantar como un jilguero.

-¿Quienes sois realmente? ¿Y de qué va todo esto?

-¿Quién quiere sonsacar a quien ahora? ¿Vas a darme ese código?

-Ni borracho.

-Descansa Dax. Volveré en una hora con una enfermera y un hipoespray.

-Procura que sea guapa.

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Dejó pasar media hora, se puso en pie y se acercó a la puerta. Sacó un alambre que llevaba oculto en el cuello de su chaqueta y agarrándolo con el puño de la camisa, lo introdujo por la rendija que separaba el marco de la propia puerta. Empezó a deslizarlo alrededor de todo el marco hasta que se produjo un chispazo y la puerta se abrió con un siseo.

-Los trucos más viejos suelen ser los que mejor funcionan -dijo para si.

Echó un vistazo al pasillo vacío y salió de la celda.

IV

En el pasillo había varias puertas que daban a otras celdas como la suya. Miró a través de las mirillas hasta que encontró la que ocupaba B'Elena, dio unos golpes para atraer su atención.

-Hola preciosa, intentaré sacarte de aquí.

Al lado de la entrada había un panel con un teclado numérico. Probó varias combinaciones al azar sin obtener ningún resultado. Entonces empezó a sonar una alarma.

-Lárgate ya -dijo ella. -No dejes que te capturen.

-No voy a dejarte aquí.

-Si te quedas te cogerán. Vete, si lo consigues ya volverás a por mi.

-Lo haré, te lo juro nena.

-Lo se. Y cuando lo hagas, te meteré ese “nena” ya sabes por donde.

-Esa es mi chica.

Le envió un beso a través del cristal de la mirilla y salió a la carrera.

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Al final del pasillo estuvo a punto de darse de bruces con un guardia, esperó tras una esquina a que este estuviera de espaldas y le aplicó el pinzamiento vulcano. El guardia cayó redondo al suelo.

“Lo dicho, Los trucos más viejos...” pensó.

Se apoderó del phaser del guardia y lo graduó en la posición de aturdir. Aún no quería cargarse a nadie, no hasta que averiguara de que iba todo ese tinglado.

Continuó avanzando, esquivando grupos de gente armada que andaba buscándolo. En un par de ocasiones tuvo que hacer uso del phaser para librarse de guardias que vigilaban puntos estratégicos hasta que finalmente, pudo encontrar el hangar. Se escondió tras unas cajas y echo un vistazo.
El hangar se encontraba vacío a excepción de seis hombres haciendo guardia alrededor del Belleza Klingon. Manipuló la célula de energía de su phaser para que esta se sobrecargara, dejó el arma en el suelo y buscó otro escondite.
Cuando el arma explotó, los seis hombres fueron corriendo hacia el lugar dejando al carguero sin vigilancia. Dax aprovechó para introducirse en su nave, pero estaba subiendo la rampa de entrada cuando vio que alguien estaba saliendo del interior. Reconoció a la mujer que se hacía pasar por Deana, le dio un puñetazo y se la cargó al hombro sin detener su carrera. Una vez dentro, dejó a la mujer en el suelo y cerró la compuerta.
Se dirigió a la cabina de mandos y ocupó el asiento del piloto.

-Hola preciosa -dijo. -Enciende los motores.

“Hola preciosa” era la clave de voz que la computadora exigía para cumplir esa orden. Dax tuvo la satisfacción de oír como arrancaban los motores.

-Carga los phasers y apunta hacia proa.

Replegó el tren de aterrizaje y empezó a girar el carguero para encararlo a la salida.

-¡Fuego!

Los phasers dispararon andanada tras andanada mientras el Belleza Klingon daba la vuelta causando destrozos por todo el lugar. Luego avanzó hacia las puertas que saltaron en pedazos ante la potencia de los phasers. Salió al exterior y se dirigió a la estratosfera.

-Detén el fuego. Muéstrame un mapa del sector.

Dax observó la pantalla.

- Veamos que tenemos más cerca...Computadora, introduce la coordenadas del sistema Obrom y salta a warp3 cuando salgamos de la atmósfera.

-Saltar a warp dentro de un sistema planetario implica grandes riesgos de...

-Lo se computadora. Cumple la orden.

El Belleza Klingon esquivó a tres patrulleras que se le echaron encima en las capas superiores de la atmósfera y desapareció en un estallido warp.

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Dejó la cabina y fue a recoger a la chica. La dejó en el sofá de la sala común y la despertó.

-Bien, ahora vas a responder a unas cuantas preguntas. Para empezar tu nombre.

-Me llamo Deana T...

“Plaff”. Dax cortó la respuesta con una bofetada.

-Se que tú y tu amigo Riker no sois quien decís ser. Tu verdadero nombre.

-Lenora.

-Eso está mejor. ¿De qué va todo ese tinglado que tenéis montado?

-No tengo ni idea.

“Plaff”

-Te lo juro, no se de que va.

-Explícate.

-Soy actriz. No una actriz importante, solo papeles pequeños. El caso es que estaba participando en una obra de teatro cuando se me acercaron dos tipos que querían contratarme.

-¿Para interpretar a Deana?

-Eso es. La paga era buena, realmente buena, e incluso me pagaron la cirugía estética para que mi nariz se pareciera más a la de Deana. Solo tenía que acompañar a Riker y si alguien me preguntaba, dar unas respuestas concretas a preguntas concretas. Nadie me contó que estaban planeando.

-Está bien, te creo.

-¿Qué vas a hacer ahora conmigo?

-No lo se. Tal vez te venda como esclava en Obrom II. Los dioses saben que necesito pasta.

-¡No puedes decirlo en serio!

-No, solo bromeaba. Pero, tal vez pueda cambiarte por B'Elena. Ya veremos.

V

Obrom II es un planeta clase M en el que reside una colonia de la Federación de 25,000 habitantes. Un buen lugar para esconderse durante unos días. La colonia tenía pocos recursos y aún estaba recuperándose de la invasión de los jem'hadar durante la guerra con el Dominio.

Dax estaba en una taberna, bebiendo una jarra de la amarga cerveza local e intentando elaborar un plan para rescatar a B'Elena cuando sintió el contacto del cañón de un arma en su espalda.

-¡Pero si es Llorenç Dax! He oído que Darono ofrece una recompensa por tu cabeza.

-Ese malnacido dijo que me daba quince días, no ha pasado ni la mitad de ese tiempo.

-¿No te dijo tu mamá que no te juntaras con malas compañías?

El individuo retiró el arma de la espalda de Dax y, ante la sorpresa de este, le estampó un fuerte beso en la coronilla. El trill se dio la vuelta para ver quien era el tipo.

-¡Thargor!-dijo dando un abrazo al muchacho. -Te hacía recolectando hongos en Kentara V.

-Decidí que no estaba hecho para esa vida.

-¿Y esa chica que hizo que te quedaras en la aldea?

-Bueno... estaba bien, pero un día pronunció la palabra fatal y esa misma noche me largué del lugar.

-¿Qué palabra fatal?

-”Matrimonio”.

-Jajaja. ¿Y cómo has acabado aquí?

-Es una larga historia. ¿Y qué hay de ti? ¿Y B'Elena?

-La respuesta a ambas preguntas, es una historia aún más larga.

-Entonces, pidamos más cerveza y pongámonos al día.

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Los dos guardias estaban ante la puerta de la celda de B'Elena. Uno de ellos llevaba una bandeja con comida, el otro tenía su phaser desenfundado. El primero observó a través de la mirilla. Vio a la klingon tumbada en su camastro, de espaldas a la puerta.

-¿No deberíamos traerle otra mesa? -preguntó.

-¿Para que también la destroce? Que se esté un par de días comiendo en el suelo, así se lo pensará mejor.

El que llevaba el phaser abrió la puerta y ambos entraron. El de la bandeja se acercó a B'Elena mientras el otro se quedaba junto a la puerta con el phaser levantado.

B'Elena se giró rápidamente y una de las patas de la mesa salió volando de sus manos para impactar en el rostro del hombre del phaser, reventándole la nariz y arrancándole dos dientes. Aprovechando la fuerza del giro, se puso en pie y saltó sobre el tipo de la bandeja, dejándolo inconsciente con un par de puñetazos. Se apoderó de las armas de ambos y salió de la celda a toda pastilla.

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-Vaya lio gordo en el que te has metido. Ese tinglado me huele a la Sección 31 -dijo Thargor tras escuchar la historia de Dax.

-Si, ya había pensado en ellos, pero... no se, esa gente tiene muchos recursos, ¿para que necesitaban al Belleza Klingon? ¿Y quién es el fantoche de la máscara? Creo que es otra cosa.

-Tal vez tengas razón. Ahora tenemos que pensar en como rescatar a B'Elena, el resto es secundario.

-¿Tenemos?

-Claro, no pienso dejarte solo en este fregado. Ademas, Belita también es amiga mía.

-¡Que no se entere de que la has llamado así!

-Si tú no se lo dices, yo tampoco.

-Gracias amigo. Te lo compensaré, de un modo u otro.

-Ni lo menciones.

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Cuando la alarma por su fuga empezó a sonar, B'Elena ya había encontrado un escondite en un almacén, entre unas cajas. Sería difícil que le encontraran allí, y en todo caso, tenía los dos phasers para defenderse. El problema sería encontrar la forma de conseguir agua y comida y también como deshacerse de sus residuos corporales. Se sentó con las piernas cruzadas, cerró los ojos y se concentró en calmar sus instintos klingon que le gritaban que saliera de allí y se liara a tiros con todos los que se cruzara.

“Aunque consiguiera escapar, ¿a donde iría?. Estoy en un barco, maldita sea” -se dijo. “Lo primero es conseguir comida y un lugar que pueda usar como letrina. Si resisto un par de días sin que me encuentren, me será más fácil encontrar una vía de escape”.

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-Me temo que solo hay una cosa que podamos hacer -dijo Dax. -Contactar con la Federación.

-¿Y que les dirás? Hola, soy el capitán del carguero Belleza Klingon y llamo para revelarles el paradero de la gente que buscan en Betazed. No se...Piensa que para ellos tú y tu compañera formáis parte de este complot, rebelión o lo que sea.

-Tendremos que contactar con ellos a través de un canal secundario.

-Mmmm... Puede que tenga la solución. Conozco a alguien.

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El teniente Adam Grant, jefe de seguridad de la nave de la Federación “USS-James T. Kirk” estaba frente a su consola en el puente de mando cuando recibió un comunicado.

-Tiene una llamada personal.

-Pásemela aquí -dijo extrañado ya que no esperaba ninguna llamada.

En la pantalla de su consola apareció el rostro de un hombre joven desconocido para él. Sin embargo, algo en sus rasgos le resultaba familiar.

-¿Quién es usted y en qué puedo ayudarle?

-¿Es usted Adam Grant?

-Afirmativo.

-Me llamo Thargor.

-Conocí a un Thargor hace tiempo, pero murió hace unos cuatro años.

-Era mi padre.

-Mis condolencias por su pérdida. ¿Qué puedo hacer por usted?

-Ponerme en contacto con sus superiores. Tengo un amigo que quiere contarles una historia muy interesante.

Grant le hizo una seña al oficial de comunicaciones. Este hizo un gesto de entendimiento y se puso a buscar el origen de la llamada.

-Creo que no entiendo...

-Tengo entendido que la Federación está buscando a cierto carguero klingon que desapareció en Betazed.

-No puedo negar ni confirmar eso.

-Lo entiendo, pero si a su capitán le interesa esa historia, que esté presente cuando vuelva a llamar dentro de doce horas. Gracias por su atención, teniente.
La comunicación se cortó en ese punto. Grant interrogó con la mirada al oficial.

-No he podido localizarlo, señor. Es muy listo, ha desviado su llamada a través de varios repetidores repartidos por todo el cuadrante.

-Está bien, intente sacar algo en claro.

Miró al hombre que estaba al mando del puente en ese momento, el comandante Laurence Norn.

-Señor, tengo algo importante que usted y la capitán deberían oír.

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-¿Han encontrado a esa klingon?

-Aún no, señor -respondió Tom Riker al personaje enmascarado.

-¿Es que estoy rodeado de inútiles? Primero, ese trill se escapa, y no solo eso, sino que además, consigue llevarse su nave creando un pandemonio de caos y destrucción a su paso y secuestrando a Lenora en el proceso. Y ahora esa mujer también escapa. No estoy nada satisfecho, señor Riker.

-La encontraremos, señor. En cuanto a ese trill y Lenora, no creo que den problemas. ¿Cuanto saben en realidad? Nada.

-Eso espero, por su bien.

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La capitán Esther La Rouge estaba reunida con su estado mayor en la sala de juntas del JTK. A la hora convenida el hombre que decía llamarse Thargor, comunicó de nuevo con ellos.

-¿Señor Thargor? Soy Esther La Rouge, capitán de la nave de la Federación JTK.

-Encantado de conocerle, capitán.

-¿Qué puede usted decirme de ese carguero, señor Thargor?

-Tengo aquí al capitán de ese carguero. Él será quien les diga lo que quieren saber.

Thargor desapareció de la pantalla y en su lugar apareció el rostro de un hombre de raza trill.

-Saludos capitán La Rouge, mi nombre es Llorenç Dax. Lamento contactar con usted de este modo, pero comprenderá que debo tomar precauciones.

-Lo comprendo. Creo que tiene una historia que contarme.

Llorenç Dax sonrió. La Rouge reconoció esa sonrisa, la había visto otras veces en otros rostros. Era la sonrisa de un granuja, un aventurero, no la de un delincuente o un conspirador. De todas formas, decidió no fiarse demasiado hasta oír lo que ese hombre tenía que decir.

-Bien -empezó el trill. -Erase una vez, en un planeta muy lejano, que un simpático capitán de carguero trill y su guapa copiloto klingon recibieron el encargo de llevar a tres personas al planeta Betazed...

VI

B'Elena no se había estado quieta y buscando una posible salida de aquel lugar, descubrió que podía desplazarse por los conductos de ventilación del barco y llegar a cualquier estancia del mismo. Así, pudo acceder a la cocina, donde se abasteció para un par de días. También a los retretes, ¿qué mejor lugar para evacuar?. Sabía que podían descubrirla en cualquier momento, pero tenía que arriesgarse.
Mientras, se había divertido manteniendo ocupados a los tripulantes del barco. Diversos actos de sabotaje y un par de pequeños incendios los habían mantenido demasiado atareados como para centrarse en su búsqueda. Sin embargo, aún no había localizado las dependencias de Riker o el enmascarado. Quería aprovechar su situación para recabar información, pero no se había enterado de nada útil. El barco era grande (debía serlo para que el Belleza Klingon cupiera en su hangar). No desesperó y continuó buscando.

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Dax entró en la sala común y atrapó a Thargor y Lenora haciéndose arrumacos en el sofá. Al percibir la presencia del trill se separaron y se pusieron tensos.

-Siento interrumpir, pero para eso tenéis los camarotes.

-¿Alguna novedad? -preguntó Thargor.

-Dentro de dos horas llegaremos al punto de encuentro. Te quiero en el asiento de copiloto para entonces. Mientras tanto... venga, meteros en un camarote. Tenéis una hora y media.

-Tiempo suficiente -respondió Thargor, y cogiendo a la chica de la mano se dirigió con ella a su camarote.

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-¿De qué conoce exactamente a ese Thargor, teniente?

-En realidad es la primera vez que le veo, capitán. Pero conocí a su padre, o por lo menos, conocí a un Thargor de quién este dice ser su hijo. Fue en Kentara V, en mi primera misión. Aquel Thargor fue nuestro guía en el desierto. Me salvó la vida al aplicar el jugo de unas raíces sobre la mordedura de una serpiente. Aún tengo la cicatriz de esa mordedura.

-Supongo que ese joven no conoce a nadie más en la flota.

-Es lo que yo también he supuesto. Pero también es mucha casualidad que haya contactado con el JTK, una de las dos naves que hacen guardia en la órbita de Betazed.

-Cierto. ¿Sabemos algo de ese Llorenç Dax?

-Es propietario de un carguero klingon. Empezó su carrera llevando a una mujer klingon de copiloto, una tal V'Alizia, se dice que también eran amantes. Se separaron y ahora trabaja con otra klingon, B'Elena, hermana de la anterior. Normalmente sus negocios son legales, pero se sospecha que, de vez en cuando, acepta encargos de dudosa procedencia.

-Un contrabandista.

-Nunca se ha probado nada en contra suya.

-No parecen peligrosos, pero manténgase alerta con esa gente, teniente.

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Arrastrándose por los conductos, B'Elena llegó al hangar por el que habían llegado a ese extraño barco. Observó que estaban cargando unas cajas en una lancha. Ese podía ser un buen sistema para escapar de allí. Esperó a que el hangar se vaciara y entró en la lancha, donde se escondió entre las cajas. Abrió una de ellas y se sorprendió al ver lo que contenía. Se trataba de varios tubos transparentes, cada uno de los cuales alojaba a un extraño bicho. Eran de un color rosado y parecían un cruce entre un crustáceo y un insecto. Los bichos estaban vivos.

-¿Pero qué diablos es todo esto? -murmuró.

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El Belleza Klingon salió de warp en las coordenadas concertadas y se encontró con la lanzadera del JTK que les estaba esperando.

-Nos llaman -anunció Thargor.

-Ponlo en la pantalla.

En la pequeña pantalla del carguero apareció el rostro del teniente Grant.

-Bienvenidos señores. ¿Listos para el transporte?

Habían convenido que el Belleza Klingon se quedaría en las afueras del sistema para que no fuera detectada por la gente que se ocultaba en Betazed.

-Preparados teniente. Seremos tres para transportar.

-¿Tres? Creía que solo eran ustedes dos.

-Traemos una pasajera. A su capitán le interesará conocerla.

-Bien, que sean tres, entonces.

Dax, Thargor y Lenora desaparecieron en el rielar del teletransporte para ser materializados de nuevo en la lanzadera.

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B'Elena llevaba poco más de una hora en la lancha cuando subieron cuatro tripulantes, entraron en la pequeña cabina y pusieron el vehículo en marcha. Vio como se alejaban del barco y como este se perdía de vista tras el horizonte. Se acomodó como pudo con los phasers preparados. Calculó que pasaban unas tres horas hasta que la lancha aminoró su velocidad. Se asomó tras las cajas y vio que se acercaban a la costa. Puso todos sus músculos en tensión y se preparó para abrirse paso a tiros si fuese necesario.

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Cuando la lanzadera se posó en el hangar del JTK, La Rouge y dos oficiales les estaban esperando. Tras presentarse, la capitán le tendió la mano, Dax en lugar de limitarse a estrecharla, se la acercó a los labios y depositó un leve beso en su dorso.

-Un placer conocerla en persona, capitán La Rouge.

-Lo mismo digo, capitán Dax. Le presento a mi primer oficial, el comandante Laurence Norn.

-Como intente besarme, le atizo -dijo Norn estrechando la mano del trill.

-Descuide, no es usted mi tipo. ¿Norn? Ese es un nombre
simbionte.

-Si, cargo un simbionte. Es una larga historia.

-Si tenemos tiempo me gustaría escucharla. ¿Y quién es esta preciosidad?

-Le presento a la consejero de la nave -dijo La Rouge. -La teniente Ezri Dax. ¿Son ustedes familia?

-No. Dax es un nombre bastante común entre los nuestros -dijo Ezri.

La Rouge hizo un gesto indicando la salida del hangar.

-Por favor, acompáñennos, tenemos que hablar de muchas cosas.

Dax y La Rouge abrieron la marcha mientras los demás les seguían.

-¿Me permite una pregunta capitán?

-Por supuesto, siempre que no esté obligada a responderla.

-¿Todos los capitanes de la Flota Estelar son tan guapos como usted? Porque si es así, me alisto de inmediato.

La Rouge no pudo evitar una sonrisa.

-Creo, señor Dax, que este no es momento para lisonjas.

-Se equivoca. Siempre es un buen momento para lisonjas.


VII

Dax, Thargor y Lenora tuvieron que pasar un reconocimiento médico antes de reunirse con La Rouge y su estado mayor en la sala de juntas. Ante las preguntas del trill, la capitán respondió que sabría porque en la reunión.

-Bien, para empezar, podría repetirnos como se vieron involucrados usted y su copiloto en este lio. Cuéntenos hasta el más pequeño detalle que recuerde.

-Como ya le dije, capitán, todo empezó en Kentara V, donde los supuestos Riker y Troi nos contrataron para traerles a Betazed...

Dax contó de nuevo su ordalía hasta el momento en que contactaron con Grant.

-Son ingeniosos -dijo Norn tras escuchar la historia de Dax. -Usar un dispositivo de ocultación en un barco... Por eso no podíamos encontrarles.

-Bien, lo que voy a contarles es alto secreto, pero merecen saber de que va todo esto -dijo la capitán. -Hace unos quince años, se descubrió un complot para invadir y destruir a la Federación. Los invasores eran una raza de parásitos con la capacidad de invadir un cuerpo humanoide y controlarlo. Gracias a la tripulación del Enterprise, fueron descubiertos y eliminados... (1)
… Ahora se ha descubierto un nuevo intento de invasión por parte de esos seres. Conseguimos descubrir donde estaba la reina de esta colmena, aunque no sabemos quién es su anfitrión.

-Déjeme adivinar -dijo Dax. -Estaba en Kentara V y su anfitrión es nuestro fantoche enmascarado.

-Lo ha adivinado.

-Pero...si es alto secreto...¿porqué nos cuenta todo esto?

-Porque necesitamos su colaboración.

-Quieren que hagamos de cebo.

-Pueden negarse, pero...

-Está bien, lo haré, con una condición.

-¿Cual?

-Rescatar a B'Elena ha de ser prioritario.

-Lo será, se lo prometo.

-¿Cómo lo haremos?

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Cuando los tripulantes de la lancha empezaron a descargar, B'Elena aprovechó un momento en que no podía ser vista y se zambulló silenciosamente en el agua, buceó a lo largo de la costa y salió a la playa a varios metros del vehículo. Esperó escondida tras unas rocas mientras observaba como cargaban las cajas en un vehículo terrestre.

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-Si me permite añadir algo, capitán -dijo Lenora.

-Adelante, por favor, cualquier información es buena.

-Se trata de Tom Riker. He pasado muchas horas con él y le aseguro que no está infectado, nunca he visto ese apéndice en su nuca.

-¿Entonces, porqué colabora con ellos? -preguntó Thargor. -Si esos bichos pretenden acabar con toda la vida del cuadrante, también van en contra suya.

-Tal vez ignore con quien se juega los cuartos -dijo Norn. -Lo último que supimos de él es que fue reclutado por la Sección 31. Tal vez le han hecho creer que se trata de una operación de esa nefasta organización.

-Lo averiguaremos en su momento -dijo La Rouge. -Ahora, tenemos que elaborar un plan.

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B'Elena observó desde su escondite como los cuatro hombres terminaban de trasladar las cajas al vehículo terrestre. ¿Qué pensarían hacer con esos bichos? Cuando terminaron con el traslado, tres de los hombres se subieron al vehículo, mientras que el cuarto regresó a la lancha. Se despidieron y ambos vehículos abandonaron el lugar, uno tierra adentro, el otro de regreso al barco invisible. Cuando quedó fuera de la vista se levantó y se dirigió al lugar donde había estado aparcado el vehículo que se había marchado con las cajas. Pudo ver una carretera que se perdía tierra adentro, el lugar estaba desierto.
¿Qué podía hacer ahora? Si se quedaba donde estaba corría el riesgo de que Dax no la encontrara cuando volviera a buscarla, la klingon estaba segura de que su compañero regresaría por ella. Por otro lado, si seguía el camino que había tomado el vehículo, podría estar vagando varios días sin encontrar señales de vida, aquella parecía una región deshabitada. Otra opción sería seguir la línea de la costa hasta encontrar alguna población.
Fuera lo que fuera, tendría que tomar una decisión rápida, empezaba a tener hambre.

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Dax y Thargor se materializaron en la cabina del Belleza Klingon.

-No se como me has convencido para participar en esta locura.

-No te quejes tanto, será divertido. Además, eres el único al que confiaría el asiento de copiloto, no me fio de esos estirados de la flota.

-Bueno, ya es demasiado tarde para arrepentirse. ¡Vamos allá!

Dax arrancó los motores mientras Thargor se hacía con los controles de los escudos y los phasers.

-¿Preparado?

-Cuando quieras, jefe.

-Pues vamos, y no me llames así.

Dax llevó la nave a la máxima velocidad de impulso en dirección a Betazed. Se situó sobre las mismas coordenadas que la otra vez y se lanzó en picado justo cuando varios cazas salían del vientre del JTK en su persecución.

-Espero que ese barco siga por ahí y que nos hayan localizado.

-¿Crees que se tragarán el anzuelo?

-Eso espero. Se imaginarán que regreso por B'Elena.

-Y es así, después de todo.

-Por eso se que funcionará.

Una vez que entraron en la atmósfera, el cañón iónico entró en funcionamiento cubriéndoles del supuesto ataque federal.

-Bienvenido de nuevo, capitán Dax -sonó la voz de Riker por el comunicador.

-Espero por su bien, Riker, que B'Elena esté perfectamente.

-Lo está.

Dax cortó la comunicación en este punto.

-Activa armas y escudos -dijo a Thargor.

-Listo.

El Belleza Klingon llegó a la superficie marina y se lanzó hacia el rectángulo de luz que aparecía sobre las aguas.

-¡Fuego!

El carguero entró en el hangar sembrando la destrucción a través de sus dos cañones phaser. Una larga serie de explosiones se sucedieron a lo largo de todo el recinto.

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Norn y La Rouge estaban atentos a las pantallas de los sensores del JTK.

-¡Ahí! -exclamó Norn señalando un punto de la pantalla.

-Los tenemos -respondió La Rouge. -Dax ya ha hecho su parte, ha conseguido neutralizar ese dispositivo de ocultación, ahora nos toca a nosotros.

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Dax y Thargor pudieron ver desde la cabina del carguero como numerosos hombres y mujeres con el uniforme de la Flota Estelar se materializaban y comenzaban a intercambiar disparos con los tripulantes del barco.


(1) – Aquí, la capitán La Rouge, hace referencia a lo sucedido en el episodio “Conspiracy” (LNG -1,23)


VIII

-Quédate aquí y vigila la nave, yo voy a ver si encuentro a B'Elena.

-¿Cómo?¿Piensas dejarme fuera de la acción?

-Lo digo en serio, Thargor, solo nos faltaría que uno de esos tipejos nos la robara para huir de aquí.

-Esta bien, esta bien. Ten mucho cuidado, amigo.

Dax salió de la nave y se dirigió al bloque de celdas esquivando ráfagas de phaser. Cuando llegó a la celda donde estaba B'Elena y la encontró vacía se sintió frustrado.

-¡Maldita sea!

Tras inspeccionar todas las celdas volvió a la carrera hacia el hangar. Por el camino se cruzó con uno de los tripulantes del barco. Lo detuvo apuntándole con su disruptor.

-¿Donde está la muchacha klingon que teníais prisionera?

-Ni idea -respondió el tipo con pinta de estar realmente asustado.

-¿Donde está?

-Se escapó hace tres días y aún no la hemos encontrado.

-No me estás ayudando demasiado y eso me pone muy, muy nervioso.

-Si no está en la nave, solo puede haberla abandonado en la lancha que salió esta mañana.

-¿Hacia donde se dirigía?

-Al noroeste, a la costa.

Le dio un golpe en la cabeza con la culata del disruptor y lo dejó allí tirado. Siguió corriendo hacia el hangar cuando se tropezó con Norn y La Rouge.

-¿Qué diablos está haciendo usted aquí? ¿No se supone que el capitán no baja a las misiones peligrosas?

-Si cree que dejaré que mis hombres se jueguen la vida mientras miro sentada desde mi sillón de mando, está usted muy equivocado.

-¿Lo ve capitán? Dijo Norn. -Incluso ese granuja está de acuerdo conmigo. Vuelva al JTK, por favor.

Antes de que La Rouge pudiera responder, una explosión provocó la caída del techo encima suyo, bloqueando el pasillo y separando a Norn de Dax y La Rouge.

-¿Está usted bien, capitán?

-Si, comandante estamos bien.

Intentaron apartar los cascotes, pero eran demasiado pesados. Empezó a sonar una alarma.

-Autodestrucción en 10 minutos -dijo una voz computarizada.

-¿No pueden sacarla de aquí con ese transportador suyo?

-Alguien conectó un inhibidor cuando empezamos a materializarnos a bordo -dijo Norn. -Ahora están enviando un par de lanzaderas.

-Es inútil -dijo Dax apartándose de los cascotes. -Necesitaríamos maquinaria pesada. Vuelva usted por su camino, comandante y asegúrese de llevarse a toda su gente. Llevaré a la capitán en el BK.

Agarrando a La Rouge del brazo empezó a correr en sentido contrario.

-¿Como sabe que vamos por el camino correcto?

-Tengo un buen sentido de la orientación.

Efectivamente, poco después salían al hangar por otro pasillo. La última lanzadera salía del hangar. Thargor vio como se acercaban al carguero y abrió la escotilla. Entraron y Dax se sentó a los mandos. El Belleza Klingon dio un giro de 180º y salió disparado. Unos segundos después, pudieron ver como el barco estallaba.

-¿A donde se supone que vamos? -preguntó La Rouge cuando se percató que Dax no dirigía al carguero hacia la estratosfera.

-A buscar a mi novia.

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B'Elena decidió seguir la costa. Llevaba varias horas caminando cuando vio la columna de humo provocada por la explosión del barco. Se imaginó lo sucedido y oteó el horizonte. Dio un grito de alegría al ver al Belleza Klingon acercarse a la playa. Buscó un lugar elevado, se quitó la blusa y empezó a agitarla por encima de su cabeza.

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-Allá -exclamó Dax señalando el punto donde estaba su compañera.
Se acercó al lugar y descendió. Cuando se hubo posado abandono el sillón de piloto y se fue corriendo a la salida, abrió la escotilla y salió al exterior. B'Elena se acercó a la carrera y se paró a un metro de distancia del trill.

-¿Porqué has tardado tanto?

-Me entretuve con unos amigos -Dax frunció el ceño. -¡Estás hecha un asco!

-Lo siento, perdí mi estuche de maquillaje en la huida y no he podido ponerme guapa para ti.

-Bueno, por esta vez pase, pero que no se repita.

Se fundieron en un fuerte abrazo y se besaron con pasión.

-¡Eh, los de fuera, tenemos un poco de prisa -sonó la voz de Thargor desde el interior del carguero.

-Esa voz...¿Es quien yo creo?

-Nuestro amigo Thargor.

-¿Qué está haciendo aquí?

-Te lo contaré luego. Vamos, hay prisa.

Entraron en el carguero y fueron a la cabina de mandos. Cuando B'Elena vio a La Rouge frunció el ceño.

-¿Quién es la estirada?

-¿Estirada?

-Tranquila capitán -dijo Dax. -Solo es un mote cariñoso con el que los contrabandistas denominamos a los oficiales de la flota. Cariño te presento a la capitán La Rouge. Sin su ayuda, Thargor y yo no habríamos podido volver a Betazed.

-Capitán ,¿eh?... Dígame una cosa...¿Este golfo ha intentado seducirla?

-Bueno... yo no lo llamaría un intento de seducción -respondió La Rouge aguantando apenas la risa.

-Ya veo...Tú y yo hablaremos más tarde de eso. Ahora tenemos que coger a ese camión.

-¿Qué camión?

-Uno que carga con unos bichos muy raros que sacaron de ese barco.

IX

-¿Por donde se han ido? -preguntó La Rouge.

-Por allá -respondió B'Elena.

-Bien, sígalos señor Dax, tenemos que detenerlos.

-Está bien, pero no vuelva a darme órdenes en mi nave.

Dax puso rumbo en la dirección que señalaba B'Elena.

-Nos llaman -dijo Thargor que seguía en el asiento del copiloto. -Es el JTK.

-Ponlo en pantalla.

En la pequeña pantalla del carguero apareció el rostro del comandante Norn.

-¿Se puede saber donde se han metido? ¿Sigue la capitán con ustedes?

-Aquí estoy, señor Norn. Me encuentro perfectamente.

-¿Porqué no han regresado aún?

-Estamos siguiendo un camión cargado de esos parásitos.

-Eso ya no será necesario, capitán.

-Explíquese.

-Hemos capturado a Tom Riker y a nuestro amigo enmascarado. Resulta que Riker no sabía nada, creía que estaba en una misión de la Sección 31. En cuanto al enmascarado, cargaba con la reina, como sospechábamos. Hemos tenido que matarlo y con él han muerto todos los parásitos ligados a ella. Capitán... hay algo más.

-¡Dígalo ya, demonios!

-Se trataba del almirante Ross.

-¡Ross! Ya sospechábamos que era uno de los dirigentes de la Sección 31. Por eso pudo engañar a Tom Riker.

-Nosotros nos ocuparemos de ese vehículo, capitán. Ahora le ruego que vuelva al JTK.

-Está bien, comandante. Por favor, capitán Dax...¿Puede llevarme a mi nave?

Dax no pudo reprimir una sonrisa.

-Ya que lo pide tan amablemente...

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-Se encuentra usted perfectamente -dijo el doctor Bashir después de hacerle un reconocimiento completo a la klingon. -Solo padece un agotamiento severo. ¿Porqué no se queda unos días con nosotros y descansa.

-Una idea tentadora, doctor. Pero no depende solo de mi.

-Comprendo, ese novio suyo...

-¿Novio?

-Bueno, el capitán Dax, cuando pasó por la revisión obligatoria, se refirió a usted como “su novia”.

-¿Eso hizo?

-¿He sido indiscreto?

-En absoluto, doctor -respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Seguro que he metido la pata de algún modo.

-Tranquilo, doc. Lo que pasa es que si Dax piensa así, tendrá que darme un 10% más de los beneficios.

-¿Y eso es todo?
-Bueno...

-Ya veo. Ese rubor en sus mejillas me dice que no es en los beneficios en lo único que piensa.

-Que quede entre nosotros, doc.

-Secreto profesional. Seré una tumba.

---------

Tras´cuatro días de descanso en el JTK, Dax, B'Elena, Thargor y Lenora estaban reunidos con La Rouge y Norn.

Les estamos muy agradecidos por su colaboración -dijo la capitán. -¿Podríamos hacer algo por ustedes para recompensarles de algún modo?

-¿Podrían silenciar la participación de Lenora en todo esto? -Dijo Thargor. -Después de todo, ella no ha hecho nada malo. Es una actriz, solo ha representado un papel.

-Lamentablemente, la señorita Lenora ya aparece en informes anteriores, así que no me queda más remedio que decir la verdad.

-¿La verdad?

-Si, es una pena que la mujer que se hacía pasar por Deana Troi desapareciera en la batalla. Creemos que se habrá hundido con el barco.

-Ya veo -respondió Thargor con una gran sonrisa. -¡Que se le va a hacer!

-¿Y ustedes dos? -dijo La Rouge dirigiéndose a B'Elena y Dax.

-Esa gente nos debía 1500 lingotes de latinio, capitán -dijo Dax. -Me pregunto si...

-Lamentablemente, va en contra de la política de la Federación el contratar mercenarios, no verán ni una triste tira. Pero... como recompensa por su colaboración, hace dos días, un representante de la Federación liquidó, en su nombre, su deuda con el señor Darono. El retiró su recompensa. Ya no tendrán que estar mirando continuamente a su espalda.

-Gracias, capitán.

-¿No le dijo su mamá que no se juntara con malas compañías?

-Es curioso, hace solo unos días alguien me hizo la misma pregunta.

-¿Y cuál fue su respuesta?

-Le di un abrazo... -Dax miró de reojo a B'Elena. -...aunque no creo que sea apropiado en este caso.






EPÍLOGO

Dax y B'Elena estaban en el hangar, frente al Belleza Klingon, despidiéndose de sus amigos. Dax le dio un abrazo a Thargor.

-¿Seguro que no queréis venir con nosotros?

-Gracias, pero no. La capitán La Rouge le ha conseguido una nueva identidad a Lenora y ha prometido dejarnos en el primer planeta civilizado que nos crucemos.

-Buena suerte, entonces.

-Igualmente, amigos.

Dax se acercó a la capitán y le dio un beso en la mejilla.

-Encantado de haberte conocido, Esther. Espero que volvamos a vernos... en mejores circunstancias.

-Eso espero.

B'Elena le dio una colleja al trill.

-Anda, bribón. Vámonos ya, la capitán y sus chicos tienen cosas que hacer.

-¿Pero porqué te pones así? Solo estaba siendo amable.

-¿Amable? Ya hablaremos de eso después.

-Adiós B'Elena -dijo La Rouge. -Y no le quite el ojo de encima a su novio.

-Reconozco un buen consejo en cuanto lo escucho, capitán. Descuide, lo mantendré vigilado.

Ante la risa de todos los presentes, B'Elena agarró a Dax de una oreja y lo llevó de esa guisa al interior del carguero.

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Pusieron rumbo a Risa, conectaron el piloto automático y fueron a la sala común.

-Y ahora escúchame -dijo B'Elena. -Ya que vas por ahí diciendo que soy tu novia, más vale que te lo tomes en serio y no vayas flirteando con todas las mujeres que se cruzan en tu camino.

-¡Vamos, Lena! Ya sabes como soy. Cuando veo una cara bonita no puedo evitar coquetear un poco.

-Pues más vale que dejes esa costumbre, o sabrás lo que es una klingon cabreada.

-¿Sabes? Me encanta que te pongas celosa.

-¿Y eso?

-Por que significa que me quieres.

-¿Es que lo has dudado en algún momento? -dijo ella abrazándole.

-Ni por un segundo, nena, ni por un segundo.



FIN








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