ST JTK - XIV // FACETAS

PRÓLOGO

-¿Es completamente necesario hacerlo ahora? ¿No puede esperar un poco más?

Laurence Norn hacía verdaderos esfuerzos por no enviar al cuerno (o algo peor) a su interlocutor. No le gustaba nada la actitud autoritaria del representante de la comisión simbionte.

-Ya lo ha retrasado demasiado -respondió el trill. -Ningún trill unido a retrasado tanto la ceremonia.

-Ya... Pero yo no soy trill.

-Razón de más para no retrasarlo de nuevo. A saber los efectos psicológicos que esto puede tener para el simbionte. Ha esperado usted demasiado.

-Bueno, la verdad es que no he tenido ocasión. He estado un poco alejado del mundo trill últimamente. Ya sabe... Cuadrante Gamma (1)... Universo Espejo (2)... mundos oníricos (3).

-No me interesan sus excusas. Aprovechando su estancia eventual en Shelbana V, uno de los guardianes visitará el JTK para asistirle en la ceremonia. Su capitán ya está avisada de su llegada. Espero que le de usted una buena bienvenida y colabore con él de buen grado. Eso es todo.

El trill cortó la comunicación dejando al comandante del JTK con la palabra en la boca.

-En fin -dijo resignado. -Empezaré a escoger a los candidatos.

1. Star Trek JTK 1 a 5.
2. Trilogía del espejo.
3. Quimera.

I ZHIAN'THARA

Cuaderno de bitácora. Fecha estelar 55722.6:

El JTK se halla en órbita geosincrónica sobre Shelbana V. El planeta es víctima de una pandemia viral que los médicos shelbanianos no pueden detener. Tras pedir ayuda a la Federación, el JTK ha sido enviado para evaluar la situación y prestar la ayuda necesaria. El doctor Bashir ya está en la superficie entrevistándose con la comisión médica planetaria.

-Como puede ver, el virus produce unos síntomas parecidos a los de la gripe rigeliana, solo que más violentos.

El Dr. Alba, director de la Comisión Médica Shelbana, estaba mostrando al Dr. Bashir los efectos de la pandemia y los infructuosos resultados en obtener una vacuna.

-El número de víctimas va en aumento. Cada vez que creemos obtener una vacuna, el virus muta para contrarrestarla. El 90% de la población está en cuarentena, confinados en sus casas, Como comprenderá, esto ha comportado, además de los daños directos, graves consecuencias en nuestra economía...

-Está bien Dr Alba, déjeme estudiar estos informes y veremos en que puedo ayudarles.

-Se lo agradezco Dr. Bashir. Todo nuestros recursos están a su disposición.

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Laurence Norn entró en la sala de juntas, donde le estaba esperando la capitán La Rouge.

-¿Deseaba usted verme, capitán?

-Si, comandante. Siéntese. Esta mañana he recibido una llamada de un representante de la comisión de simbiontes de Trill.

-Lo se capitán, yo también he recibido esa llamada.

-Según parece están muy molestos porqué ha retrasado usted una ceremonia que ellos consideran muy importante. ¿Cómo lo llamaron?

-El Zhian'thara.

-Eso mismo. Me han explicado en que consiste. Parece una experiencia muy enriquecedora, pero parece que a usted le molesta pasar por ella.

-No me molesta pasar por mi zhian'thara capitán, solo esperaba encontrar el momento oportuno.

-Pues parece que ese momento ha llegado. Está libre de servicio hasta que haya superado su zhian'thara comandante. Ese... guardián, llegara al JTK sobre las 1400 de mañana. Le hago responsable de que su estancia en la nave sea satisfactoria.

-Ya me he resignado a ello capitán. Lo que me lleva al siguiente punto... me gustaría que participara en la ceremonia.

-Será un honor. ¿A quien voy a encarnar?

-Había pensado en Carel.

-Carel...¿No era un anfitrión masculino?

-En efecto. Fue el primer anfitrión de Norn un gran diplomático y un político de renombre. Por eso he pensado en usted, después de todo es la máxima autoridad en la nave.

-De acuerdo. Le confieso que estoy intrigada con esta ceremonia.

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Adam Grant entró en su camarote. Apenas había dado un par de pasos cuando un pequeño torbellino salió disparado de la mesita del salón para abrazarse a sus piernas.

-Papá, ven a ver lo que he dibujado.

El jefe de seguridad cogió a su hija en brazos y estampó un beso en su mejilla.

-Vamos a ver.

Se sentó en el sofá y besó a su esposa mientras la pequeña cogía un folio para mostrárselo.

-¡Caramba! Es muy bonito. ¿Y quién son todas estas personas?

-Mira, este eres tú -Alicia fue señalando una a una las figuras del dibujo – esta es mamá y esta soy yo.

-Muy bien. ¿Y estos dos?

-La capitán y el comandante.

-¿Y que es eso marrón que tiene el comandante en la barriga?

-Es ese bicho que lleva dentro.

-Se llama simbionte -le corrigió su madre.

-Vale. Prefiero llamarlo bicho.

-Que no te oiga el comandante.

¿Y como sabes que forma tiene un simbionte de Trill? -le preguntó Grant.

-Mamá me ayudó a buscar una imagen en la computadora.

-Buen trabajo. Y hablando de Norn. -añadió dirigiéndose a su esposa. -¿También te ha convocado para esa misteriosa reunión?

-Si. ¿Qué crees que querrá de nosotros?

-Lo averiguaremos más tarde.

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La “misteriosa reunión” tuvo lugar a las 2000 en la sala de reuniones. La Rouge, Dela, Grant, Bashir y V'Alizia estaban sentados alrededor de la mesa preguntándose de que iba todo aquello.

-Gracias a todos por venir -dijo Norn entrando en la sala acompañado de su esposa. -Os estaréis preguntando para que os he reunido hoy aquí. Iré directo al grano. Sois las seis personas de esta nave que siento más cercanas a mi. Quiero que todos participéis en mi zhian'thara.

-¿Zhian'thara? ¿Qué es eso? Preguntó Grant.

-El zhian'thara es un rito en el que se da a los trills unidos la oportunidad de conocer a los anfitriones anteriores.

-¿Conocerles?¿Cómo? -inquirió V'Alizia.

-Aquí es donde entráis vosotros. Me gustaría pedir prestados vuestros cuerpos por unas horas.

-No se si lo he entendido -dijo Dela. -¿Prestarte nuestros cuerpos? ¿Cómo y para qué?

-Básicamente se trata de lo siguiente...La memoria de uno de los anfitriones anteriores será removida del simbionte e implantada en uno de vosotros. En esencia os convertiréis en uno de mis anfitriones.

-Yo ya conocía el rito, participé en el zhian'thara de Jadzia Dax, encarnando a Torías, un tipo simpático. -dijo Bashir. -Cuenta conmigo. Pero que no nos lleve mucho tiempo, ya sabes que tengo trabajo en Shelbana V.

-Gracias Julián. La capitán y Lars ya han dado su consentimiento. ¿Qué me decís los demás?

-¿Y que pasará con nosotros mientras dure esa... unión -preguntó V'Alizia.

-Seguiréis conscientes de todo lo que sucede a vuestro alrededor. Como si fuerais los espectadores de un espectáculo. Y podréis recuperar el control de vuestro cuerpo si lo creéis necesario.

Dela y Grant dieron su consentimiento de inmediato, V'Alizia fue más reticente, pero al final también consintió.

-Una vez más, muchas gracias a todos. La capitán está de acuerdo en encarnar a Carel, el primer anfitrión.

V'Al, me gustaría que encarnaras a Aura, el segundo anfitrión, era bailarina.

-Está bien.

-Dela, encarnarás a Selina era ingeniera.

-Bien.

-Adam, serás Horam, él era arquitecto.

-Bien.

-Julián serás Torin, te caerá bien, era médico.

-¡Un colega! Perfecto.

-Lars encarnará a Lilandra, el último anfitrión antes que yo.

-¿Cuando empezamos? -preguntó Dela.

-Mañana llega el guardián, el encargado de traspasar las memorias al huésped eventual. Os avisaré con tiempo. Iremos en orden, del primer al último anfitrión. Gracias a todos de nuevo. Os debo una.

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II

CAREL

Laurence Norn estaba en la sala de transportador 3 esperando al guardián. Cuando se materializó se sorprendió al comprobar que se trataba de una mujer muy joven, no podía tener mucho más de veinte años, esperaba a alguien más maduro.

-Permiso para subir a bordo.

-Concedido. Bienvenida al JTK, guardián.

-Llámeme Veltra.

-Como guste. Le mostraré su camarote.

-Gracias. Espero que empecemos con esto cuanto antes.

-Estoy a su entera disposición.

-Supongo que tendrá un lugar adecuado para llevar a cabo el ritual.

-He dispuesto uno de los camarotes vacíos para ello. Justo el contiguo al suyo. Espero que sea adecuado.

-Lo será, no necesitamos mucho espacio.

-Bien. Es por aquí.

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-¿Qué opina Dr. Bashir?

-Creo que usted y su equipo han hecho un gran trabajo -respondió Julián levantando la vista de los informes. -Pero ese virus parece resistirlo todo. Dígame, ¿es oriundo de este planeta o procede del exterior?

-Fue creado en Shelbana V.

-¿Creado? ¿Es un virus de diseño que se les ha ido de las manos?

El rostro del Dr. Alba reflejo el fastidio que sentía al darse cuenta de la imprudencia de sus palabras.

-Supongo que, tarde o temprano, se habría enterado igualmente. Si, es una creación militar.

-No voy a juzgarles Dr. Pero le recuerdo que las armas biológicas están prohibidas por la Federación.

-Dígaselo a los militares.

-Está bien, no hablemos más de ello. Concentrémonos en encontrar una cura. Si el virus es nativo, es posible que tenga un enemigo natural en el planeta. Quiero una lista con todos los medicamentos nativos, ya sean procesados o naturales. Especialmente los naturales, ya sabe, plantas...hongos...todo eso. Empezaremos por ahí.

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El alférez Ren entró en el nivel 10 con la intención de tomar un refresco antes de retirarse a su camarote. Hacía solo dos días que tanto el Dr. Bashir como la consejero Dax le habían dado el alta y la capitán le había levantado el arresto. El ferengi se sentía feliz de volver al trabajo, a pesar de haber sido degradado. (4)

Buscó con la mirada a su amiga, la alférez Sondra.y la descubrió en una de las mesas. Estaba de pie, enfrentada a un joven alférez humano que había llegado en el último reemplazo. Desde donde estaba no podía oírles, pero el lenguaje corporal de ambos era evidente. Sin duda el muchacho estaba molestando a su amiga. Se acercó a ellos.

-¡Vamos! Una chica tan guapa no debería beber sola. Ven a nuestra mesa, mis amigos también quieren conocerte.

-Ya te he dicho que no me interesa. Además, estoy esperando a un amigo.

El muchacho abrió la boca para responder, pero fue interrumpido por la voz de Ren que sonó a sus espaldas.

-Deja a la chica en paz.

El humano se volvió hacia él.

-¿Cómo dices?

-¿Qué pasa, eres sordo? He dicho que la dejes en paz.

-Lárgate duende.

-¡Vaya! Además de sordo eres tonto. No soy un duende, soy un ferengi.

-¿Quieres que aplaste tu fea cara?

-No, lo que quiero es que te largues.

El humano lanzó un puñetazo que Ren esquivó fácilmente. Un segundo después, el humano estaba retorciéndose en el suelo agarrando su brazo derecho.

-¿Qué diablos me has hecho?

-Se llama torsión de brazo.

-Maldito, me lo has roto.

-No lo creo. Ahora levántate si no quieres que te haga lo mismo en el otro.

El joven se puso en pie.

-Ahora, te acompañaré a enfermería a que te vean ese brazo. -Se volvió hacia su amiga. -¿Nos vemos luego?

-Te espero aquí mismo -respondió la chica.

-¿Qué diablos era eso, una especie de kung-fu? -preguntó el chico mientras se encaminaban a enfermería.

-Es mok'bara, un arte marcial klingon.

-¿Un ferengi practicando artes marciales klingon? Es lo más raro que he oído.

-Tú permanece en esta nave por un tiempo. Acabarás acostumbrándote a las cosas raras.

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La Rouge, Norn y el guardián, estaban en pie rodeando un gran pebetero que desprendía un aroma afrutado. El guardián murmuraba unas palabras en idioma trill, un murmullo apenas audible, recitando un ritual de más de quinientos años de antigüedad, abandonó su lugar y se coloco a espaldas de los dos oficiales, apoyó sus manos en la espalda de ambos y una descarga de energía salió de Norn, atravesó el cuerpo del guardián y se introdujo en el cuerpo de la capitán. Esta cerró sus ojos, emitió un profundo suspiro y volvió a abrirlos. La expresión de sus ojos había cambiado.

-Tú debes ser el anfitrión actual de Norn -dijo.

-Soy Laurence Norn, si.

-No eres trill. ¿Cómo es eso posible?

-Ante todo, debo comprobar que la transición ha sido completa -interrumpió el guardián. Y dirigiéndose a La Rouge preguntó: -¿Carel?

-Si, soy Carel.

-¿Cuál es su último recuerdo?

-Estaba participando en el zhian'thara de Lilandra.

-Bien. ¿Recuerda cual era el nombre de la madre de Carel? -preguntó a Norn.

-No, no puedo recordarlo.

-Estupendo, les dejaré solos unas horas.

-Bienvenido a la familia Norn, Laurence.

-Gracias.

-Y ahora responde a mi pregunta.

-No, no soy trill, soy humano...

Laurence le contó como se había unido a Norn.

-Que historia más triste, pobre Lilandra, era una criatura encantadora.

Carel miró hacia abajo y puso las manos sobre sus pechos.

-¿Cómo escogiste a una chica para encarnarme?

-No creo que el término “chica” sea el apropiado para designar a la capitán.

-¿Capitán? ¿Estamos en una nave?

-Así es, estás a bordo del JTK.

-Necesito un espejo.

-Si, ya imaginé que alguno de vosotros lo pediría. Ahí tienes uno. Y deja de tocar los pechos de la capitán, no creo que le haga mucha gracia.

-Lo siento, es que nunca he sido mujer, se me hace raro, en todos los zhian'thara que he participado, mi anfitrión siempre ha sido masculino. -Carel se miró en el espejo. -Una mujer muy hermosa, tu capitán.

-Supongo que si. Nunca se me ocurrió verla de ese modo.

-¿Y que hay de ti? Es curioso que el simbionte se haya adaptado tan bien a la fisiología humana.

-Por mi experiencia, los simbiontes no son tan incompatibles como nos han hecho creer. En un futuro alternativo con el que contactamos, Norn estaba unido a mi esposa. Ella es bajorana.(5)

-Increíble... ¿Te importaría enseñarme la nave mientras charlamos?

-¡Claro! Sígueme, te daré el tour especial.

Solo habían dado un par de pasos cuando Carel se detuvo en seco mirándose los pechos.

-¡Diablos! Se me hace rarísimo ser una mujer.

-Anda vamos, y deja de mirarte los pechos, antes de que La Rouge se enfade.

4. “Del amor y de la guerra”
5. “Pasado imperfecto”

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III

AURA

Bitácora personal de Esther LaRouge. Fecha estelar 55722.7:

Ayer participé en el zhian'thara del comandante Laurence Norn. Una experiencia fascinante sentir como otra entidad controla tu cuerpo. No fue desagradable, en todo momento sentí que podía recuperar el control si así lo deseaba. Encarné a Carel, el primer huésped de Norn. Aparte de la obsesión de Carel por mis pechos, fue una experiencia fascinante.

-No comprendo porque te escogió a ti para ese ritual y no a la consejero -dijo Belena, ¿No son amigos desde hace unos trescientos años?

V'Alizia sonrió ante la pregunta de su esposa.

-Norn me lo explicó. La consejero no puede participar porque está unida a Dax. Por lo visto eso es incompatible con la ceremonia. Tú tampoco podrías participar por estar embarazada. Como la consejero, tienes a otro ser dentro de ti.

-Comprendo.

-No es que me haga mucha gracia ceder mi cuerpo a otra persona, pero se lo debíamos a nuestro comandante.(6)

V'Alizia acarició el abdomen de su esposa, visiblemente hinchado.

-Ya falta poco.

-Apenas un mes -respondió la vulcana. -Ya tengo ganas que llegue y librarme de este bulto, tengo la espalda destrozada.

-¿Qué tal si te sacas esa túnica y te hago un masaje?

-Siempre encuentras excusas para desnudarme -dijo Belena con una sonrisa. Pero a pesar de la “protesta”, se puso en pie y aflojó las tiras que sujetaban la túnica dejando que esta cayera a sus pies.

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Bashir estaba en la enfermería, estudiando los archivos que los shelbanianos le habían facilitado. En ese momento estaba estudiando un herbario de doscientos años de antigüedad.

-Llevas dos días fuera de la nave y cuando vuelves te encierras en tu enfermería. Te recuerdo que tienes una esposa esperándote.

-¡Ezri! No te oí entrar. Lo siento cariño. Entre esta plaga y lo del zhian'thara de Norn no tendré mucho tiempo estos días para ti.

-Ya es tu segundo zhian'thara, le estás cogiendo el gusto.

-Bueno, es una experiencia interesante. Siento no haber estado para el tuyo.

-No te preocupes. ¿A quien encarnarás?

-A Torin, el quinto anfitrión. Mmmm... en el zhian'thara de Jadzía encarné a Torías... Torin, Torías... curioso parecido de nombres.

-Torin. ¿No era también un doctor?

-Eso me dijo nuestro comandante.

-No conocí a Torin, pero si era un colega, seguro que os llevareis bien.

-Claro, ningún problema.

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-Así que tú eres el nuevo anfitrión. Un humano.

-Bueno, ahora tú estás en el cuerpo de una klingon.

-Si, que interesante, no tendrás...

-¿Un espejo? -Norn sonrió al terminar la frase, fue una buena idea traer ese espejo de cuerpo entero. - Ahí tienes uno.

Ante el requerimiento de Aura, Laurence Norn se armó de paciencia y explicó una vez más como humano y simbionte acabaron unidos. Temía que tendría que repetir la historia seis veces en los próximos días.

-Interesante...Esta mujer klingon...¿V'Alizia?...

-Ese es su nombre.

-Parece que tiene un cuerpo flexible.

-Así es, practica el mok'bara, un arte marcial klingon.

-¿Es buena?

-No voy a responder a esta pregunta mientras ella esté escuchando. Soy su maestro.

Aura arqueó las cejas, se acercó a Norn y apoyó su mano derecha en la mejilla del humano.

-Eres humano, portas un simbionte trill y eres maestro de artes marciales klingon. Eres un tipo realmente curioso Laurence.

Fue a retirar su mano de la mejilla de Laurence, pero este se lo impidió.

-Esta caricia... la he usado muchas veces desde que cargo a Norn. Ahora veo que procede de ti.

-Ese es el motivo del zhian'thara, conocer mejor a los anteriores anfitriones. Ya sabes que este gesto es cosa mía. Y ahora, ¿no podemos disfrutar de un espacio más amplio? Me gustaría dar unos pasos de baile, este cuerpo me parece una maravilla.

-Claro. ¿Sabes que he descubierto que desde que estoy unido me he convertido en mejor bailarín? Antes era un patoso. Eso también te lo debo a ti. Ven, iremos a la sala de hologramas, seguro que encontramos un buen escenario.

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-Ayer fuiste muy valiente al defenderme.

Sondra McHallister le dirigió a Ren lo que el ferengi calificó mentalmente como una “mirada húmeda”.

-No fue nada. Mis clases de mok'bara resultaron útiles.

-¿Le hiciste mucho daño a ese chico?

-No fue nada. Una simple pasada de un regenerador y salió de la enfermería como nuevo. Ahora seguro que se lo piensa dos veces antes de meterse contigo.

Sondra seguía mirando al ferengi con esa mirada llena de admiración, lo que animó a este a dar el siguiente paso.

-El comandante me prestó un holograma muy interesante -dijo.

-¿De que trata?

-Es la reproducción del Maxim's, un famoso restaurante de París en el siglo XX. ¿Te apetecería venir a cenar conmigo mañana?

-Me encantaría.

6. Del Amor y la Guerra.

IV

SELINA

Esa mañana, cuando Belena abrió los ojos, lo primero que vio fue a su esposa contemplándola embelesada.

-Buenos días.

-Buenos días, bella durmiente. ¿Cómo estás hoy?

-Tengo hambre. ¿Queda algo de ese pastel de sangre tuyo?

-¿Pastel de sangre a estas horas? Recuerda lo que dijo el doctor. Mantén una dieta equilibrada, vigila con los antojos.

-Las vulcanas no tenemos antojos.

-Ya, claro. ¿Sabes?, el otro día estuve hablando con Grant. Me contó que un día, al principio de su embarazo, durante el desayuno, Dela le quitó el bacon de su plato, lo troceó con las manos y lo echó en su sopa plomek. Dice que, a partir de ese día, Dela consumió ese mejunje a toneladas durante todo el embarazo.

Belena se llevó la mano a la boca y salió corriendo hacia el baño.

-Creía que las vulcanas no sienten nauseas -dijo V'Alizia entre risas.

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-Una vez visité el Enterprise de Kirk -dijo Selina por boca de Dela. -Pero esos motores que tanto me fascinaron, parecen de risa al lado de esto.

Tras escuchar la inevitable explicación de como puede un humano acabar cargando un simbionte trill, lo primero que quiso hacer Selina fue ver los esquemas de los motores del JTK. Ni siquiera pidió el espejo. Norn estaba convencido de que Selina ni se había percatado que ocupaba el cuerpo de una vulcana.

“Ingenieros” pensó. “Cuando tienen un motor warp ante ellos no pueden pensar en nada más”

-¿El Enterprise de Kirk? ¿El tipo era tan mujeriego como dicen?

-No llegué a tratar con él, pero hice amistad con el sr. Scott, el ingeniero de la nave. Estuvimos tres días buceando en esos bonitos motores.

-¿Te das cuenta que solo hemos hablado de motores warp desde que has llegado? ¿No se supone que tendría que aprender algo de ti?

-¿Y que puedo enseñarte, cariño? Solo se de motores warp y, es evidente que mis conocimientos en este terreno ya están desfasados.

-¿Y qué hacemos ahora?

-¿Crees que podríamos visitar la sala de máquinas?

-No creo que haya problema. Da la casualidad que la jefa de ingeniería es mi esposa.

-¿A qué esperamos entonces?

Selina cogió a Norn de la mano y tiró de él hacia el pasillo.

-¡Oh cielos, menuda preciosidad! -dijo Selina cuando vio el núcleo warp.

Mina Lars se acercó a ellos en cuando escuchó la exclamación.

-¿No vas a presentarnos? -dijo dirigiéndose a su esposo.

-Claro, te presento a Selina, el tercer anfitrión de Norn. Selina, esta es Mina Lars, mi esposa y jefe de ingenieros del JTK.

-Cielo, tienes que enseñarme esta maravilla -dijo agarrándose al brazo de la bajorana. Y volviéndose a Norn añadió -Nos disculpas un rato ¿verdad? Vamos a tener una charla de chicas.

-Claro, avisadme cuando acabéis.

Pero Selina ni escuchó la respuesta, ya estaba arrastrando a Lars hacia el núcleo warp.

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Horas más tarde, Dela regresaba a su camarote, donde le esperaban su esposo e hija.

-¿Cómo ha ido el día, querida?

-No me hables, ya estaba harta de escuchar a Mina y a Selina hablando de motores warp, mezclas de materia-antimateria y no se que más. Por suerte ha llegado esa chica, el guardián, ha tenido que llevarme a rastras para devolver a Norn sus memorias.

Dela le contó todos los detalles.

-¡Vaya! Espero que mi experiencia con Horam sea más divertida.

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Norn se encontró con Lars en el turboascensor de regreso a su camarote.

-Ha sido una experiencia divertida -dijo la bajorana.

-Mejor no me lo cuentes, si escucho algo más hoy sobre motores warp, me estallará la cabeza.

-Pero si Selina ha pasado la mayor parte del tiempo conmigo.

-Ese es el problema, se supone que tengo que aprender algo de cada uno de los huéspedes anteriores, pero con ella ha sido imposible. Seguro que ni se ha enterado que estaba en el cuerpo de una vulcana.

Cuando entraron en el camarote fueron recibidos por la pequeña Esther y por Sondra McHallister que hacía de canguro a la niña.

-Perdonen que no me entretenga, tengo una cita para cenar dentro de un rato.

-¿Con Ren? -preguntó Lars.

-Si, iremos a Maxim's.

-Parece que, por fin, se ha decidido a declararse.

-Eso espero -respondió la muchacha mientras salía a la carrera.

-Espera un momento -dijo un sorprendido Norn a su esposa. -¿Ren y Sondra...?

-¿Es que aún no te habías enterado? Toda la nave sabe que Ren bebe los vientos por esa chica.

-¡Vaya! Así que es por eso que me pidió prestado el programa. Aún no se como se enteró de que lo tengo.

-Es un ferengi, cariño. Tiene buen oído.

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-Mademoiselle, monsieur ... bienvenue chez Maxim's.

-Buenas noches, Pierre. -dijo Ren. -Tenemos una mesa reservada.

Sondra McHallister estaba encantada. Llevaba un bonito vestido de noche negro y alrededor de su cuello lucía un collar de perlas que llevaba en la familia varias generaciones.

Cuando llegó a la sala de hologramas y se encontró con Ren vestido con un elegante esmoquin y con una bella orquídea en las manos, se convenció a si misma que esa era la gran noche.

El maitre consultó su libro de reservas siguiendo la lista con el dedo.

-¡Le voici! Une table pour deux au nom de Monsieur Ren. Juste à côté des musiciens. Suivez-moi s'il vous plaît.

-Los dos jóvenes siguieron al maitre hasta su mesa, donde Ren, galantemente, retiró la silla de Sondra para que esta se sentara.

V

HORAM

Cuaderno de bitácora. Fecha estelar 55722,8. El Dr. Bashir continúa investigando el virus de Shelbana V, de momento ha hecho pocos progresos. Por otra parte, Norn sigue con su zhian'thara. Ya se ha entrevistado con tres de sus seis anfitriones. A los demás, solo nos queda el trabajo rutinario.

Horam también pidió el espejo para ver “la pinta que tenía”, y una vez más, Laurence tuvo que explicar como se había unido a Norn. Tras un par de trivialidades, surgió lo que Laurence calificó como “el tema inevitable”. La muerte de Horam por causa de Q.

-Bueno... ese tema ya está solucionado. No es lo que pensábamos, Q es inocente.

-¿Inocente? Yo le vi ahí, como seguramente recordarás.

-Como lo recordaban Torin y Lilandra antes que yo, pero nos equivocábamos. Él me lo contó. Y ya sabes que si una cosa no es Q, es mentiroso. Le gusta alardear de sus trastadas.

-¿Él te lo contó? ¿Cómo fue eso?

Laurence le explicó lo que pasó cuando Q visitó el JTK en el cuadrante Gamma. (7)

-¡Increíble! Y Norn le ha estado odiando durante más de dos vidas.

-Ya me disculpé en nombre de todos.

-¿Después de la jugarreta que te hizo, te disculpaste?

-¿Qué otra cosa podía hacer?

-Te obligo a bailar con él. Debió de ser humillante.

-Lo fue, pero debo confesar que, al final, fue hasta divertido.

-No creo que yo hubiese tragado.

-Tenía responsabilidades. Con mi esposa y mi trabajo. No podía quedarme en el cuerpo de Lilandra.

-¡Maldita sea! Les avisé, les dije lo peligroso del estado de ese edificio. ¿Pero me hicieron caso?

-Vamos, olvídalo. Ahora ya es demasiado tarde para lamentarse. ¿Qué tal si vamos a tomar una copa? No creo que a Adam le importe.

Horam ladeó la cabeza entornó los ojos y sonrió.

-Dice que no le importa, siempre que sea doble malta. ¿Qué significa doble malta?

-Ven, te lo contaré por el camino. Y luego te tocará a ti contarme cosas de tu vida.

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Tres horas más tarde, Adam entraba en su camarote haciendo verdaderos esfuerzos para que su cabeza dejara de dar vueltas.

-¿Cómo te ha ido con ese Horam? -le preguntó su esposa.

-Bastante bien, solo que le ha gustado demasiado el whisky de malta.

-Si, ya veo que traes los ojos brillantes. Anda, siéntate, te prepararé un café.

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Ren entró en Nivel 10 para tomarse un descanso.

Norn, que estaba en una de las mesas le vio y le hizo una seña para que se acercara.

-Veo que ya está de nuevo en funciones señor Ren -dijo cuando el ferengi se sentó frente a él.

-Así es comandante.

-¿Ya se ha recuperado del todo?

-Según la consejero Dax, aún falta un poco para hacer esa afirmación, señor.

-Siga sus consejos Ren, nuestra consejero es muy joven, pero tiene mucha experiencia.

-Si señor, más de trescientos años de experiencia según tengo entendido.

-Recuerde eso cada vez que hable con ella alférez. Y cambiando de tema, ¿cómo le fue anoche con la señorita McHallister?

Ren mostró una sonrisa de oreja a oreja.

-Todo lo bien que podía esperar señor.

-Me alegro por usted, y por ella, pero como me entere de que no se comporta como un caballero, le colgaré por las orejas del palo mayor. ¿Me he explicado con claridad?

-¿Del palo m...? Con una claridad diáfana, señor.

-Bien, y ahora, celebrémoslo. Pida lo que quiera sr Ren, yo invito.

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Ezri Dax entró en enfermería y vio a su esposo enfrascado en su trabajo.

-Deberías dejar eso y dormir un rato. Recuerda que mañana debes asistir al zhian'thara del comandante.

-Tienes razón, será mejor que mañana esté despejado. Eso de que otra mente se una a la tuya es algo fascinante...pero también un poco inquietante. Vayamos a dormir.

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Cuando V'Alizia entró en su camarote se encontró a su esposa mirándose al espejo.

-Hola cariño -la saludó.

-¿Crees que me veo gorda? -preguntó la vulcana sin apartar la vista del espejo.

-No cariño, te ves embarazada.

-Si alguna vez decidimos tener otro hijo, te encargarás tú de ello.

-Es un trato. ¿Y a quién escogeremos como padre biológico?

-¿Norn?

-Podríamos variar un poco. ¿Qué tal el teniente Jolán?

-El teniente Jolán es Boliano.

-¿Y?...¿Es que no te gusta el azul?

-Bolianos y klingons son incompatibles.

-Bueno, siempre podemos pedírselo a Ren.

-¿Has estado bebiendo?

(7) “El vals de Q”

VI

TORIN

Ren y Sondra se encaminaron a la sala de hologramas.

-¿Qué sorpresa me has preparado hoy? -preguntó la muchacha.

-Me has dicho muchas veces que te gustaría ver mi planeta, así que he conseguido un programa con el que podremos viajar a la capital de Ferenginar.

-¡Que bien! Tenía muchas ganas de visitarlo. ¿Me llevarás allí alguna vez? Al lugar donde naciste quiero decir.

-Si te gusta este programa, te prometo que iremos.

Cuando la puerta de la sala de hologramas se abrió, entraron en un andén, a través de las ventanas podía verse el exterior donde caía una fina pero persistente llovizna.

   Tomaron un transporte público para trasladarse a la ciudad. El vehículo circulaba por un tubo de material transparente que permitía ver el exterior. A lo lejos ya podían verse las  enormes cúpulas que cubrían la metrópolis y permitían a sus habitantes y visitantes permanecer secos en las calles.

   -¿Es cierto que en Ferenginar llueve la mayor parte del tiempo? -inquirió Sondra.
 -Llueve el 90% del año -respondió Ren. -Esto que ves hoy, sería el equivalente a un día ligeramente nublado en otro planeta de clase M. De hecho tenemos 178 palabras diferentes para "lluvia". Hoy está cayendo una agradable “fram”. Tanta es la humedad en nuestro planeta, que en nuestro idioma no tenemos palabra para "crujiente". 

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Torin también quiso verse en el espejo, le hizo mucha gracia verse en un cuerpo humano, y una vez más, Laurence tuvo que contar como acabó unido al simbionte. Empezaron a hablar de trivialidades, pero Torin parecía no poder concentrarse en la conversación. De vez en cuando se quedaba mirando al vacío y apenas si escuchaba lo que Laurence le decía.

-Pareces distraído. ¿Hay algún problema en tu unión con Bashir?

-No, no es eso. Lo que pasa es que Julián está muy preocupado por contener esa plaga. Tu amigo tiene un problema muy gordo y...

Torin se interrumpió de repente y ladeó la cabeza.

-¡Espera! -dijo -¿Y si...?

-¡Vaya! No se me había ocurrido ese...

-Podríamos aprovechar ese poder de mutación y...

-¡Claro! Y podríamos reforzar el tratamiento si...

Norn observaba atónito la conversación entre Torin y Julián. El rostro de Bashir iba cambiando de expresión según hablaba uno u otro.

-Perdón, no quisiera interrumpir pero...

-Lo siento Laurence -le interrumpió Torin. -Pero es que entre Julián y yo hemos descubierto la solución para la pandemia de Shelbana V... O eso creemos. Tengo que dejarte, amigo. Nos vemos más tarde.

Y salió corriendo dejando a un perplejo Laurence sin tiempo a hacer un comentario.

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Cuaderno de bitácora. Fecha estelar 55723.0

Parece ser que el Dr. Bashir, con la ayuda de Torin, el quinto anfitrión de Norn, ha encontrado una posible cura para la pandemia. Para elllo, Torin deberá permanecer en el cuerpo del doctor durante un día o dos. Según el guardián, este hecho es inusual pero, dadas las circunstancias, lo ha autorizado. Esperemos que esta singular cooperación de resultado.

Laurence Norn dio por finalizada su clase de mok'bara por ese día. Sus alumnos ya empezaban a recoger cuando Norn llamó su atención.

-Atención discípulos, un momento de atención. Hoy debo cumplir con un deber ineludible.

Todos sus alumnos permanecieron alerta, intrigados por las palabras de su maestro.

-Ren, entra en el tatami.

Entre sorprendido y asustado, el ferengi entró en la lona.

-Quítate el cinturón -dijo Norn muy serio.

-¿Maestro?

-¡Quítatelo!

Ren hizo lo que Norn le pedía y, a requerimiento de este le entregó su cinturón.

-No volverás a llevar uno de estos jamás.

Ren estaba alucinado por las palabras de Norn.

-Maestro, ¿he hecho algo malo?

-¿Malo? Dime, Ren...¿qué es esto?

-Un cinturón de aprendiz.

-Exacto. Y tú ya no eres mi aprendiz.

-¿Porqué?

-Porque ya estás graduado. Ya no puedo enseñarte nada más.

El silencio en el dojo se hizo casi palpable.

-¿Ya soy un maestro?

A Norn se le escapó una ligera risa.

-No, no eres un maestro. Para ganarte el derecho de ser llamado así, primero tienes que mejorar tu técnica por tu propia cuenta. Ahora eres un simple graduado. Practica, aprende otras técnicas de lucha y adáptalas a tu mok'bara. Tal vez en un par de años te ganes el derecho a llamarte maestro. Mientras tanto, déjame felicitarte. Eres mi primer alumno graduado.

Norn se inclinó ante Ren y este correspondió al saludo entre la salva de aplausos que le dedicaron sus condiscípulos.

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-Si es niño, se llamará Kor y si es niña, Lukara.

-Ambos son nombres klingon -respondió Belena ante las palabras de su esposa.

-Así es.

-¿Y yo no tengo derecho a opinar? ¿Porqué no un nombre vulcano?

-El bebé será un híbrido humano-vulcano. Aún así también será hijo mio. Debería tener algo klingon. Aunque solo sea el nombre.

-No había pensado en eso. De acuerdo, tendrá un nombre klingon, pero me gustaría barajar otras opciones. No tienen que ser precisamente esos.

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VII

LILANDRA

Bitácora personal del comandante Laurence Norn. Fecha estelar 55723.0

Mi zhian'thara no está siendo para nada lo que yo esperaba.

Primero, Carel no paraba de mirar y sobar los pechos de la capitán, espero que esto no me reporte problemas, y luego, tanto Selina como Torin, cada cual por motivos distintos, han pasado totalmente de mi y han ido a divertirse por su cuenta. Estoy ansioso por verme de nuevo con Lilandra.

-Una solución ingeniosa Dr. Bashir. Shelbana V está en deuda con usted.

Cuando Bashir y Torin expusieron su idea a la Comisión Médica de Shelbana V, todos se pusieron manos a la obra. Se hicieron cultivos del virus y se probó el tratamiento en ellos, luego se hicieron las primeras pruebas en shelbanianos y fueron un éxito.

-En realidad, la idea no fue mía, fue el doctor Torin Norn el que la ideó, luego la desarrollamos entre ambos. En realidad, es sencillo, solo había que pensar en ello. Aprovechar la capacidad de mutación del virus y adaptarla para que cada vez que mute se vuelva más débil. Si añadimos a eso el tratamiento para reforzar las paredes de las células, conseguimos que el virus no pueda infectarlas. En realidad, el virus sigue ahí, pero ahora es inofensivo.

-¿Y porqué no está ese Dr, Norn entre nosotros?

-En realidad si que está, en cierta forma...No pregunte, es una historia muy larga.

-Esta bien, no preguntaré, pero transmítale nuestro agradecimiento en cuanto lo vea.

-Lo haré.

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Ramón Soler entró en el turboascensor donde se encontró con Ren.

-¿Cómo va ese brazo?

Desde el encontronazo que tuvieron en Nivel-10, el ferengi se había ganado el respeto del humano y ahora eran amigos.

-Bien, desde nuestra visita a enfermería no ha vuelto a molestarme. Oye... ¿tú no podrías enseñarme eso del mok'bara?

-No, no soy maestro, justo acabo de graduarme. Pero puedes hablar con el comandante Norn, él es quien me ha enseñado a mi.

-Lo haré. Siento haberme metido con tu novia. La verdad es que no suelo hacer esas cosas, pero había bebido un poco de más y...

-Está bien, pero es con ella con quien deberías disculparte.

-Si, tienes razón, lo haré en cuanto la vea.

-Bien. Por cierto...¿Tú sabes que significa “colgar a alguien del palo mayor”?

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-Dos días, he estado solo dos días compartiendo las memorias de Torin y casi me vuelvo majara. No se como tú y el comandante os las apañáis compartiendo las memorias de varios huéspedes.

Ezri Dax sonrió ante el comentario de su esposo. Cuando el guardián regresó las memorias de Torin a Laurence Norn, afirmó que eran muy escasas las ocasiones en que la unión con un huésped eventual duraba tanto tiempo, pero que este caso lo requería.

-Te aseguro que para ambos fue complicado -dijo pasando los brazos alrededor del cuello de Julián. -Ninguno de los dos estaba preparado para la unión, pero al final te acostumbras.

-Como sea, pero nunca más, este ha sido mi último zhian'thara.

-Nunca digas nunca más, querido.

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Cuando Lilandra vio a Laurence a través de los ojos de Lars por primera vez, su sorpresa fue tal que se le escapó un grito.

-¿Laurence?...Tú...¿Tú eres el nuevo anfitrión de Norn?

-Así es, soy Laurence Norn ahora.

-Oh, dioses, que alegría volver a verte -dijo abrazándolo. -¿Pero como es posible?

Norn, una vez más, contó la historia de su unión. Aunque esta vez se ahorró la mitad de la historia, ya que ambos conocían el principio de la misma.

-¿Hiciste eso por mi?

-Claro, yo te amaba...Aún te amo.

Ella le abrazó de nuevo y le dio un beso. El beso largo y apasionado de dos amantes que llevan largo tiempo sin verse.

-Perdón, no debí hacerlo. La mujer que me presta su cuerpo tal vez no... ¡Ella es tu esposa!

-¿Quién mejor para encarnar a la mujer que una vez amé que la mujer a la que amo?

-¿Tienes un espejo?

-Ahí tienes uno de cuerpo entero.

-Ven, quiero comprobar una cosa.

Lilandra se puso frente al espejo y Laurence se situó detrás de ella rodeándole la cintura con sus brazos.

-Hacéis buena pareja. Ella es hermosa.

-Si, lo es. Cuando tú...desapareciste, creí que nunca volvería a enamorarme. Y así fue durante más de tres años pero, de pronto, apareció ella. Se llama Mina Lars, y desde el primer momento, me hizo sentir lo que creí que nunca volvería a sentir.

-Me alegro mucho por ti. ¿Tenéis hijos?

-Una hija, Esther, tiene poco más de un año.

-Me habría gustado tanto darte hijos.

-Habrían sido sanos y fuertes...y guapos.

-Tú ya sabes todo de mi, así que hablemos de ti. ¿Estamos en una nave estelar? Llévame a visitarla y quiero conocer a tu hija.

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V'Alizia entró en enfermería a la carrera para encontrarse con el doctor atendiendo a Belena.

-¿Qué ha pasado?

-No ha sido nada -respondió la vulcana. -Solo un pequeño desmayo.

-¿El bebé...?

-Tanto el bebé como la madre están perfectamente dijo Bashir. El desmayo es normal, más en un embarazo inter-especies. No hay nada de que preocuparse.

V'Alizia abrazó a su esposa.

-Deberías tomarte un permiso hasta que tengas el bebé.

-Creo que lo haré.

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-Es preciosa -dijo Lilandra meciendo a la pequeña Esther. Pero creo que se ha dado cuenta de que no soy su madre.

-Los niños tienen una gran intuición. Pero tú le gustas. Mira como te sonríe.

-Has conseguido una buena vida aquí, Laurence. Tienes una familia y has hecho buenos amigos.

-Si, he tenido suerte.

-La suerte siempre sonríe a los que se esfuerzan en encontrarla.

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EPÍLOGO

Laurence y Lars estaban en su camarote hablando de la pasada experiencia.

-Ha sido algo increíble.

-Ahora ya sabes mas o menos como me siento yo cada día.

-¿Sabes? Al principio creí que me sentiría celosa, pero cuando comprobé lo mucho que ella te amaba, solo pude sentir un gran desconsuelo.

Laurence apoyó su mano derecha en la mejilla de su esposa. Sonrió al recordar de quien había heredado esa caricia.

-En realidad, poder hablar con Lilandra ha sido una catarsis. Se fue tan de repente... Hoy, por fin, he podido despedirme de ella.

-Sigue viva, dentro de ti. Y me alegro de que forme parte de la familia.

-Bueno, es hora de dejar de lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue y disfrutar de lo que tenemos. ¿Qué tal si vamos a divertirnos un rato en las holosuites.

-¿En que has pensado?

-No se. Ya veremos con que nos encontramos.

Y cogidos de la mano abandonaron su camarote.

FIN