STAR TREK - JTK

Star Trek-JTK narra las aventuras de la nave de la Federación de Planetas Unidos -USS James T. Kirk-.

La acción se inicia unos tres años después de los hechos narrados en DS9.

lunes, 18 de enero de 2016

STAR TREK - JTK VIII // AL OTRO LADO DEL ESPEJO

¡Oh, Mino, que bonito sería entrar en la Casa del Espejo!
¡Estoy segura de que contiene un montón de cosas preciosas!

Lewis Carroll (Alicia a través del espejo)


PRÓLOGO



-¡Atchís...atchís...atchís...!

Los repetidos estornudos de Mina Lars acabaron por despertar a su marido.

-¿Te encuentras bien?

-No es nada. ¡Atchís...atchís...atchís!

-¿Seguro? Deberías ver a Bashir, podrías haber pillado algo en ese planeta.

-Los biofiltros del transportador lo habrían... atchís... atchís... detectado.

-Nunca se sabe. Vístete, iremos a enfermería antes de empezar nuestro turno.


-No es necesario, no me pasa nada malo.

Una nueva racha de estornudos siguió a esas palabras.

-Reconocerás que no es normal.

-Lo es, para una bajorana embarazada.

Durante unos segundos Laurence Norn solo fue capaz de quedarse mirando a su esposa con cara de bobo.

-¿Estas segura? -preguntó abrazándola.

-Ahora si. Las humanas embarazadas tienen nauseas y vomitan, las bajoranas estornudamos.

-¿Lo ha confirmado Bashir?

-No, no he pasado aún por enfermería para verificarlo.

-Pues a enfermería de inmediato.

Lars iba a protestar esa decisión, pero una nueva racha de estornudos se lo impidió. Finalmente asintió.

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Capítulo 1

Bashir estudió las lecturas del tricorder médico y sonrió.

-Sus sospechas eran ciertas, está embarazada de tres semanas. Felicidades.

-Gracias Doc -dijo Laurence.

-Teniente, quiero que venga una vez por semana para observar su evolución. Con estos embarazos interespecies nunca se sabe. Un embarazo bajorano dura cinco meses, el humano nueve, así que su embarazo podría durar un tiempo indefinido entre esos dos parámetros.

-Está bien doctor, no faltaré.

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Adam Grant se encontraba en su camarote sosteniendo entre sus brazos a la pequeña Alicia. La bebé se mostraba inquieta y Grant, a duras penas, conseguía evitar su llanto.

-¿Tienes hambre, verdad? Tranquila mi niña, mamá ya no tardará y te dará de comer.

Justo en ese momento entró su esposa. T'Brell sonrió ante la imagen de su esposo meciendo a la pequeña entre sus brazos.

-Hola cariño -dijo Grant. -¿Qué tal tu día?

-Rutinario. ¿Y el tuyo?

-Lo mismo. Suerte que ya estás aquí. Se de una personita que está deseando ver a mamá.

T'Brell tomó a la pequeña de los brazos de su esposo y sentándose en el sofá se dispuso a amamantar a su hija.

-No imaginas las ganas que tenía de estar en casa -dijo. -Cartografiar todo un sistema inexplorado puede llegar a ser muy aburrido.

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Ren, el joven timonel del JTK, se encontraba en Nivel 10, el bar de la nave, donde todos acudían a relajarse un rato. Tenía una copa entre las manos pero, en la media hora que llevaba sentado ante ella, aún no se la había llevado a los labios. De hecho, se había olvidado de la bebida, toda su atención estaba enfocada en la contemplación de la alférez Sondra, sentada unas mesas más allá.

-¿Es bonita, verdad?

Ren apartó la vista de la muchacha para fijarla en el recién llegado. Se trataba del alférez Morales. Ren no había advertido su presencia hasta que este le habló.

-¿Bonita dices? Es una diosa.

-¿Porqué no te acercas y le dices algo? Invítala a una copa.

-¿Bromeas? Ella es humana. Y los ferengui no tenemos muy buena prensa entre los humanos.

-Tonterías. Además, tú no eres el típico ferengui. ¡Venga chico!

-Tienes razón Morales. Si no lo intento, me arrepentiré toda la vida.

Morales observó divertido como Ren se acercaba a la joven, cruzaba algunas palabras con ella y, finalmente, se sentaba a su lado.

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-Capitán, la sonda que enviamos al universo paralelo acaba de detectar al JTK.

-Voy de inmediato comandante -respondió la capitán Mina Lars ante el comunicado de su primer oficial, el andoriano Glem.

Dos minutos después Mina entraba en el puente.

-¿Tienen las coordenadas del JTK?

-Están en órbita del planeta Gamma Hydra IV.

-¿Cuanto tardaremos en igualar las coordenadas?

-Podemos llegar en doce horas, esperemos que sigan allí por entonces.

-De acuerdo. Timonel, introduzca las coordenadas, llévenos allí a warp máximo.

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La Rouge y Norn estaban en el gimnasio, enfrentándose en un combate amistoso. Esos combates eran un buen entrenamiento para ambos y se encontraban una vez a la semana para mantenerse en forma.

-Nunca me ha contado porqué se decantó por las artes marciales klingon, comandante dijo La Rouge después del entrenamiento.

-En realidad, fue por accidente.

-¿Por accidente?

-Fue hace años. Yo era un joven cadete recién salido de la academia, aún no estaba unido a Norn. Viajaba en una nave civil, camino a mi primer destino cuando la nave fue atacada por piratas oriones. La nave resultó muy dañada y los supervivientes al ataque tuvimos que abandonarla en las cápsulas de escape.

La cápsula en la que escapé tenía solo dos viajeros. Yo mismo y un anciano klingon llamado Katar, que resultó ser un maestro de Mok'bara. Aterrizamos violentamente en una luna que, afortunadamente, tenía atmósfera respirable. Lamentablemente, a causa de la violencia del choque, nuestro radio-faro resultó averiado, por lo que el equipo de rescate no pudo encontrarnos.

Estuvimos tres meses abandonados en aquella luna sin nombre. Sobreviviendo a duras penas, dados los escasos recursos del terreno. Durante ese tiempo, ya que no teníamos mucho en lo que ocupar nuestro tiempo, Katar me instruyó en los rudimentos del Mok'bara.

Cuando finalmente nos encontraron, me enviaron a mi primer destino, pero pedí y me concedieron un permiso para poder visitar Kronos y completar mi instrucción bajo la tutela de Katar. Un año después, con mi instrucción ya terminada, volví al servicio. Y esta es toda la historia, a grandes rasgos.

-Interesante. Otro día, con más tiempo, tiene que contarme los detalles.

-Otro día. Hoy hemos agotado nuestro tiempo. El deber nos reclama.

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El comandante Norn abandonó el gimnasio y se dirigió a su habitación para tomar una ducha antes de iniciar su turno en el puente de mando. Cuando llegó a la habitación se encontró a su esposa esperándole.

-¿Qué haces aquí cariño, acaso te encuentras mal?

-Estoy bien, solo quería mostrarte una cosa.

-¿De qué se trata?

Lars le mostró un pequeño objeto que había mantenido oculto en su mano derecha. Norn observó con curiosidad el brillante objeto que su esposa sostenía en la palma de la mano, un pequeño disco de metal del tamaño de un comunicador.

-¿Qué es?

Lars había ido acercándose a él, en ese momento estaban frente a frente. Como toda respuesta, ella puso el disco sobre el pecho de Norn y antes de que pudiera reaccionar, el comandante del JTK sintió el típico cosquilleo de un teletransporte.

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La capitán La Rouge consultó nuevamente el cronómetro del puente. Su primer oficial llevaba quince minutos de retraso. Pulsó el comunicador de su pecho.

-La Rouge a Norn.

No hubo respuesta. Insistió una vez más con idéntico resultado.

-Computadora, localice al comandante Norn.

La respuesta dada por la fría voz de la computadora fue la que menos se esperaba.

-El comandante Norn no está a bordo de la nave.

Tras la sorpresa inicial, la capitán reaccionó rápidamente.

-¿Cuanto hace que el comandante Norn abandonó la nave?

-27 minutos 34 segundos.

-¿Señor Grant?

Adam Grant, el jefe de seguridad, consultó su consola.

-Todas las lanzaderas están a bordo y no se detecta señal alguna de teletransporte capitán.

-Vaya a su camarote teniente, tal vez encuentre allí alguna pista de lo que ha sucedido.

Grant abandonó el puente mientras ordenaba por su comunicador que dos de sus hombres se reunieran con él ante la puerta del camarote de Norn y Mina.
Cuando llegó los hombres que había pedido le estaban esperando. Llamó sin obtener respuesta.

-Computadora, desbloquee la puerta del camarote 7 cubierta 11, clave de seguridad Grant Epsilon Teta 4.

Grant entró en el camarote y lo encontró vacío. Consultó su tricorder y observó unas extrañas lecturas que no supo interpretar. Iba a abandonar la estancia cuando observó un extraño objeto sobre la mesilla del salón.

Se trataba de un cilindro que emitía pequeños destellos en rojo y azul. Lo examinó con el tricorder y no supo identificar su función, aunque algunas de las lecturas coincidían con las de un teletransportador. Con el extraño cilindro en la mano, abandonó la estancia para informar a la capitán.

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Capítulo 2

Mina y Norn aparecieron sobre la plataforma de un teletransportador donde cuatro nausicanos armados les estaban esperando.

-¿Donde estamos?

-Más tarde te daré las explicaciones oportunas. Ahora acompaña a estos hombres, te llevarán a tu alojamiento.

-¿Mi aloj...? ¡Espera un momento, tú no eres Lars!

-Te equivocas, soy Mina Lars.

-Pero no mi Lars. Estoy en el Ares. ¿Me equivoco?

-No te equivocas, pero ahora esta nave lleva el nombre de Libertador.

-¿Estamos en tu universo?

-Si, lo has adivinado.

-¿Cómo lo has hecho?

-Más tarde te lo explicaré todo, ahora no tengo tiempo. Debemos prepararnos.

-¿Prepararos para qué?

-Lo sabrás en su momento.

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La capitán La Rouge entró en el laboratorio de ciencias donde la teniente-comandante T'Brell había estado examinando el cilindro que su esposo encontró en el camarote de Norn y Mina. La bajorana se encontraba junto a ella.

-¿Han averiguado algo?

-No estoy muy segura capitán.

-Pero tiene una teoría.

-Creo que es una especie de teletransporte, por lo menos su funcionamiento está basado en la mecánica del teletransportador. Pero no creo que pueda llevarnos muy lejos. No en el espacio.

-¿Es una máquina temporal?

-Tampoco creo que sea eso. Mas bien parece que nos llevaría a otra dimensión, o a otra realidad, a un universo paralelo.

-¿Como es que Norn tenía este aparato?

-Tengo una teoría sobre ese punto capitán -intervino Mina.

-Le escucho teniente.

-Eso no es de mi marido, no había visto esa cosa en la vida. Creo que lo dejó ahí la persona que se llevó a Laurence.

-Apoyo esa teoría -dijo T'Brell. -Capitán, la firma quantum de esa cosa nos dice claramente que viene de una realidad paralela. Y es una firma que ya conocemos. Coincide con la del Ares.

-Comprendo. Nos invitan a visitar su universo y el secuestro de Norn es un seguro de que aceptaremos la invitación.

-Esa parece la conclusión lógica.

-¿Cómo funciona esa cosa y a cuanta gente puede transportar?

-La teniente Mina y yo hemos concluido que debemos acoplar este cilindro al sistema de navegación del JTK. No está diseñado para transportar a un grupo de gente, sino para toda la nave.

-¿Cuanto tardarán en acoplarlo?

-Dos horas.

-Bien, haga lo posible para acortar ese tiempo.

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La Rouge estaba en su despacho, repasando los informes que ella y su gente habían redactado sobre su encuentro con el Ares, cuando se presentó T'Brell.

-Adelante T'Brell, siéntese. ¿Algún problema con ese artefacto?

-Ninguno capitán. El motivo de mi visita es otro.

-Usted dirá.

-Entiendo que en ausencia del comandante Norn, yo, como segundo oficial, asumo sus funciones.

-Así es, ambas conocemos el reglamento.

-Usted quiere usar ese artefacto para transportarnos al universo alterno y rescatar al comandante.

-¿Cuál es el problema?

-Es mi deber recordarle que según el reglamento de la flota, antes de emprender una acción de esta envergadura, debemos comunicarnos con comandancia.

-De acuerdo, ya me lo ha recordado. ¿Cómo va la instalación de ese aparato?

-¿Va a seguir con su plan? Comandancia puede presentar cargos por insubordinación.

-T'Brell, antes que el reglamento, está la lealtad. No dejamos a un compañero, a un amigo, en peligro.

T'Brell frunció ligeramente el ceño. El síndrome producido por el Trelium-D sumado a su reciente maternidad y al contacto diario con humanos, la hacían más vulnerable a las emociones, aunque años de férrea disciplina vulcana hacían que aún se resistiera a dejarse dominar por ellas. La Rouge sabía eso, por eso esperó pacientemente la reacción de la vulcana.

-El artefacto está instalado y listo para su empleo. Podemos partir cuando usted guste capitán.

-Bien, antes quiero repasar estos informes. Partiremos en una hora. Téngalo todo listo para entonces.

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Norn estaba en uno de los camarotes del Libertador preguntándose qué diablos podían querer de él esa gente. De momento le habían tratado con corrección, pero la puerta del camarote estaba sellada y dos nausicanos estaban de guardia en el pasillo. Los replicadores estaban fuera de linea y no encontró nada en el habitáculo que pudiera servirle como arma. De repente la puerta se abrió para dar paso a un hombre que portaba una bandeja.

-Buenas noches comandante, le traigo la cena.

-Gracias. ¿Va a explicarme porqué estoy aquí?

-Estoy autorizado a responder a sus preguntas. Pero será mejor que cene mientras lo hago, este estofado no vale nada si se enfría.

Norn empezó a devorar la comida, no se había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta que la tuvo delante.

-Usted es humano -dijo.

-Es muy observador.

El desconocido había dado a su respuesta un tono humorístico, pero al ver la seriedad en el rostro de Norn, borró la sonrisa de su cara.

-Lo siento, no pretendía burlarme. Si, soy humano. Algunos pocos de nosotros no estamos de acuerdo con el orden actual de las cosas e intentamos cambiarlo. Creo en la igualdad entre todas las razas.

-Eso es muy loable, teniendo en cuenta como están las cosas por aquí. ¿Cuál es su nombre?

-Reginald Barclay, pero puede llamarme Rex.

-¿Porqué estoy aquí Rex?

-Para hacer de cebo.

Norn casi se atragantó con la comida al escuchar esta palabras.

-¡¿Quieren atraer al JTK?! ¿Cómo? ¿Para qué?

-El como es fácil. La capitán Mina les dejó la forma de llegar hasta aquí.

-¿Capitán? ¿Mina Lars es la capitán de esta nave?

-Así es. Es una larga historia, ya habrá tiempo para contársela. Ahora vamos a lo importante. ¿Para qué queremos al JTK? Para que nos ayuden en esta guerra.

-¿Ayudarles como?

-Tácticas, tecnología...esas cosas.

-La Rouge jamás aceptará sus peticiones.

-Si claro, ya conocemos su primera directiva. Pero la capitán Mina puede ser muy persuasiva.

-Ya veo, hablan de libertad e igualdad, pero actúan igual que sus opresores.

-A veces, tenemos que hacer el mal, un mal menor, para conseguir el bien comandante.

-¿El fin justifica los medios?

-Lamentándolo mucho señor, en esta ocasión tengo que darle la razón a Maquiavelo.

-No esperarán que colabore con ustedes.

-No esperamos nada de usted comandante, excepto que no de problemas.

-No le prometo nada Rex.

-Lo suponía. Ahora debo dejarle. Más tarde le visitará la capitán. Ella le informará de nuestros planes para ustedes. Por favor, devuelva ese cuchillo que ha escondido a la bandeja.

Norn hizo lo que Rex le pedía con un gesto de disgusto. Barclay recogió la bandeja y abandonó el camarote.


Capítulo 3

-Capitán, todo está a punto para iniciar la misión, esperamos sus órdenes -informó T'Brell cuando la capitán entró en el puente.

La Rouge se instaló en el sillón de mando.

-Procedan.

-Señor Ren -ordenó la vulcana – velocidad de impulso, en cualquier dirección.

El timonel hizo avanzar la nave.

-Sala de máquinas, activen el mecanismo interdimensional.

Un ligero temblor se hizo sentir en toda la nave. Las estrellas desaparecieron y a través de las pantallas solo podía verse un fondo lechoso. Unos segundos después las estrellas reaparecieron.

-Navegación, informen.

-Hemos pasado comandante. La firma quantum del exterior coincide con la que registramos en el Ares.

La Rouge se puso en pie.

-Señor Ren, devuélvanos a nuestras anteriores coordenadas. Analicen las proximidades.

-Capitán, nos llaman, es el Ares.

-En pantalla.

Un rostro conocido apareció en la pantalla principal.

-Saludos capitán La Rouge. Soy la capitán Mina, de la nave Libertador, de la Alianza Rebelde.

-Capitán Mina, usted retiene a uno de mis hombres. Exijo que lo devuelva de inmediato.

-Me temo capitán que no está en posición de exigir nada.

-Exponga sus intenciones.

-Más tarde visitaré su nave y hablaremos. Y no se esfuerce en localizarnos, nuestra nave posee un dispositivo de ocultación.

Mina cortó la comunicación en ese punto.

-Quiero todos los sensores trabajando al máximo -ordenó La Rouge. -Localicen la posición de esa nave como sea.

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Mina Lars entró en el camarote donde retenía a Norn.

-¡Que honor, la capitán se digna visitarme!

Mina no respondió al sarcasmo. Se quedó mirándole fijamente.

-¡Te pareces tanto a él! -dijo.

-¿Le añoras? Por lo que recuerdo, no te trató muy bien.

-Al final cambió. Me pidió que me casara con él. Creo que tú tuviste mucho que ver en ese cambio.

-Tuvimos una conversación al respecto, si.

-Lo imaginaba, te lo agradezco.

-Bonita forma la tuya de agradecer algo.

-Esto no tiene nada que ver con lo nuestro.

-No hay nada “nuestro”.

-No, claro que no. Ya sabes lo que quería decir.

-Lars...Simpatizo con vuestra causa, de verdad, pero sabes que no puedo ofrecerte lo que pedís. Nadie en el JTK puede hacerlo.

-Ya veremos.

-¿Porqué has venido a verme? Rex ya me informó de lo que debía saber.

-No lo se, supongo que necesitaba verte...verle a él... esto ha sido un error.

Mina se volvió hacia la salida, pero Norn la retuvo agarrándola por los hombros.

-Aún estás a tiempo de detener esta locura.

-No puedo.

Ella se zafó de su abrazo y abandonó la estancia.

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-El sector Bajor ya es nuestro, así como algunos sistemas circundantes. El ejemplo ha cundido y en cada mundo se han organizado grupos rebeldes que hacen guerra de guerrillas contra los opresores. Con los astilleros Antares en nuestro poder nuestra flota está aumentando. Todo el maldito cuadrante está en guerra. Pero la maquinaria de guerra del imperio es demasiado poderosa. Necesitamos ayuda y ni los klingon ni los romulanos están dispuestos a intervenir.

La Rouge escuchaba atentamente a la Mina Lars de ese universo. Lo cierto es que simpatizaba con su causa, pero no podía ayudarla.

-Lars, conoce nuestra primera directiva, no podemos ayudarles.

-Este no es su universo. ¿Qué más les da?

-Eso no cambia las cosas. Tenemos unas normas y nos ceñiremos a ellas. ¿Va a devolverme a mi primer oficial?

-Si Esther, se lo devolveré. Pero eso no se lo va a poner más fácil.

-¿Qué quiere decir?

-El dispositivo que le dejé estaba diseñado para un solo viaje.

-Lo se.

-Y también sabrá que algunos elementos de su composición no son fáciles de encontrar. A no ser que les entreguemos otro cilindro no podrán volver a casa.

-Subestima nuestras capacidades.

-Tal vez. Pero, mientras tanto, están aquí y tarde o temprano tendrán que tomar partido.

-Puede ser, pero de momento, la respuesta es no. ¿Qué le ha pasado Lars? Cuando la conocí jamás imaginé verla llegar a estos extremos.

-Las situaciones desesperadas requieren soluciones desesperadas. Ya conoce mi propuesta. El cilindro a cambio de tecnología y conocimientos.

-Ya conoce la respuesta.

-Cambiará de opinión, cuando lo haga ya sabe como contactarme.

-Mejor espere sentada. Teniente Grant, acompañe a nuestra invitada a la sala del teletransporte.

Mientras La Rouge veía marchar a la bajorana, no pudo evitar pensar que sería una rival temible. A partir de un puñado de alienígenas que se amotinaron en una nave, había conseguido levantar en armas a todo el cuadrante. No debía subestimarla.

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Mina entró en el camarote donde Norn estaba encerrado.

-Acompáñame.

-¿A donde?

-A la sala del transportador.

-¿A donde vamos?

-Yo a ninguna parte. Tú vuelves al JTK.

-¿Me liberas? No creo que La Rouge haya pactado contigo.

-No lo ha hecho. Pero lo hará.

Mientras se encaminaban al teletransporte Mina le contó su conversación con La Rouge.

-Espera, tengo una idea -dijo Norn. -Vamos al puente.

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-Capitán, recibimos una llamada del Libertador.

-En pantalla.

Los rostros de Norn y la capitán Mina aparecieron en la pantalla principal.

-Comandante, me alegra verle. ¿Está usted bien?

-Perfectamente capitán. Acabo de ser liberado.

-¿Cuando vuelve al JTK?

-Inmediatamente si usted lo ordena, pero le pido permiso para quedarme a bordo del Libertador durante un tiempo.

-¿Con qué objeto?

-He pensado que si observo sus tácticas y sus recursos tal vez encuentre una forma de ayudarles.

-Señor Norn, ya conoce las normas de la federación.

-Prometo que respetaré la directiva primaria capitán. Pero, tal vez, pueda ayudarles indirectamente. Considere mi estancia aquí como un intercambio cultural.

La Rouge sopesó los pros y los contras de la petición de su primer oficial. Decidió que el hecho de que Norn permaneciera en el Libertador no empeoraba la situación, en cambio, abría una posibilidad de mayor entendimiento con la alianza.

-Capitán Mina. ¿Tengo su palabra de que mi primer oficial podrá volver al JTK cundo se le requiera?

-La tiene -respondió la aludida.

-De acuerdo. Permiso concedido comandante, pero deberá informar cada doce horas. Buena suerte.

-Gracias capitán. Dígale a mi esposa que volveré lo antes posible.

Capítulo 4

-Gracias por ayudarnos -dijo Mina al cerrar la comunicación.

-No me las des aún, no puedo prometerte nada.

-Pero lo estás intentando, para mi es suficiente.

-Está bien, ahora cuéntame todo lo que necesito saber. Empieza por explicarme todo lo que habéis hecho desde que nos separamos la otra vez.

-Es una larga historia.

-Pues cuanto antes la empieces, antes la terminarás.

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-Capitán, hemos descubierto la posición del Libertador. -informó T'Brell. -Se encuentra en órbita al otro lado del planeta.

-¿Qué sabemos de su dispositivo de ocultación?

-Su diseño es claramente romulano.

-Soluciones desesperadas para situaciones desesperadas -murmuró La Rouge recordando las palabras de Mina. -Están dispuestos a pactar con el mismo diablo.

-¿Capitán?

-Solo hablaba conmigo misma T'Brell. ¿Podemos transportarnos al interior del Libertador si es necesario?

-No creo que tengamos ningún problema en hacerlo.

-Bien. Quiero que usted y Grant elaboren un plan de rescate, por si tenemos que llevarnos al comandante Norn a la fuerza.

-A la orden capitán.

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Mina y Norn paseaban por los pasillos del Libertador.

-Parece que habéis avanzado mucho en vuestra rebelión.

-Tal vez, pero no podemos quedarnos donde estamos. Tenemos que continuar anexionando sistemas. El poder militar del imperio es demasiado grande, si queremos liberar a todo el cuadrante debemos encontrar la forma de anular esa ventaja.

-¿Habéis intentado replicar esos sistemas de ocultación romulanos?

-Si, pero es complicado. Algunos componentes no pueden replicarse y son casi imposibles de encontrar dadas las circunstancias.

-Lástima, si todas vuestras naves estuvieran equipadas con esos dispositivos las cosas estarían más niveladas.

-Si, eso ayudaría mucho.

-¿Porqué no me dejas ver las especificaciones de ese dispositivo? Tal vez se me ocurra algo.

-¿Y vuestra primera directriz?

-La primera directriz no puede saltarse pero, a veces, puede rodearse.

-¿Y eso qué significa?

-En realidad no os estaría dando nueva tecnología, estaría ayudándoos a modificar la que ya tenéis.

-Intentémoslo. Vamos a ingeniería.

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Samantha Sulu, capitana del ISS Ira Dei, estaba durmiendo en su habitación cuando sonó el comunicador. Medio adormilada respondió.

-Sulu.

-Capitán, hemos detectado una nave no identificada en la órbita de Gamma Hydra IV.

Sulu se despabiló y continuó la conversación mientras se ponía el uniforme.

-¿Qué tipo de nave?

-Las especificaciones dicen que es una Galaxy, pero no está registrada por el imperio.

-Debe ser una de las naves rebeldes construidas en Antares. Ponga rumbo a esas coordenadas, warp máximo. En un minuto estoy en el puente.

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Mina Lars entró en el comedor, hizo su pedido al replicador y se sentó en una de las mesas. En ese momento empezó a estornudar.

-Diecisiete, -dijo Grant – van dos raciones del replicador.

-Veintiuno, -respondió Ren -y que sean tres raciones.

-Veintitrés -añadió una voz a sus espaldas.

Ambos se volvieron apurados al reconocer la voz de La Rouge.

-¿Capitán? ¿Usted también apuesta?

-Si ustedes no lo cuentan, yo tampoco -respondió ella guiñando un ojo.

Sin embargo no tuvieron tiempo de contar los estornudos de Mina, ya que en ese momento se escuchó la voz de T'Brell por el comunicador de la capitán.

-Capitán, se requiere su presencia en el puente.

-Ahora voy.

La Rouge entró en el turboascensor acompañada de Grant y Ren. Cuando entró en el puente la vulcana le informó:

-Una nave imperial a salido de Warp en el exterior del sistema. Nos pide que nos identifiquemos.

-¿Lo ha hecho?

-Negativo. He preferido esperarle a usted.

-Repiten su requerimiento capitán -dijo Grant que ya había tomado posesión de su consola.

-Esta bien, los no humanos que salgan del alcance de la pantalla, tal vez podamos salir de esta.

Cuando los tripulantes no humanos estuvieron ocultos La Rouge hizo un gesto a Grant para que abriera la comunicación.

-Aquí la capitán Esther La Rouge del ISS...Mjolnir.

-Soy la capitán Samantha Sulu del ISS Ira Dei. ¿La Rouge? ¿Pero no había muerto?

-Y debo seguir muerta. Para todo el mundo. Esta es una orden imperial de grado Rojo 1. Debe usted dar media vuelta, borrar de sus bitácoras cualquier dato de nuestro encuentro y guardar silencio respecto al mismo. La desobediencia será considerada alta traición.

-¡Rojo 1! Lo siento capitán, no sabía...

-No debía saberlo. Ahora lárguese.

La Rouge mandó cortar la comunicación en ese punto.

-¿Rojo 1? ¿De donde ha sacado eso?

-Es algo que le oí al comandante Norn alternativo señor Grant. Parece que funciona, se alejan.

El ISS Ira Dei desapareció en un estallido warp. Un segundo después, el JTK recibía otra llamada.

-Muy astuta capitán La Rouge. Pero ahora es peligroso continuar aquí.

-¿Qué sugiere capitán Mina?

-Están invitados a visitar nuestra base.

La Rouge no se lo pensó mucho rato. Ya les habían descubierto una vez y podían hacerlo de nuevo. Esta vez habían tenido suerte, pero la próxima...

-Está bien, aceptamos. Denos las coordenadas.

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El ISS Ira Dei, de clase Cheyenne, tenía unos sensores más sofisticados que los de la clase Galaxy, por lo que que Sulu pudo vigilar al JTK desde el exterior del sistema planetario sin que este pudiera detectar su nave. Cuando vio desocultarse al Libertador y después partir ambas naves, una sonrisa de triunfo apareció en sus labios.

-Sabía que había gato encerrado. Timonel, iguale su rumbo y velocidad, manténgase fuera del alcance de sus sensores.

El oficial pulsó los controles adecuados y el Ira Dei entró en warp en persecución de las otras dos naves.

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Norn y la capitán Mina estaban revisando las especificaciones del generador de escudos.

-Básicamente son idénticos a los nuestros, pero hace poco incluimos unas mejoras.

Norn introdujo en la computadora las modificaciones.

-¿Qué te parece?

-Eso aumentará la eficiencia un diez por ciento -dijo Mina.

Al acercarse a la pantalla para observar mejor las modificaciones su mejilla rozó la de Norn. Ambos se volvieron para mirar al otro y sus miradas se cruzaron. Por un instante sus labios se unieron, pero Norn se echó para atrás.

-No, esto sería un error. Lo siento, no se que me ha pasado.

-Lo mismo que a mi. Por un momento hemos olvidado quién somos realmente. Yo también lo siento.

El acarició su mejilla en un gesto afectuoso.

-En otro momento y otro lugar habría funcionado. Pero ahora es imposible.

-Tu esposa es una mujer afortunada, Laurence Norn.

-Yo soy el afortunado. ¿Seguimos con esto?

-Será lo mejor.

Capítulo 5

Doce horas más tarde, el JTK y el Libertador salían de warp a las afueras del sistema de Antares, donde la Alianza Rebelde había establecido su nueva base, cerca de los astilleros. Las dos naves atracaron juntas y las delegaciones de ambas se reunieron con el comité de bienvenida.

-Capitán La Rouge, es un honor conocerla por fin. Soy el almirante Tuvok, ya conoce a la capitán T'Brell.

-El honor es mio almirante. Supongo que no necesito presentarle a mis oficiales -respondió La Rouge señalando a “sus” Mina y T'Brell.

Tuvok inclinó levemente la cabeza como respuesta.

-Espero que nos acompañarán a cenar, les hemos preparado una cena de bienvenida.

-Será un placer almirante.

Se encaminaron todos hacia los comedores, pero Norn, que había desembarcado con la capitán Mina, y su esposa se rezagaron y desaparecieron por un pasillo lateral. El la abrazó y besó con pasión.

-¿Estás bien? -preguntó acariciando su abdomen.

-Ambos lo estamos papá.

Norn sonrió ante el apelativo.

-Siento no haber vuelto de inmediato, pero pensé...

-Te sentiste obligado hacia ellos, lo se. A mi me pasa lo mismo. Yo sembré la semilla de la rebelión en la mente de mi homóloga.

-Solo precipitaste lo inevitable. Es increíble lo que han logrado esta gente.

-¡Ah, estáis aquí! -dijo la otra Mina Lars que había vuelto sobre sus pasos al darse cuenta de que no seguían a los demás. -Es por aquí.

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-Capitán, los objetivos salen de warp, en el sistema Antares.

Samantha Sulu hizo una mueca de disgusto.

-Eso es territorio ocupado por la rebelión. Mantenga el warp timonel, de media vuelta y llévenos a territorio imperial. Abran un canal con comandancia, pásenlo a mi despacho. Comandante García, el puente es suyo.

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El estado mayor del JTK estaba en la sala de reuniones.

-Señores, ya conocen el motivo de esta reunión. ¿Alguna sugerencia?

-Evidentemente -dijo Grant -tenemos que encontrar uno de esos cilindros, hacernos con él y volver a nuestro universo, antes de vernos involucrados en esta guerra.

-¿Hacernos con el cilindro? -Intervino Bashir. -¿Quiere decir robarlo?

-Es evidente de que no van a dárnoslo voluntariamente, doctor.

-Solo me estaba planteando lo ético de esa decisión.

-¿Ético? Le recuerdo, doctor, que esa gente, prácticamente nos ha secuestrado.

-Calma caballeros -intervino La Rouge -Doctor, aún a mi pesar, debo darle la razón al señor Grant. No debemos involucrarnos en esta guerra.

-Pero no sabemos donde guardan ese cilindro -dijo T'Brell. -Y no nos lo dirán voluntariamente.

-Tal vez haya un modo -dijo Mina.

-La escucho teniente -dijo La Rouge.

-Se que mi contrapartida se siente sexualmente atraída por mi esposo...

-No sigas -la cortó Norn. -¿Pretendes que la seduzca?

-No creo que te costara demasiado, he visto como te mira.

-Capitán, supongo que no apoyará esta locura.

-Naturalmente, no puedo ordenarle algo así, pero no me parece una mala opción. Si usted...

-¡Basta! No quiero oír nada más. Con su permiso, me retiro capitán, no me encuentro bien.

Sin esperar respuesta se levantó y abandonó la sala. Los demás, se miraron unos a otros asombrados por la reacción de Norn. Mina se puso en pie.

-Si me permite, capitán.

-Vaya con él, teniente.

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-Capitán, tiene una llamada de comandancia.

-Pásela a mi despacho.

Cuando Samantha Sulu entró en su despacho, su mente era un hervidero de emociones. ¿Qué habría decidido comandancia respecto a su informe? ¿Le ordenarían entrar en acción?
Conectó la pantalla donde apareció un rostro conocido.

-Almirante Chandra. Me alegra verle de nuevo, señor.

Daniel Chandrasegarampillai sonrió. Su apellido de origen indú resultaba difícil para la mayoría, por eso, en una especie de acuerdo no consensuado, todo el mundo lo llamaba por esa abreviatura, ya estaba acostumbrado a ello.

-Yo también me alegro de verte, Sam. Aún recuerdo cuando era capitán y una joven y ambiciosa subteniente entró a servir a mi nave. Has llegado lejos desde entonces.

-¿Cuales son las órdenes señor?

-Se te ordena esperar en tus coordenadas actuales. Dentro de tres días se te unirán la Voyager, a las órdenes del capitán Kim, la Potemkin B, comandada por el capitán Bowman y la Kali, al mando del capitán Rojo. Dirigirás las cuatro naves en un ataque a los astilleros Antares. Debes destruir los astilleros y, a ser posible, el JTK. Si los rebeldes siguen construyendo naves a ese ritmo, pronto serán tan poderosos como para atacar el sistema terrano. Debemos evitarlo a cualquier precio.

-¿Estoy al mando de la misión, de las cuatro naves?

-Estas al mando, “comodoro” Sulu. El nuevo emperador ha puesto su confianza en ti. No le decepciones.

-No lo haré señor. Destruiré los astilleros y a esa nave.

-Bien, Chandra fuera.

Samantha Sulu apagó el monitor mientras intentaba digerir las palabras de Chandra. ¡Comodoro! El emperador se había fijado en ella, no podía fallarle. Cumpliría su misión a cualquier precio, después...bueno, con el favor del emperador, no habría límites a lo que pudiera hacer.

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Mina Lars encontró a su esposo en Nivel 10, el bar de la nave, con un vaso de bourbon en la mano. Se sentó junto a él y le cogió las manos.

-¿Qué ha pasado en la sala de reuniones, porqué has reaccionado así?

-¿Que porqué he...? Me parece increíble que de todos, fueses tú la que propuso esa absurda idea.

-No es tan absurda, creo que tiene posibilidades. ¿Temes que me ponga celosa?

-¿No lo entiendes, verdad?

-¿Qué tengo que entender?

-Ella...no solo se te parece, es...prácticamente es tú. Parece increíble, con las vidas tan diferentes que habéis tenido...sois casi la misma persona.

-Más a mi favor. Si yo me enamoré de ti, ella también lo hará.

-Sigues sin comprenderlo.

-Entonces explícamelo.

-Ella y yo hemos trabajado muy unidos estos días...Hubo un momento en que nosotros casi...casi olvidamos quienes éramos realmente y...

-Comprendo. ¿Ha habido algo entre vosotros?

-No, realmente no, pero...

Mina rodeó el rostro de su esposo con las manos, obligándole a mirarla a los ojos.

-Confío en ti plenamente, se que eres capaz de hacerlo sin caer en esa tentación. No te estoy pidiendo que aceptes esa misión. Decidas lo que decidas, te apoyaré.

-Parece que tienes más fe en mi que yo mismo.

Mina se puso en pie y le cogió la mano.

-Ven, es tarde, vamos a dormir. Mañana lo verás todo más claro.

Capítulo 6

La capitán La Rouge estaba en su despacho, meditando cual sería su siguiente paso con una taza de te entre las manos cuando sonó el timbre de entrada.

-Adelante -dijo mientras se giraba para ver quien entraba.

Su visitante resultó ser el comandante Norn.

-Capitán, quería disculparme por mi comportamiento de ayer. Fue algo impropio de mi rango. Aceptaré cualquier castigo disciplinario que me imponga.

-No será necesario comandante. Comprendo su reacción. ¿Ha tomado ya una decisión?

-Acepto la misión. Intentaré por todos los medios que la capitán Mina me entregue uno de esos cilindros.

La Rouge se puso en pie, se acercó a su primer oficial y le miró a los ojos.

-Se que es un método poco ortodoxo y que es especialmente difícil para usted dadas las circunstancias. Normalmente no le pediría esto a ninguno de mis oficiales, pero no estamos en una situación normal.

-No hace falta que se disculpe capitán. Lo haré lo mejor que pueda.

-Lo se. Buena suerte comandante.

-Gracias -respondió Norn estrechando la mano que La Rouge le tendía.

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-Capitán, tres naves saliendo de warp, nos saludan.

-En pantalla. Transmisión múltiple, que nos veamos todos.

La pantalla principal del Ira Dei se dividió en tres para mostrar a los capitanes del Voyager, del Potenkim y del Kali.

-Capitán Harry Kim presentándose al servicio, comodoro.

-Soy el capitán David Bowman, a sus órdenes señor.

-Capitán Juan Rojo, a sus órdenes comodoro.

-Bienvenidos señores. Les espero dentro de quince minutos en mi despacho, para concretar el plan de acción.

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Laurence Norn entró en la sala de recreo de la estación buscando a la capitán Mina, la encontró hablando con la capitán T'Brell.

-Espero no interrumpir nada importante.

-No, solo es una charla trivial -respondió Mina. -¿Quieres sentarte?

-Claro -dijo Norn tomando asiento junto a las dos mujeres.

-¿Cómo va todo por el JTK?

-Bueno...el ambiente está un poco tenso. En general, la gente no se ha tomado muy bien esta especie de secuestro.

-Lo comprendo. ¿Y qué hay de ti?

-Yo siempre intento ver el lado positivo de la situación. Por ejemplo, aquí he conocido gente muy interesante. Vosotras dos sois un buen ejemplo de ello.

-¿Qué te parece T'Brell? El comandante cree que somos interesantes.

-Debo decir que ustedes también han despertado mi curiosidad -respondió la vulcana dirigiéndose a Norn.

-Que bien, me alegro. De hecho, Mina, estoy aquí para proponerte que prosigamos con nuestra colaboración. Tengo que admitir que me he sentido muy a gusto trabajando contigo.

-Ejem, discúlpenme, -interrumpió T'Brell -pero tengo trabajo que hacer. Comandante, ha sido un placer verle de nuevo.

-Igualmente, capitán.

-Los vulcanos nunca han sabido ser sutiles. Hay cosas que no cambian, en ningún universo -dijo Norn mientras observaba como se alejaba la vulcana.

-¿Porqué lo dices?

-¡Vamos! Es evidente que ha querido dejarnos solos.

-Quizá ha interpretado tus intenciones mejor que yo. ¿Qué buscas realmente?

-Ya te lo he dicho, seguir con nuestro trabajo. En la situación actual, no hay mucho que hacer en el JTK.

-¿Y en lugar de aprovecharlo para pasar más tiempo con tu esposa, prefieres venir a verme a mi?

-Verás...últimamente,la relación con mi esposa no es tan buena como la gente cree.

-Y has decidido darte un respiro.

-Eeeem... Es una forma de decirlo, si.

-¿Te apetece venir a respirar a mi camarote, pongamos a eso de las 20,00?

-Si, ciertamente me apetece respirar contigo.

-De acuerdo, te esperaré, se discreto.

-Discreción es mi segundo nombre.

-Ahora te dejo, tengo trabajo.

Norn observó alejarse a la contrapartida de su esposa.

-¡Diablos! -dijo para si. -No creí que fuera tan fácil.

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Los capitanes Kim, Bowman y Rojo estaban reunidos con la comodoro Sulu en la sala de juntas del Ira Dei.

-Supongo que ya les han informado de nuestra misión, señores.

Los tres hombres movieron afirmativamente la cabeza.

-Bien, frente a ustedes tienen el plan de ataque que he elaborado. Estúdienlo y díganme su opinión. No teman destacar posibles inconvenientes o sugerir algunos cambios. La misión que nos han encomendado es muy importante. Necesito de toda su experiencia. El ataque ha de ser más que exitoso. Ha de ser demoledor.

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-Dime que estoy haciendo lo correcto.

Norn estaba con su esposa, en su camarote del JTK.

-Estás haciendo lo necesario -respondió ella.

-No se. Me siento sucio engañando a esa mujer de este modo.

-Ella también te engañó a ti haciéndose pasar por mi. Por eso estamos en esta situación.

-¿Y eso justifica mis acciones?

-No lo se. Pero, a veces, tenemos que hacer cosas que nos desagradan. ¿O es que crees que a mi me hace mucha gracia que te acuestes con ella?

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Horas más tarde, Norn llamaba a la puerta de la capitán Mina. La puerta se abrió y oyó la voz de la mujer desde otra habitación.

-Pasa y sírvete una copa, enseguida salgo.

Entró a la sala de estar y se dirigió a un mueble donde se veían varias botellas. Se sirvió una copa de lo que le pareció que era brandy sauriano y se sentó en el sofá. Al dejar la copa sobre la mesilla vio el objeto depositado sobre ella. Era uno de los cilindros de transporte dimensional. Lo cogió y lo observó detenidamente. ¿Porqué estaba ese objeto precisamente allí?

En ese momento, Mina salió de una de las habitaciones.

-Es lo que viniste a buscar. ¿No es así?

Norn la miró fijamente. No era lo que había esperado de ella.

-Yo...no es lo que crees...

-Laurence, no sabes mentir. ¿De verdad pensaste que me creería tu historia? ¿Que habías discutido con tu esposa y habías venido a buscar consuelo entre mis brazos?

Él bajo la vista avergonzado.

-En estos momentos debes odiarme mucho.

-No, no te odio. Te comprendo. Además, fui yo la que te arrastró a esto.

-¿Porqué me das esto, así, sin más?

-Porque te amo. O, mejor dicho, porqué amé al hombre que habrías sido en esta realidad. O, tal vez, porque quiero hacer lo correcto.

-Esto puede traerte problemas.

-No creas, no me lo tendrán en cuenta. Soy uno de los héroes que inició la revolución ¿recuerdas?. Saldré de esta.

-¿Qué puedo decir? Gracias.

-Ve, vuelve con los tuyos y regresad a casa. Siento haberos metido en esto.

Norn la abrazó y la besó.

-Ojalá las cosas fueran diferentes. Suerte en vuestra lucha Mina Lars.

-Feliz regreso a casa Laurence Norn.

Norn abandonó la estancia y regreso a su nave. Se sentía bien por haber logrado su objetivo, pero también notaba una extraña sensación, como un peso en su conciencia.

Capítulo 7

La Rouge y Tuvok estaban reunidos en el despacho de este. La capitán del JTK esperaba convencer al almirante rebelde de que liberara su nave.

-No puede retenernos aquí eternamente almirante. Nosotros no tenemos nada que ver en esta guerra. Debe dejarnos partir.

-Si hago eso, ¿a donde irían?. No pueden volver a casa sin nuestra ayuda.

-Buscaremos la forma, sin interferir en este universo. En última instancia, siempre podemos buscar un planeta deshabitado y establecer una colonia.

-¿Porqué debería hacer lo que me pide? Podríamos tomar su nave a la fuerza y hacernos con su tecnología.

-Ha podido hacerlo desde el principio. No creo que sea su estilo.

-Le pido una vez más que nos ayude. Cualquier cosa que pueda darnos, por poco que sea, sera útil a nuestra causa.

-No puedo.

Tuvok unió sus manos por las palmas y fijó su penetrante mirada en el rostro de La Rouge. Ella soportó estoicamente el escrutinio.

-Usted gana capitán. Daré orden de que su nave sea liberada. Les deseo lo mejor.

-¿Así,sin más? ¿No piensa presionarnos para obtener lo que desea?

-Como usted ha dicho, no es nuestro estilo. Ya hemos violado suficientemente nuestros principios trayéndoles hasta aquí contra su voluntad. Y respetamos nuestros principios, tanto como usted los suyos.

-¿Qué hay de esa tecnología suya para regresar a casa?

La Rouge, al hacer esta petición, esperaba cubrir la traición de Mina Lars.

-No estoy autorizado a entregársela a cambio de nada. Supongo que lo comprende.

-Naturalmente.

-Puede retirarse capitán. Cuando vuelva a bordo de su nave, la orden de liberarlos ya habrá llegado al puerto.

-Ha sido un honor conocerle, señor.

-Lo mismo digo -respondió Tuvok estrechando la mano de La Rouge.

En el momento en que la capitán del JTK abandonó el despacho, una puerta se abrió detrás de Tuvok dando paso a Mina. Tuvok volvió la mirada hacia ella.

-Esta gente podría haber sido de mucha ayuda.

-Tal vez. Pero ambos hemos hecho lo correcto, almirante.

-Eso espero, capitán, eso espero.

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Samantha Sulu estaba en el puente del Ira Dei observando la pantalla donde se veían los rostros de los tres capitanes que se hallaban bajo su mando.

-Informen.

-Voyager a punto y esperando órdenes comodoro.

-Potenkim a punto, señor.

-Kali a punto, comodoro.

-Bien, nos vemos en las coordenadas de encuentro. ¡Larga vida al Imperio!

-¡Larga vida al Imperio! -respondieron los tres capitanes al unisono.

Una tras otra, las cuatro naves imperiales desaparecieron en sendos estallidos warp.

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La Rouge entró en el puente y ocupó el sillón de mando.

-¿Lo ha conseguido? -preguntó Norn.

-Así es, comandante. ¿Está instalado el cilindro que nos entregó la capitán Mina?

-Estará operativo en, aproximadamente, noventa minutos capitán.

-Perfecto. Abandonaremos el sistema a velocidad de impulso. Contacten con las autoridades del puerto y pidan permiso para partir.

-Comandancia de puerto nos concede el permiso, capitán.

-Señor Ren, sáquenos de aquí, impulso máximo. Cuando esté a punto, activen ese dispositivo.

Ren manipuló los mandos del timón sacando al JTK del puerto.

-Hemos partido, capitán. Nos dirigimos al exterior del sistema.
-Volvemos a casa, señores.

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-Capitán, saldremos de warp en cinco minutos.

-Comuníqueme con las otras naves.

-Comunicación abierta, las tres naves a la escucha, capitán.

-Señores, ya conocen el plan. No esperan este ataque, el factor sorpresa es nuestra mayor baza. No quiero heroicidades ni iniciativas creativas. Cíñanse al plan.

-Kim, recibido.

-Bowman, recibido.

-Rojo, recibido.

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Tuvok estaba en su despacho, leyendo los informes de los diferentes puntos en conflicto cuando sonó su intercomunicador.

-Almirante, cuatro naves imperiales han salido de warp a diez mil kilómetros de aquí. Se acercan en formación de combate.

-¿De cuantas naves disponemos?

-Solo hay dos naves en pleno funcionamiento en la instalación.

-Que salgan inmediatamente a enfrentarse a los atacantes y envíen un SOS a las naves más cercanas. Activen todas las defensas. Póngame esas naves en la pantalla.

Mientras toda la instalación se ponía en marcha para cumplir sus órdenes, Tuvok observó espantado a los cuatro atacantes.

-Maldición, llegan en el peor momento.

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-Capitán -anunció Grant observando su consola, -cuatro naves han salido de warp dentro del sistema. Están atacando los astilleros.

Norn se puso en pie como impulsado por un resorte.

-Tenemos que ayudarles, capitán.

-No pienso dar esa orden, comandante.

-¡¿Qué?! No están en condiciones de defenderse de ese ataque. ¿Va a dejar que los masacren?

-Creí que había quedado claro desde el principio que esta guerra no es asunto nuestro, comandante. No debemos intervenir. La directiva primaria es muy clara.

-Capitán -intervino T'Brell. -No hace mucho, usted misma me dijo que antes que el reglamento está la lealtad, que no se abandona a los amigos ante el peligro.

-Estoy de acuerdo con eso -dijo Grant.

La Rouge se levantó encarándose a sus oficiales.

-Esto no es una democracia señores, guárdense sus opiniones. Tienen sus órdenes, cúmplanlas.

-¡Al diablo la directiva primaria! -dijo Norn. -Capitán, esto no está bien, usted lo sabe.

La Rouge se cubrió los ojos con las manos durante unos segundos.

-Está bien, de acuerdo. Vamos allá -dijo. -Señor Ren, señor Grant, patrón de ataque delta. Vamos a dar tiempo a esa gente para activar sus defensas.

Capítulo 8

Las cuatro naves atacaron siguiendo el plan establecido. Mientras el Ira Dei y el Potemkin atacaban los puntos claves de los astilleros, el Voyager y el Kali se dedicaron a destruir las naves en construcción.

Los astilleros respondieron con sus cañones láser, pero dada la movilidad de las naves, no eran muy efectivos. Las dos naves disponibles, el Libertador y el Justiciero, consiguieron salir del puerto y se enfrentaron valientemente a un enemigo superior en número y en estrategia de batalla.

Desde su silla en el puente del Ira Dei, la capitán Sulu se esforzaba en coordinar el ataque. De pronto un fuerte impacto sacudió la nave.

-¿Qué ha sido eso?

-Comodoro, una tercera nave proveniente del otro extremo del sistema, nos ataca. Parece el JTK.

-Malditos entrometidos. Capitán Bowman, encárguese de esa nave.

El Potemkin viró para enfrentarse al JTK, pero la nave ya no estaba allí, se había deslizado entre la flotilla imperial y ahora estaba atacando al Kali. Bowman hizo maniobrar su nave para enfrentarse al JTK, pero cometió un error, al concentrarse en la nave de otro universo no percibió al Libertador que le cayó encima disparando todo lo que tenía, inutilizando así su sistema de armas. El Potemkin tuvo que abandonar el campo de batalla nivelando, de ese modo, el conflicto.

La lucha continuó, y si bien las naves imperiales poseían una tripulación con más experiencia, esa ventaja se veía anulada por los cañones de defensa de los astilleros.

-Concentren todo el fuego en esa maldita nave -gritó Sulu marcando al JTK.

Las tres naves imperiales atacaron al JTK ignorando los disparos de las otras dos naves. La nave federal no pudo resistir el ataque múltiple y tuvo que huir.

-Dejen que se vaya, reanuden el ataque a esa instalación.

-Comodoro, dos naves saliendo de warp, no, son tres naves, rebeldes señor.

-Nos doblan en número. Tendremos que dejarlo para otra ocasión. ¡Retirada!

-Las naves imperiales desaparecieron en un estallido warp antes que las recién llegadas pudieran centrarlas en sus miras.
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Mientras en el JTK efectuaban empezaban las reparaciones de emergencia, La Rouge recibió una llamada de Tuvok.

-Se ha arriesgado mucho dando la vuelta, capitán. Gracias por echarnos una mano.

-Alguien me recordó que la lealtad con los amigos está por encima del reglamento.

-Celebro oír eso. Vuelvan a puerto capitán, les ayudaremos con esas reparaciones.

-Acepto la oferta, almirante.

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El alto mando de la rebelión organizó una fiesta en honor de la tripulación del JTK como muestra de gratitud por la ayuda recibida.

-¿Qué le hizo cambiar de parecer, capitán?

-De no haberlo hecho, creo que me habría enfrentado a un motín -respondió La Rouge mirando a sus oficiales.

-Ya veo. Parece que han hecho aquí más amigos de lo que esperaban.

-Eso parece.

-Esther, no quisiera ser molesto, pero debo pedirle, una vez más...

-No insista Tuvok. Las normas de la federación me impiden darle tecnología.

-Comprendo.

-Sin embargo...

-¿Si?

-Creo que la última vez que visité su despacho perdí allí un dispositivo de memoria.

-¿Y qué contiene ese dispositivo?

-Tácticas de combate y los planos del último modelo de torpedos fotónicos. Supongo que tengo su palabra de que no usará esos datos si encuentra ese dispositivo después de que nos hayamos marchado.

-La tiene. No usaré ese dispositivo. A menos que sea estrictamente necesario, claro.

-Estoy segura de ello.

--------------

Nicolás García, comandante del Ira Dei, entró en el camarote de la capitán Sulu acompañado de dos hombres de seguridad armados.

-Comodoro Sulu, por orden del emperador debo arrestarla y notificarle que ha sido depuesta. Yo estoy ahora al mando del Ira Dei y el capitán Kim tomará el mando de esta flota hasta el regreso al sistema terrano.

Samantha Sulu se dejó esposar sin oponer resistencia. Mientras los hombres de seguridad la escoltaban hasta una celda juró entre dientes.

-Juro que, de un modo u otro, esa zorra de La Rouge me las pagará, aunque me lleve toda la vida.

-Me temo, señora, que su vida no será muy larga -dijo García.

--------------

Días más tarde el JTK partía de los astilleros.

-Señor Ren, impulso máximo.

-Impulso máximo, capitán.

-Atención ingeniería, activen el dispositivo.

-Activado.

Una vez más las estrellas desaparecieron de la pantalla para reaparecer a los pocos segundos.

-Informen.

-Estamos en casa, capitán.

Toda la tripulación estalló en un entusiasta ¡hurra!.

-Contacten con comandancia, estarán preocupados por nosotros tras tantos días de ausencia. No se ni como empezar mi informe.

-Cuando lo redacte, podría dejarme echarle un vistazo, capitán.

-Tendrá usted que exprimirse los sesos como todos, comandante.

-¿Cree que volveremos a saber de ellos?

-Es posible. Si así fuera, espero que sea en mejores circunstancias. Por cierto, con todo ese lío, aún no les he felicitado a usted y su esposa. Tengo entendido que, dentro de poco, tendremos un nuevo tripulante.

-¿Cómo lo ha sabido?

-¿Olvida que el doctor debe informarme de todas las novedades de su departamento?

-Es verdad. Gracias capitán.

-Tienen los dos el día libre. Vaya con ella señor Norn y disfruten de la tranquilidad que no han tenido estos días.

-Gracias de nuevo capitán.

Norn fue en busca de su esposa. Los últimos días no había tenido mucho tiempo de pensar en ello, pero ahora era plenamente consciente de que empezaba una nueva aventura. La aventura de ser padre.

EPILOGO

El nuevo capitán del Ira Dei, Nicolas García estaba en su despacho cuando sonó el timbre de la entrada.

-Pase.

La puerta se abrió con un leve siseo dando paso a la teniente Elisa Armstrong, su primer oficial en funciones.

-Capitán, malas noticias. Samantha Sulu ha escapado.

-¿Escapado, cómo?

-De algún modo consiguió abrir su celda y escapar con una lanzadera sin activar ninguna alarma. Suponemos que con la ayuda del teniente Ramos, ya que también está desaparecido.

-¿Han escaneado el sector en su busca?

-Afirmativo, con resultados negativos.

-¡Maldita sea! Escuche, Armstrong, hable con los tripulantes que estén enterados de esta fuga. En sus informes dirán que Sulu intentó escapar y que tuvimos que disparale, resultando desintegrada.

-¿Falsear los informes?

-Es eso o enfrentarnos a la ira del emperador.

-Hablaré con ellos.

-Bien, puede retirarse.

Cuando quedó solo, García se sirvió una copa y se acercó al ventanal de su despacho para observar las estrellas. En parte se alegraba de la fuga de Sulu, le caía bien. Levantó su copa en dirección a las estrellas.

-Suerte, capitán Sulu. Espero que encuentre la forma de vengarse.

FIN 

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