¡Oh,
Mino, que bonito sería entrar en la Casa del Espejo!
¡Estoy
segura de que contiene un montón de cosas preciosas!
Lewis
Carroll (Alicia a través del espejo)
PRÓLOGO
-¡Atchís...atchís...atchís...!
Los
repetidos estornudos de Mina Lars acabaron por despertar a su marido.
-¿Te
encuentras bien?
-No
es nada. ¡Atchís...atchís...atchís!
-¿Seguro?
Deberías ver a Bashir, podrías haber pillado algo en ese planeta.
-Los
biofiltros del transportador lo habrían... atchís... atchís...
detectado.
-Nunca
se sabe. Vístete, iremos a enfermería antes de empezar nuestro
turno.
-No
es necesario, no me pasa nada malo.
Una
nueva racha de estornudos siguió a esas palabras.
-Reconocerás
que no es normal.
-Lo
es, para una bajorana embarazada.
Durante
unos segundos Laurence Norn solo fue capaz de quedarse mirando a su
esposa con cara de bobo.
-¿Estas
segura? -preguntó abrazándola.
-Ahora
si. Las humanas embarazadas tienen nauseas y vomitan, las bajoranas
estornudamos.
-¿Lo
ha confirmado Bashir?
-No,
no he pasado aún por enfermería para verificarlo.
-Pues
a enfermería de inmediato.
Lars
iba a protestar esa decisión, pero una nueva racha de estornudos se
lo impidió. Finalmente asintió.
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Capítulo
1
Bashir
estudió las lecturas del tricorder médico y sonrió.
-Sus
sospechas eran ciertas, está embarazada de tres semanas.
Felicidades.
-Gracias
Doc -dijo Laurence.
-Teniente,
quiero que venga una vez por semana para observar su evolución. Con
estos embarazos interespecies nunca se sabe. Un embarazo bajorano
dura cinco meses, el humano nueve, así que su embarazo podría durar
un tiempo indefinido entre esos dos parámetros.
-Está
bien doctor, no faltaré.
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Adam
Grant se encontraba en su camarote sosteniendo entre sus brazos a la
pequeña Alicia. La bebé se mostraba inquieta y Grant, a duras
penas, conseguía evitar su llanto.
-¿Tienes
hambre, verdad? Tranquila mi niña, mamá ya no tardará y te dará
de comer.
Justo
en ese momento entró su esposa. T'Brell sonrió ante la imagen de su
esposo meciendo a la pequeña entre sus brazos.
-Hola
cariño -dijo Grant. -¿Qué tal tu día?
-Rutinario.
¿Y el tuyo?
-Lo
mismo. Suerte que ya estás aquí. Se de una personita que está
deseando ver a mamá.
T'Brell
tomó a la pequeña de los brazos de su esposo y sentándose en el
sofá se dispuso a amamantar a su hija.
-No
imaginas las ganas que tenía de estar en casa -dijo. -Cartografiar
todo un sistema inexplorado puede llegar a ser muy aburrido.
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Ren,
el joven timonel del JTK, se encontraba en Nivel 10, el bar de la
nave, donde todos acudían a relajarse un rato. Tenía una copa entre
las manos pero, en la media hora que llevaba sentado ante ella, aún
no se la había llevado a los labios. De hecho, se había olvidado de
la bebida, toda su atención estaba enfocada en la contemplación de
la alférez Sondra, sentada unas mesas más allá.
-¿Es
bonita, verdad?
Ren
apartó la vista de la muchacha para fijarla en el recién llegado.
Se trataba del alférez Morales. Ren no había advertido su presencia
hasta que este le habló.
-¿Bonita
dices? Es una diosa.
-¿Porqué
no te acercas y le dices algo? Invítala a una copa.
-¿Bromeas?
Ella es humana. Y los ferengui no tenemos muy buena prensa entre los
humanos.
-Tonterías.
Además, tú no eres el típico ferengui. ¡Venga chico!
-Tienes
razón Morales. Si no lo intento, me arrepentiré toda la vida.
Morales
observó divertido como Ren se acercaba a la joven, cruzaba algunas
palabras con ella y, finalmente, se sentaba a su lado.
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-Capitán,
la sonda que enviamos al universo paralelo acaba de detectar al JTK.
-Voy
de inmediato comandante -respondió la capitán Mina Lars ante el
comunicado de su primer oficial, el andoriano Glem.
Dos
minutos después Mina entraba en el puente.
-¿Tienen
las coordenadas del JTK?
-Están
en órbita del planeta Gamma Hydra IV.
-¿Cuanto
tardaremos en igualar las coordenadas?
-Podemos
llegar en doce horas, esperemos que sigan allí por entonces.
-De
acuerdo. Timonel, introduzca las coordenadas, llévenos allí a warp
máximo.
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La
Rouge y Norn estaban en el gimnasio, enfrentándose en un combate
amistoso. Esos combates eran un buen entrenamiento para ambos y se
encontraban una vez a la semana para mantenerse en forma.
-Nunca
me ha contado porqué se decantó por las artes marciales klingon,
comandante dijo La Rouge después del entrenamiento.
-En
realidad, fue por accidente.
-¿Por
accidente?
-Fue
hace años. Yo era un joven cadete recién salido de la academia, aún
no estaba unido a Norn. Viajaba en una nave civil, camino a mi primer
destino cuando la nave fue atacada por piratas oriones. La nave
resultó muy dañada y los supervivientes al ataque tuvimos que
abandonarla en las cápsulas de escape.
La
cápsula en la que escapé tenía solo dos viajeros. Yo mismo y un
anciano klingon llamado Katar, que resultó ser un maestro de
Mok'bara. Aterrizamos violentamente en una luna que, afortunadamente,
tenía atmósfera respirable. Lamentablemente, a causa de la
violencia del choque, nuestro radio-faro resultó averiado, por lo
que el equipo de rescate no pudo encontrarnos.
Estuvimos
tres meses abandonados en aquella luna sin nombre. Sobreviviendo a
duras penas, dados los escasos recursos del terreno. Durante ese
tiempo, ya que no teníamos mucho en lo que ocupar nuestro tiempo,
Katar me instruyó en los rudimentos del Mok'bara.
Cuando
finalmente nos encontraron, me enviaron a mi primer destino, pero
pedí y me concedieron un permiso para poder visitar Kronos y
completar mi instrucción bajo la tutela de Katar. Un año después,
con mi instrucción ya terminada, volví al servicio. Y esta es toda
la historia, a grandes rasgos.
-Interesante.
Otro día, con más tiempo, tiene que contarme los detalles.
-Otro
día. Hoy hemos agotado nuestro tiempo. El deber nos reclama.
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El
comandante Norn abandonó el gimnasio y se dirigió a su habitación
para tomar una ducha antes de iniciar su turno en el puente de mando.
Cuando llegó a la habitación se encontró a su esposa esperándole.
-¿Qué
haces aquí cariño, acaso te encuentras mal?
-Estoy
bien, solo quería mostrarte una cosa.
-¿De
qué se trata?
Lars
le mostró un pequeño objeto que había mantenido oculto en su mano
derecha. Norn observó con curiosidad el brillante objeto que su
esposa sostenía en la palma de la mano, un pequeño disco de metal
del tamaño de un comunicador.
-¿Qué
es?
Lars
había ido acercándose a él, en ese momento estaban frente a
frente. Como toda respuesta, ella puso el disco sobre el pecho de
Norn y antes de que pudiera reaccionar, el comandante del JTK sintió
el típico cosquilleo de un teletransporte.
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La
capitán La Rouge consultó nuevamente el cronómetro del puente. Su
primer oficial llevaba quince minutos de retraso. Pulsó el
comunicador de su pecho.
-La
Rouge a Norn.
No
hubo respuesta. Insistió una vez más con idéntico resultado.
-Computadora,
localice al comandante Norn.
La
respuesta dada por la fría voz de la computadora fue la que menos se
esperaba.
-El
comandante Norn no está a bordo de la nave.
Tras
la sorpresa inicial, la capitán reaccionó rápidamente.
-¿Cuanto
hace que el comandante Norn abandonó la nave?
-27
minutos 34 segundos.
-¿Señor
Grant?
Adam
Grant, el jefe de seguridad, consultó su consola.
-Todas
las lanzaderas están a bordo y no se detecta señal alguna de
teletransporte capitán.
-Vaya
a su camarote teniente, tal vez encuentre allí alguna pista de lo
que ha sucedido.
Grant
abandonó el puente mientras ordenaba por su comunicador que dos de
sus hombres se reunieran con él ante la puerta del camarote de Norn
y Mina.
Cuando
llegó los hombres que había pedido le estaban esperando. Llamó sin
obtener respuesta.
-Computadora,
desbloquee la puerta del camarote 7 cubierta 11, clave de seguridad
Grant Epsilon Teta 4.
Grant
entró en el camarote y lo encontró vacío. Consultó su tricorder y
observó unas extrañas lecturas que no supo interpretar. Iba a
abandonar la estancia cuando observó un extraño objeto sobre la
mesilla del salón.
Se
trataba de un cilindro que emitía pequeños destellos en rojo y
azul. Lo examinó con el tricorder y no supo identificar su función,
aunque algunas de las lecturas coincidían con las de un
teletransportador. Con el extraño cilindro en la mano, abandonó la
estancia para informar a la capitán.
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Capítulo
2
Mina
y Norn aparecieron sobre la plataforma de un teletransportador donde
cuatro nausicanos armados les estaban esperando.
-¿Donde
estamos?
-Más
tarde te daré las explicaciones oportunas. Ahora acompaña a estos
hombres, te llevarán a tu alojamiento.
-¿Mi
aloj...? ¡Espera un momento, tú no eres Lars!
-Te
equivocas, soy Mina Lars.
-Pero
no mi Lars. Estoy en el Ares. ¿Me equivoco?
-No
te equivocas, pero ahora esta nave lleva el nombre de Libertador.
-¿Estamos
en tu universo?
-Si,
lo has adivinado.
-¿Cómo
lo has hecho?
-Más
tarde te lo explicaré todo, ahora no tengo tiempo. Debemos
prepararnos.
-¿Prepararos
para qué?
-Lo
sabrás en su momento.
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La
capitán La Rouge entró en el laboratorio de ciencias donde la
teniente-comandante T'Brell había estado examinando el cilindro que
su esposo encontró en el camarote de Norn y Mina. La bajorana se
encontraba junto a ella.
-¿Han
averiguado algo?
-No
estoy muy segura capitán.
-Pero
tiene una teoría.
-Creo
que es una especie de teletransporte, por lo menos su funcionamiento
está basado en la mecánica del teletransportador. Pero no creo que
pueda llevarnos muy lejos. No en el espacio.
-¿Es
una máquina temporal?
-Tampoco
creo que sea eso. Mas bien parece que nos llevaría a otra dimensión,
o a otra realidad, a un universo paralelo.
-¿Como
es que Norn tenía este aparato?
-Tengo
una teoría sobre ese punto capitán -intervino Mina.
-Le
escucho teniente.
-Eso
no es de mi marido, no había visto esa cosa en la vida. Creo que lo
dejó ahí la persona que se llevó a Laurence.
-Apoyo
esa teoría -dijo T'Brell. -Capitán, la firma quantum de esa cosa
nos dice claramente que viene de una realidad paralela. Y es una
firma que ya conocemos. Coincide con la del Ares.
-Comprendo.
Nos invitan a visitar su universo y el secuestro de Norn es un seguro
de que aceptaremos la invitación.
-Esa
parece la conclusión lógica.
-¿Cómo
funciona esa cosa y a cuanta gente puede transportar?
-La
teniente Mina y yo hemos concluido que debemos acoplar este cilindro
al sistema de navegación del JTK. No está diseñado para
transportar a un grupo de gente, sino para toda la nave.
-¿Cuanto
tardarán en acoplarlo?
-Dos
horas.
-Bien,
haga lo posible para acortar ese tiempo.
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La
Rouge estaba en su despacho, repasando los informes que ella y su
gente habían redactado sobre su encuentro con el Ares, cuando se
presentó T'Brell.
-Adelante
T'Brell, siéntese. ¿Algún problema con ese artefacto?
-Ninguno
capitán. El motivo de mi visita es otro.
-Usted
dirá.
-Entiendo
que en ausencia del comandante Norn, yo, como segundo oficial, asumo
sus funciones.
-Así
es, ambas conocemos el reglamento.
-Usted
quiere usar ese artefacto para transportarnos al universo alterno y
rescatar al comandante.
-¿Cuál
es el problema?
-Es
mi deber recordarle que según el reglamento de la flota, antes de
emprender una acción de esta envergadura, debemos comunicarnos con
comandancia.
-De
acuerdo, ya me lo ha recordado. ¿Cómo va la instalación de ese
aparato?
-¿Va
a seguir con su plan? Comandancia puede presentar cargos por
insubordinación.
-T'Brell,
antes que el reglamento, está la lealtad. No dejamos a un compañero,
a un amigo, en peligro.
T'Brell
frunció ligeramente el ceño. El síndrome producido por el
Trelium-D sumado a su reciente maternidad y al contacto diario con
humanos, la hacían más vulnerable a las emociones, aunque años de
férrea disciplina vulcana hacían que aún se resistiera a dejarse
dominar por ellas. La Rouge sabía eso, por eso esperó pacientemente
la reacción de la vulcana.
-El
artefacto está instalado y listo para su empleo. Podemos partir
cuando usted guste capitán.
-Bien,
antes quiero repasar estos informes. Partiremos en una hora. Téngalo
todo listo para entonces.
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Norn
estaba en uno de los camarotes del Libertador preguntándose qué
diablos podían querer de él esa gente. De momento le habían
tratado con corrección, pero la puerta del camarote estaba sellada y
dos nausicanos estaban de guardia en el pasillo. Los replicadores
estaban fuera de linea y no encontró nada en el habitáculo que
pudiera servirle como arma. De repente la puerta se abrió para dar
paso a un hombre que portaba una bandeja.
-Buenas
noches comandante, le traigo la cena.
-Gracias.
¿Va a explicarme porqué estoy aquí?
-Estoy
autorizado a responder a sus preguntas. Pero será mejor que cene
mientras lo hago, este estofado no vale nada si se enfría.
Norn
empezó a devorar la comida, no se había dado cuenta de lo
hambriento que estaba hasta que la tuvo delante.
-Usted
es humano -dijo.
-Es
muy observador.
El
desconocido había dado a su respuesta un tono humorístico, pero al
ver la seriedad en el rostro de Norn, borró la sonrisa de su cara.
-Lo
siento, no pretendía burlarme. Si, soy humano. Algunos pocos de
nosotros no estamos de acuerdo con el orden actual de las cosas e
intentamos cambiarlo. Creo en la igualdad entre todas las razas.
-Eso
es muy loable, teniendo en cuenta como están las cosas por aquí.
¿Cuál es su nombre?
-Reginald
Barclay, pero puede llamarme Rex.
-¿Porqué
estoy aquí Rex?
-Para
hacer de cebo.
Norn
casi se atragantó con la comida al escuchar esta palabras.
-¡¿Quieren
atraer al JTK?! ¿Cómo? ¿Para qué?
-El
como es fácil. La capitán Mina les dejó la forma de llegar hasta
aquí.
-¿Capitán?
¿Mina Lars es la capitán de esta nave?
-Así
es. Es una larga historia, ya habrá tiempo para contársela. Ahora
vamos a lo importante. ¿Para qué queremos al JTK? Para que nos
ayuden en esta guerra.
-¿Ayudarles
como?
-Tácticas,
tecnología...esas cosas.
-La
Rouge jamás aceptará sus peticiones.
-Si
claro, ya conocemos su primera directiva. Pero la capitán Mina puede
ser muy persuasiva.
-Ya
veo, hablan de libertad e igualdad, pero actúan igual que sus
opresores.
-A
veces, tenemos que hacer el mal, un mal menor, para conseguir el bien
comandante.
-¿El
fin justifica los medios?
-Lamentándolo
mucho señor, en esta ocasión tengo que darle la razón a
Maquiavelo.
-No
esperarán que colabore con ustedes.
-No
esperamos nada de usted comandante, excepto que no de problemas.
-No
le prometo nada Rex.
-Lo
suponía. Ahora debo dejarle. Más tarde le visitará la capitán.
Ella le informará de nuestros planes para ustedes. Por favor,
devuelva ese cuchillo que ha escondido a la bandeja.
Norn
hizo lo que Rex le pedía con un gesto de disgusto. Barclay recogió
la bandeja y abandonó el camarote.
Capítulo
3
-Capitán,
todo está a punto para iniciar la misión, esperamos sus órdenes
-informó T'Brell cuando la capitán entró en el puente.
La
Rouge se instaló en el sillón de mando.
-Procedan.
-Señor
Ren -ordenó la vulcana – velocidad de impulso, en cualquier
dirección.
El
timonel hizo avanzar la nave.
-Sala
de máquinas, activen el mecanismo interdimensional.
Un
ligero temblor se hizo sentir en toda la nave. Las estrellas
desaparecieron y a través de las pantallas solo podía verse un
fondo lechoso. Unos segundos después las estrellas reaparecieron.
-Navegación,
informen.
-Hemos
pasado comandante. La firma quantum del exterior coincide con la que
registramos en el Ares.
La
Rouge se puso en pie.
-Señor
Ren, devuélvanos a nuestras anteriores coordenadas. Analicen las
proximidades.
-Capitán,
nos llaman, es el Ares.
-En
pantalla.
Un
rostro conocido apareció en la pantalla principal.
-Saludos
capitán La Rouge. Soy la capitán Mina, de la nave Libertador, de la
Alianza Rebelde.
-Capitán
Mina, usted retiene a uno de mis hombres. Exijo que lo devuelva de
inmediato.
-Me
temo capitán que no está en posición de exigir nada.
-Exponga
sus intenciones.
-Más
tarde visitaré su nave y hablaremos. Y no se esfuerce en
localizarnos, nuestra nave posee un dispositivo de ocultación.
Mina
cortó la comunicación en ese punto.
-Quiero
todos los sensores trabajando al máximo -ordenó La Rouge.
-Localicen la posición de esa nave como sea.
--------
Mina
Lars entró en el camarote donde retenía a Norn.
-¡Que
honor, la capitán se digna visitarme!
Mina
no respondió al sarcasmo. Se quedó mirándole fijamente.
-¡Te
pareces tanto a él! -dijo.
-¿Le
añoras? Por lo que recuerdo, no te trató muy bien.
-Al
final cambió. Me pidió que me casara con él. Creo que tú tuviste
mucho que ver en ese cambio.
-Tuvimos
una conversación al respecto, si.
-Lo
imaginaba, te lo agradezco.
-Bonita
forma la tuya de agradecer algo.
-Esto
no tiene nada que ver con lo nuestro.
-No
hay nada “nuestro”.
-No,
claro que no. Ya sabes lo que quería decir.
-Lars...Simpatizo
con vuestra causa, de verdad, pero sabes que no puedo ofrecerte lo
que pedís. Nadie en el JTK puede hacerlo.
-Ya
veremos.
-¿Porqué
has venido a verme? Rex ya me informó de lo que debía saber.
-No
lo se, supongo que necesitaba verte...verle a él... esto ha sido un
error.
Mina
se volvió hacia la salida, pero Norn la retuvo agarrándola por los
hombros.
-Aún
estás a tiempo de detener esta locura.
-No
puedo.
Ella
se zafó de su abrazo y abandonó la estancia.
---------------
-El
sector Bajor ya es nuestro, así como algunos sistemas circundantes.
El ejemplo ha cundido y en cada mundo se han organizado grupos
rebeldes que hacen guerra de guerrillas contra los opresores. Con los
astilleros Antares en nuestro poder nuestra flota está aumentando.
Todo el maldito cuadrante está en guerra. Pero la maquinaria de
guerra del imperio es demasiado poderosa. Necesitamos ayuda y ni los
klingon ni los romulanos están dispuestos a intervenir.
La
Rouge escuchaba atentamente a la Mina Lars de ese universo. Lo cierto
es que simpatizaba con su causa, pero no podía ayudarla.
-Lars,
conoce nuestra primera directiva, no podemos ayudarles.
-Este
no es su universo. ¿Qué más les da?
-Eso
no cambia las cosas. Tenemos unas normas y nos ceñiremos a ellas.
¿Va a devolverme a mi primer oficial?
-Si
Esther, se lo devolveré. Pero eso no se lo va a poner más fácil.
-¿Qué
quiere decir?
-El
dispositivo que le dejé estaba diseñado para un solo viaje.
-Lo
se.
-Y
también sabrá que algunos elementos de su composición no son
fáciles de encontrar. A no ser que les entreguemos otro cilindro no
podrán volver a casa.
-Subestima
nuestras capacidades.
-Tal
vez. Pero, mientras tanto, están aquí y tarde o temprano tendrán
que tomar partido.
-Puede
ser, pero de momento, la respuesta es no. ¿Qué le ha pasado Lars?
Cuando la conocí jamás imaginé verla llegar a estos extremos.
-Las
situaciones desesperadas requieren soluciones desesperadas. Ya conoce
mi propuesta. El cilindro a cambio de tecnología y conocimientos.
-Ya
conoce la respuesta.
-Cambiará
de opinión, cuando lo haga ya sabe como contactarme.
-Mejor
espere sentada. Teniente Grant, acompañe a nuestra invitada a la
sala del teletransporte.
Mientras
La Rouge veía marchar a la bajorana, no pudo evitar pensar que sería
una rival temible. A partir de un puñado de alienígenas que se
amotinaron en una nave, había conseguido levantar en armas a todo el
cuadrante. No debía subestimarla.
----------
Mina
entró en el camarote donde Norn estaba encerrado.
-Acompáñame.
-¿A
donde?
-A
la sala del transportador.
-¿A
donde vamos?
-Yo
a ninguna parte. Tú vuelves al JTK.
-¿Me
liberas? No creo que La Rouge haya pactado contigo.
-No
lo ha hecho. Pero lo hará.
Mientras
se encaminaban al teletransporte Mina le contó su conversación con
La Rouge.
-Espera,
tengo una idea -dijo Norn. -Vamos al puente.
---------------
-Capitán,
recibimos una llamada del Libertador.
-En
pantalla.
Los
rostros de Norn y la capitán Mina aparecieron en la pantalla
principal.
-Comandante,
me alegra verle. ¿Está usted bien?
-Perfectamente
capitán. Acabo de ser liberado.
-¿Cuando
vuelve al JTK?
-Inmediatamente
si usted lo ordena, pero le pido permiso para quedarme a bordo del
Libertador durante un tiempo.
-¿Con
qué objeto?
-He
pensado que si observo sus tácticas y sus recursos tal vez encuentre
una forma de ayudarles.
-Señor
Norn, ya conoce las normas de la federación.
-Prometo
que respetaré la directiva primaria capitán. Pero, tal vez, pueda
ayudarles indirectamente. Considere mi estancia aquí como un
intercambio cultural.
La
Rouge sopesó los pros y los contras de la petición de su primer
oficial. Decidió que el hecho de que Norn permaneciera en el
Libertador no empeoraba la situación, en cambio, abría una
posibilidad de mayor entendimiento con la alianza.
-Capitán
Mina. ¿Tengo su palabra de que mi primer oficial podrá volver al
JTK cundo se le requiera?
-La
tiene -respondió la aludida.
-De
acuerdo. Permiso concedido comandante, pero deberá informar cada
doce horas. Buena suerte.
-Gracias
capitán. Dígale a mi esposa que volveré lo antes posible.
Capítulo
4
-Gracias
por ayudarnos -dijo Mina al cerrar la comunicación.
-No
me las des aún, no puedo prometerte nada.
-Pero
lo estás intentando, para mi es suficiente.
-Está
bien, ahora cuéntame todo lo que necesito saber. Empieza por
explicarme todo lo que habéis hecho desde que nos separamos la otra
vez.
-Es
una larga historia.
-Pues
cuanto antes la empieces, antes la terminarás.
---------------
-Capitán,
hemos descubierto la posición del Libertador. -informó T'Brell. -Se
encuentra en órbita al otro lado del planeta.
-¿Qué
sabemos de su dispositivo de ocultación?
-Su
diseño es claramente romulano.
-Soluciones
desesperadas para situaciones desesperadas -murmuró La Rouge
recordando las palabras de Mina. -Están dispuestos a pactar con el
mismo diablo.
-¿Capitán?
-Solo
hablaba conmigo misma T'Brell. ¿Podemos transportarnos al interior
del Libertador si es necesario?
-No
creo que tengamos ningún problema en hacerlo.
-Bien.
Quiero que usted y Grant elaboren un plan de rescate, por si tenemos
que llevarnos al comandante Norn a la fuerza.
-A
la orden capitán.
----------
Mina
y Norn paseaban por los pasillos del Libertador.
-Parece
que habéis avanzado mucho en vuestra rebelión.
-Tal
vez, pero no podemos quedarnos donde estamos. Tenemos que continuar
anexionando sistemas. El poder militar del imperio es demasiado
grande, si queremos liberar a todo el cuadrante debemos encontrar la
forma de anular esa ventaja.
-¿Habéis
intentado replicar esos sistemas de ocultación romulanos?
-Si,
pero es complicado. Algunos componentes no pueden replicarse y son
casi imposibles de encontrar dadas las circunstancias.
-Lástima,
si todas vuestras naves estuvieran equipadas con esos dispositivos
las cosas estarían más niveladas.
-Si,
eso ayudaría mucho.
-¿Porqué
no me dejas ver las especificaciones de ese dispositivo? Tal vez se
me ocurra algo.
-¿Y
vuestra primera directriz?
-La
primera directriz no puede saltarse pero, a veces, puede rodearse.
-¿Y
eso qué significa?
-En
realidad no os estaría dando nueva tecnología, estaría ayudándoos
a modificar la que ya tenéis.
-Intentémoslo.
Vamos a ingeniería.
----------
Samantha
Sulu, capitana del ISS Ira Dei, estaba durmiendo en su habitación
cuando sonó el comunicador. Medio adormilada respondió.
-Sulu.
-Capitán,
hemos detectado una nave no identificada en la órbita de Gamma Hydra
IV.
Sulu
se despabiló y continuó la conversación mientras se ponía el
uniforme.
-¿Qué
tipo de nave?
-Las
especificaciones dicen que es una Galaxy, pero no está registrada
por el imperio.
-Debe
ser una de las naves rebeldes construidas en Antares. Ponga rumbo a
esas coordenadas, warp máximo. En un minuto estoy en el puente.
---------------
Mina
Lars entró en el comedor, hizo su pedido al replicador y se sentó
en una de las mesas. En ese momento empezó a estornudar.
-Diecisiete,
-dijo Grant – van dos raciones del replicador.
-Veintiuno,
-respondió Ren -y que sean tres raciones.
-Veintitrés
-añadió una voz a sus espaldas.
Ambos
se volvieron apurados al reconocer la voz de La Rouge.
-¿Capitán?
¿Usted también apuesta?
-Si
ustedes no lo cuentan, yo tampoco -respondió ella guiñando un ojo.
Sin
embargo no tuvieron tiempo de contar los estornudos de Mina, ya que
en ese momento se escuchó la voz de T'Brell por el comunicador de la
capitán.
-Capitán,
se requiere su presencia en el puente.
-Ahora
voy.
La
Rouge entró en el turboascensor acompañada de Grant y Ren. Cuando
entró en el puente la vulcana le informó:
-Una
nave imperial a salido de Warp en el exterior del sistema. Nos pide
que nos identifiquemos.
-¿Lo
ha hecho?
-Negativo.
He preferido esperarle a usted.
-Repiten
su requerimiento capitán -dijo Grant que ya había tomado posesión
de su consola.
-Esta
bien, los no humanos que salgan del alcance de la pantalla, tal vez
podamos salir de esta.
Cuando
los tripulantes no humanos estuvieron ocultos La Rouge hizo un gesto
a Grant para que abriera la comunicación.
-Aquí
la capitán Esther La Rouge del ISS...Mjolnir.
-Soy
la capitán Samantha Sulu del ISS Ira Dei. ¿La Rouge? ¿Pero no
había muerto?
-Y
debo seguir muerta. Para todo el mundo. Esta es una orden imperial de
grado Rojo 1. Debe usted dar media vuelta, borrar de sus bitácoras
cualquier dato de nuestro encuentro y guardar silencio respecto al
mismo. La desobediencia será considerada alta traición.
-¡Rojo
1! Lo siento capitán, no sabía...
-No
debía saberlo. Ahora lárguese.
La
Rouge mandó cortar la comunicación en ese punto.
-¿Rojo
1? ¿De donde ha sacado eso?
-Es
algo que le oí al comandante Norn alternativo señor Grant. Parece
que funciona, se alejan.
El
ISS Ira Dei desapareció en un estallido warp. Un segundo después,
el JTK recibía otra llamada.
-Muy
astuta capitán La Rouge. Pero ahora es peligroso continuar aquí.
-¿Qué
sugiere capitán Mina?
-Están
invitados a visitar nuestra base.
La
Rouge no se lo pensó mucho rato. Ya les habían descubierto una vez
y podían hacerlo de nuevo. Esta vez habían tenido suerte, pero la
próxima...
-Está
bien, aceptamos. Denos las coordenadas.
----------
El
ISS Ira Dei, de clase Cheyenne, tenía unos sensores más
sofisticados que los de la clase Galaxy, por lo que que Sulu pudo
vigilar al JTK desde el exterior del sistema planetario sin que este
pudiera detectar su nave. Cuando vio desocultarse al Libertador y
después partir ambas naves, una sonrisa de triunfo apareció en sus
labios.
-Sabía
que había gato encerrado. Timonel, iguale su rumbo y velocidad,
manténgase fuera del alcance de sus sensores.
El
oficial pulsó los controles adecuados y el Ira Dei entró en warp en
persecución de las otras dos naves.
-------------
Norn
y la capitán Mina estaban revisando las especificaciones del
generador de escudos.
-Básicamente
son idénticos a los nuestros, pero hace poco incluimos unas mejoras.
Norn
introdujo en la computadora las modificaciones.
-¿Qué
te parece?
-Eso
aumentará la eficiencia un diez por ciento -dijo Mina.
Al
acercarse a la pantalla para observar mejor las modificaciones su
mejilla rozó la de Norn. Ambos se volvieron para mirar al otro y sus
miradas se cruzaron. Por un instante sus labios se unieron, pero Norn
se echó para atrás.
-No,
esto sería un error. Lo siento, no se que me ha pasado.
-Lo
mismo que a mi. Por un momento hemos olvidado quién somos realmente.
Yo también lo siento.
El
acarició su mejilla en un gesto afectuoso.
-En
otro momento y otro lugar habría funcionado. Pero ahora es
imposible.
-Tu
esposa es una mujer afortunada, Laurence Norn.
-Yo
soy el afortunado. ¿Seguimos con esto?
-Será
lo mejor.
Capítulo
5
Doce
horas más tarde, el JTK y el Libertador salían de warp a las
afueras del sistema de Antares, donde la Alianza Rebelde había
establecido su nueva base, cerca de los astilleros. Las dos naves
atracaron juntas y las delegaciones de ambas se reunieron con el
comité de bienvenida.
-Capitán
La Rouge, es un honor conocerla por fin. Soy el almirante Tuvok, ya
conoce a la capitán T'Brell.
-El
honor es mio almirante. Supongo que no necesito presentarle a mis
oficiales -respondió La Rouge señalando a “sus” Mina y T'Brell.
Tuvok
inclinó levemente la cabeza como respuesta.
-Espero
que nos acompañarán a cenar, les hemos preparado una cena de
bienvenida.
-Será
un placer almirante.
Se
encaminaron todos hacia los comedores, pero Norn, que había
desembarcado con la capitán Mina, y su esposa se rezagaron y
desaparecieron por un pasillo lateral. El la abrazó y besó con
pasión.
-¿Estás
bien? -preguntó acariciando su abdomen.
-Ambos
lo estamos papá.
Norn
sonrió ante el apelativo.
-Siento
no haber vuelto de inmediato, pero pensé...
-Te
sentiste obligado hacia ellos, lo se. A mi me pasa lo mismo. Yo
sembré la semilla de la rebelión en la mente de mi homóloga.
-Solo
precipitaste lo inevitable. Es increíble lo que han logrado esta
gente.
-¡Ah,
estáis aquí! -dijo la otra Mina Lars que había vuelto sobre sus
pasos al darse cuenta de que no seguían a los demás. -Es por aquí.
----------------
-Capitán,
los objetivos salen de warp, en el sistema Antares.
Samantha
Sulu hizo una mueca de disgusto.
-Eso
es territorio ocupado por la rebelión. Mantenga el warp timonel, de
media vuelta y llévenos a territorio imperial. Abran un canal con
comandancia, pásenlo a mi despacho. Comandante García, el puente es
suyo.
--------------
El
estado mayor del JTK estaba en la sala de reuniones.
-Señores,
ya conocen el motivo de esta reunión. ¿Alguna sugerencia?
-Evidentemente
-dijo Grant -tenemos que encontrar uno de esos cilindros, hacernos
con él y volver a nuestro universo, antes de vernos involucrados en
esta guerra.
-¿Hacernos
con el cilindro? -Intervino Bashir. -¿Quiere decir robarlo?
-Es
evidente de que no van a dárnoslo voluntariamente, doctor.
-Solo
me estaba planteando lo ético de esa decisión.
-¿Ético?
Le recuerdo, doctor, que esa gente, prácticamente nos ha
secuestrado.
-Calma
caballeros -intervino La Rouge -Doctor, aún a mi pesar, debo darle
la razón al señor Grant. No debemos involucrarnos en esta guerra.
-Pero
no sabemos donde guardan ese cilindro -dijo T'Brell. -Y no nos lo
dirán voluntariamente.
-Tal
vez haya un modo -dijo Mina.
-La
escucho teniente -dijo La Rouge.
-Se
que mi contrapartida se siente sexualmente atraída por mi esposo...
-No
sigas -la cortó Norn. -¿Pretendes que la seduzca?
-No
creo que te costara demasiado, he visto como te mira.
-Capitán,
supongo que no apoyará esta locura.
-Naturalmente,
no puedo ordenarle algo así, pero no me parece una mala opción. Si
usted...
-¡Basta!
No quiero oír nada más. Con su permiso, me retiro capitán, no me
encuentro bien.
Sin
esperar respuesta se levantó y abandonó la sala. Los demás, se
miraron unos a otros asombrados por la reacción de Norn. Mina se
puso en pie.
-Si
me permite, capitán.
-Vaya
con él, teniente.
-------------------
-Capitán,
tiene una llamada de comandancia.
-Pásela
a mi despacho.
Cuando
Samantha Sulu entró en su despacho, su mente era un hervidero de
emociones. ¿Qué habría decidido comandancia respecto a su informe?
¿Le ordenarían entrar en acción?
Conectó
la pantalla donde apareció un rostro conocido.
-Almirante
Chandra. Me alegra verle de nuevo, señor.
Daniel
Chandrasegarampillai sonrió. Su apellido de origen indú resultaba
difícil para la mayoría, por eso, en una especie de acuerdo no
consensuado, todo el mundo lo llamaba por esa abreviatura, ya estaba
acostumbrado a ello.
-Yo
también me alegro de verte, Sam. Aún recuerdo cuando era capitán y
una joven y ambiciosa subteniente entró a servir a mi nave. Has
llegado lejos desde entonces.
-¿Cuales
son las órdenes señor?
-Se
te ordena esperar en tus coordenadas actuales. Dentro de tres días
se te unirán la Voyager, a las órdenes del capitán Kim, la
Potemkin B, comandada por el capitán Bowman y la Kali, al mando del
capitán Rojo. Dirigirás las cuatro naves en un ataque a los
astilleros Antares. Debes destruir los astilleros y, a ser posible,
el JTK. Si los rebeldes siguen construyendo naves a ese ritmo, pronto
serán tan poderosos como para atacar el sistema terrano. Debemos
evitarlo a cualquier precio.
-¿Estoy
al mando de la misión, de las cuatro naves?
-Estas
al mando, “comodoro” Sulu. El nuevo emperador ha puesto su
confianza en ti. No le decepciones.
-No
lo haré señor. Destruiré los astilleros y a esa nave.
-Bien,
Chandra fuera.
Samantha
Sulu apagó el monitor mientras intentaba digerir las palabras de
Chandra. ¡Comodoro! El emperador se había fijado en ella, no podía
fallarle. Cumpliría su misión a cualquier precio, después...bueno,
con el favor del emperador, no habría límites a lo que pudiera
hacer.
-----------------
Mina
Lars encontró a su esposo en Nivel 10, el bar de la nave, con un
vaso de bourbon en la mano. Se sentó junto a él y le cogió las
manos.
-¿Qué
ha pasado en la sala de reuniones, porqué has reaccionado así?
-¿Que
porqué he...? Me parece increíble que de todos, fueses tú la que
propuso esa absurda idea.
-No
es tan absurda, creo que tiene posibilidades. ¿Temes que me ponga
celosa?
-¿No
lo entiendes, verdad?
-¿Qué
tengo que entender?
-Ella...no
solo se te parece, es...prácticamente es tú. Parece increíble, con
las vidas tan diferentes que habéis tenido...sois casi la misma
persona.
-Más
a mi favor. Si yo me enamoré de ti, ella también lo hará.
-Sigues
sin comprenderlo.
-Entonces
explícamelo.
-Ella
y yo hemos trabajado muy unidos estos días...Hubo un momento en que
nosotros casi...casi olvidamos quienes éramos realmente y...
-Comprendo.
¿Ha habido algo entre vosotros?
-No,
realmente no, pero...
Mina
rodeó el rostro de su esposo con las manos, obligándole a mirarla a
los ojos.
-Confío
en ti plenamente, se que eres capaz de hacerlo sin caer en esa
tentación. No te estoy pidiendo que aceptes esa misión. Decidas lo
que decidas, te apoyaré.
-Parece
que tienes más fe en mi que yo mismo.
Mina
se puso en pie y le cogió la mano.
-Ven,
es tarde, vamos a dormir. Mañana lo verás todo más claro.
Capítulo
6
La
capitán La Rouge estaba en su despacho, meditando cual sería su
siguiente paso con una taza de te entre las manos cuando sonó el
timbre de entrada.
-Adelante
-dijo mientras se giraba para ver quien entraba.
Su
visitante resultó ser el comandante Norn.
-Capitán,
quería disculparme por mi comportamiento de ayer. Fue algo impropio
de mi rango. Aceptaré cualquier castigo disciplinario que me
imponga.
-No
será necesario comandante. Comprendo su reacción. ¿Ha tomado ya
una decisión?
-Acepto
la misión. Intentaré por todos los medios que la capitán Mina me
entregue uno de esos cilindros.
La
Rouge se puso en pie, se acercó a su primer oficial y le miró a los
ojos.
-Se
que es un método poco ortodoxo y que es especialmente difícil para
usted dadas las circunstancias. Normalmente no le pediría esto a
ninguno de mis oficiales, pero no estamos en una situación normal.
-No
hace falta que se disculpe capitán. Lo haré lo mejor que pueda.
-Lo
se. Buena suerte comandante.
-Gracias
-respondió Norn estrechando la mano que La Rouge le tendía.
--------------
-Capitán,
tres naves saliendo de warp, nos saludan.
-En
pantalla. Transmisión múltiple, que nos veamos todos.
La
pantalla principal del Ira Dei se dividió en tres para mostrar a los
capitanes del Voyager, del Potenkim y del Kali.
-Capitán
Harry Kim presentándose al servicio, comodoro.
-Soy
el capitán David Bowman, a sus órdenes señor.
-Capitán
Juan Rojo, a sus órdenes comodoro.
-Bienvenidos
señores. Les espero dentro de quince minutos en mi despacho, para
concretar el plan de acción.
-----------
Laurence
Norn entró en la sala de recreo de la estación buscando a la
capitán Mina, la encontró hablando con la capitán T'Brell.
-Espero
no interrumpir nada importante.
-No,
solo es una charla trivial -respondió Mina. -¿Quieres sentarte?
-Claro
-dijo Norn tomando asiento junto a las dos mujeres.
-¿Cómo
va todo por el JTK?
-Bueno...el
ambiente está un poco tenso. En general, la gente no se ha tomado
muy bien esta especie de secuestro.
-Lo
comprendo. ¿Y qué hay de ti?
-Yo
siempre intento ver el lado positivo de la situación. Por ejemplo,
aquí he conocido gente muy interesante. Vosotras dos sois un buen
ejemplo de ello.
-¿Qué
te parece T'Brell? El comandante cree que somos interesantes.
-Debo
decir que ustedes también han despertado mi curiosidad -respondió
la vulcana dirigiéndose a Norn.
-Que
bien, me alegro. De hecho, Mina, estoy aquí para proponerte que
prosigamos con nuestra colaboración. Tengo que admitir que me he
sentido muy a gusto trabajando contigo.
-Ejem,
discúlpenme, -interrumpió T'Brell -pero tengo trabajo que hacer.
Comandante, ha sido un placer verle de nuevo.
-Igualmente,
capitán.
-Los
vulcanos nunca han sabido ser sutiles. Hay cosas que no cambian, en
ningún universo -dijo Norn mientras observaba como se alejaba la
vulcana.
-¿Porqué
lo dices?
-¡Vamos!
Es evidente que ha querido dejarnos solos.
-Quizá
ha interpretado tus intenciones mejor que yo. ¿Qué buscas
realmente?
-Ya
te lo he dicho, seguir con nuestro trabajo. En la situación actual,
no hay mucho que hacer en el JTK.
-¿Y
en lugar de aprovecharlo para pasar más tiempo con tu esposa,
prefieres venir a verme a mi?
-Verás...últimamente,la
relación con mi esposa no es tan buena como la gente cree.
-Y
has decidido darte un respiro.
-Eeeem...
Es una forma de decirlo, si.
-¿Te
apetece venir a respirar a mi camarote, pongamos a eso de las 20,00?
-Si,
ciertamente me apetece respirar contigo.
-De
acuerdo, te esperaré, se discreto.
-Discreción
es mi segundo nombre.
-Ahora
te dejo, tengo trabajo.
Norn
observó alejarse a la contrapartida de su esposa.
-¡Diablos!
-dijo para si. -No creí que fuera tan fácil.
---------------
Los
capitanes Kim, Bowman y Rojo estaban reunidos con la comodoro Sulu en
la sala de juntas del Ira Dei.
-Supongo
que ya les han informado de nuestra misión, señores.
Los
tres hombres movieron afirmativamente la cabeza.
-Bien,
frente a ustedes tienen el plan de ataque que he elaborado.
Estúdienlo y díganme su opinión. No teman destacar posibles
inconvenientes o sugerir algunos cambios. La misión que nos han
encomendado es muy importante. Necesito de toda su experiencia. El
ataque ha de ser más que exitoso. Ha de ser demoledor.
---------------
-Dime
que estoy haciendo lo correcto.
Norn
estaba con su esposa, en su camarote del JTK.
-Estás
haciendo lo necesario -respondió ella.
-No
se. Me siento sucio engañando a esa mujer de este modo.
-Ella
también te engañó a ti haciéndose pasar por mi. Por eso estamos
en esta situación.
-¿Y
eso justifica mis acciones?
-No
lo se. Pero, a veces, tenemos que hacer cosas que nos desagradan. ¿O
es que crees que a mi me hace mucha gracia que te acuestes con ella?
--------------
Horas
más tarde, Norn llamaba a la puerta de la capitán Mina. La puerta
se abrió y oyó la voz de la mujer desde otra habitación.
-Pasa
y sírvete una copa, enseguida salgo.
Entró
a la sala de estar y se dirigió a un mueble donde se veían varias
botellas. Se sirvió una copa de lo que le pareció que era brandy
sauriano y se sentó en el sofá. Al dejar la copa sobre la mesilla
vio el objeto depositado sobre ella. Era uno de los cilindros de
transporte dimensional. Lo cogió y lo observó detenidamente.
¿Porqué estaba ese objeto precisamente allí?
En
ese momento, Mina salió de una de las habitaciones.
-Es
lo que viniste a buscar. ¿No es así?
Norn
la miró fijamente. No era lo que había esperado de ella.
-Yo...no
es lo que crees...
-Laurence,
no sabes mentir. ¿De verdad pensaste que me creería tu historia?
¿Que habías discutido con tu esposa y habías venido a buscar
consuelo entre mis brazos?
Él
bajo la vista avergonzado.
-En
estos momentos debes odiarme mucho.
-No,
no te odio. Te comprendo. Además, fui yo la que te arrastró a esto.
-¿Porqué
me das esto, así, sin más?
-Porque
te amo. O, mejor dicho, porqué amé al hombre que habrías sido en
esta realidad. O, tal vez, porque quiero hacer lo correcto.
-Esto
puede traerte problemas.
-No
creas, no me lo tendrán en cuenta. Soy uno de los héroes que inició
la revolución ¿recuerdas?. Saldré de esta.
-¿Qué
puedo decir? Gracias.
-Ve,
vuelve con los tuyos y regresad a casa. Siento haberos metido en
esto.
Norn
la abrazó y la besó.
-Ojalá
las cosas fueran diferentes. Suerte en vuestra lucha Mina Lars.
-Feliz
regreso a casa Laurence Norn.
Norn
abandonó la estancia y regreso a su nave. Se sentía bien por haber
logrado su objetivo, pero también notaba una extraña sensación,
como un peso en su conciencia.
Capítulo
7
La
Rouge y Tuvok estaban reunidos en el despacho de este. La capitán
del JTK esperaba convencer al almirante rebelde de que liberara su
nave.
-No
puede retenernos aquí eternamente almirante. Nosotros no tenemos
nada que ver en esta guerra. Debe dejarnos partir.
-Si
hago eso, ¿a donde irían?. No pueden volver a casa sin nuestra
ayuda.
-Buscaremos
la forma, sin interferir en este universo. En última instancia,
siempre podemos buscar un planeta deshabitado y establecer una
colonia.
-¿Porqué
debería hacer lo que me pide? Podríamos tomar su nave a la fuerza y
hacernos con su tecnología.
-Ha
podido hacerlo desde el principio. No creo que sea su estilo.
-Le
pido una vez más que nos ayude. Cualquier cosa que pueda darnos, por
poco que sea, sera útil a nuestra causa.
-No
puedo.
Tuvok
unió sus manos por las palmas y fijó su penetrante mirada en el
rostro de La Rouge. Ella soportó estoicamente el escrutinio.
-Usted
gana capitán. Daré orden de que su nave sea liberada. Les deseo lo
mejor.
-¿Así,sin
más? ¿No piensa presionarnos para obtener lo que desea?
-Como
usted ha dicho, no es nuestro estilo. Ya hemos violado
suficientemente nuestros principios trayéndoles hasta aquí contra
su voluntad. Y respetamos nuestros principios, tanto como usted los
suyos.
-¿Qué
hay de esa tecnología suya para regresar a casa?
La
Rouge, al hacer esta petición, esperaba cubrir la traición de Mina
Lars.
-No
estoy autorizado a entregársela a cambio de nada. Supongo que lo
comprende.
-Naturalmente.
-Puede
retirarse capitán. Cuando vuelva a bordo de su nave, la orden de
liberarlos ya habrá llegado al puerto.
-Ha
sido un honor conocerle, señor.
-Lo
mismo digo -respondió Tuvok estrechando la mano de La Rouge.
En
el momento en que la capitán del JTK abandonó el despacho, una
puerta se abrió detrás de Tuvok dando paso a Mina. Tuvok volvió la
mirada hacia ella.
-Esta
gente podría haber sido de mucha ayuda.
-Tal
vez. Pero ambos hemos hecho lo correcto, almirante.
-Eso
espero, capitán, eso espero.
-------------
Samantha
Sulu estaba en el puente del Ira Dei observando la pantalla donde se
veían los rostros de los tres capitanes que se hallaban bajo su
mando.
-Informen.
-Voyager
a punto y esperando órdenes comodoro.
-Potenkim
a punto, señor.
-Kali
a punto, comodoro.
-Bien,
nos vemos en las coordenadas de encuentro. ¡Larga vida al Imperio!
-¡Larga
vida al Imperio! -respondieron los tres capitanes al unisono.
Una
tras otra, las cuatro naves imperiales desaparecieron en sendos
estallidos warp.
-------------
La
Rouge entró en el puente y ocupó el sillón de mando.
-¿Lo
ha conseguido? -preguntó Norn.
-Así
es, comandante. ¿Está instalado el cilindro que nos entregó la
capitán Mina?
-Estará
operativo en, aproximadamente, noventa minutos capitán.
-Perfecto.
Abandonaremos el sistema a velocidad de impulso. Contacten con las
autoridades del puerto y pidan permiso para partir.
-Comandancia
de puerto nos concede el permiso, capitán.
-Señor
Ren, sáquenos de aquí, impulso máximo. Cuando esté a punto,
activen ese dispositivo.
Ren
manipuló los mandos del timón sacando al JTK del puerto.
-Hemos
partido, capitán. Nos dirigimos al exterior del sistema.
-Volvemos
a casa, señores.
--------------
-Capitán,
saldremos de warp en cinco minutos.
-Comuníqueme
con las otras naves.
-Comunicación
abierta, las tres naves a la escucha, capitán.
-Señores,
ya conocen el plan. No esperan este ataque, el factor sorpresa es
nuestra mayor baza. No quiero heroicidades ni iniciativas creativas.
Cíñanse al plan.
-Kim,
recibido.
-Bowman,
recibido.
-Rojo,
recibido.
--------------
Tuvok
estaba en su despacho, leyendo los informes de los diferentes puntos
en conflicto cuando sonó su intercomunicador.
-Almirante,
cuatro naves imperiales han salido de warp a diez mil kilómetros de
aquí. Se acercan en formación de combate.
-¿De
cuantas naves disponemos?
-Solo
hay dos naves en pleno funcionamiento en la instalación.
-Que
salgan inmediatamente a enfrentarse a los atacantes y envíen un SOS
a las naves más cercanas. Activen todas las defensas. Póngame esas
naves en la pantalla.
Mientras
toda la instalación se ponía en marcha para cumplir sus órdenes,
Tuvok observó espantado a los cuatro atacantes.
-Maldición,
llegan en el peor momento.
-----------
-Capitán
-anunció Grant observando su consola, -cuatro naves han salido de
warp dentro del sistema. Están atacando los astilleros.
Norn
se puso en pie como impulsado por un resorte.
-Tenemos
que ayudarles, capitán.
-No
pienso dar esa orden, comandante.
-¡¿Qué?!
No están en condiciones de defenderse de ese ataque. ¿Va a dejar
que los masacren?
-Creí
que había quedado claro desde el principio que esta guerra no es
asunto nuestro, comandante. No debemos intervenir. La directiva
primaria es muy clara.
-Capitán
-intervino T'Brell. -No hace mucho, usted misma me dijo que antes que
el reglamento está la lealtad, que no se abandona a los amigos ante
el peligro.
-Estoy
de acuerdo con eso -dijo Grant.
La
Rouge se levantó encarándose a sus oficiales.
-Esto
no es una democracia señores, guárdense sus opiniones. Tienen sus
órdenes, cúmplanlas.
-¡Al
diablo la directiva primaria! -dijo Norn. -Capitán, esto no está
bien, usted lo sabe.
La
Rouge se cubrió los ojos con las manos durante unos segundos.
-Está
bien, de acuerdo. Vamos allá -dijo. -Señor Ren, señor Grant,
patrón de ataque delta. Vamos a dar tiempo a esa gente para activar
sus defensas.
Capítulo
8
Las
cuatro naves atacaron siguiendo el plan establecido. Mientras el Ira
Dei y el Potemkin atacaban los puntos claves de los astilleros, el
Voyager y el Kali se dedicaron a destruir las naves en construcción.
Los
astilleros respondieron con sus cañones láser, pero dada la
movilidad de las naves, no eran muy efectivos. Las dos naves
disponibles, el Libertador y el Justiciero, consiguieron salir del
puerto y se enfrentaron valientemente a un enemigo superior en número
y en estrategia de batalla.
Desde
su silla en el puente del Ira Dei, la capitán Sulu se esforzaba en
coordinar el ataque. De pronto un fuerte impacto sacudió la nave.
-¿Qué
ha sido eso?
-Comodoro,
una tercera nave proveniente del otro extremo del sistema, nos ataca.
Parece el JTK.
-Malditos
entrometidos. Capitán Bowman, encárguese de esa nave.
El
Potemkin viró para enfrentarse al JTK, pero la nave ya no estaba
allí, se había deslizado entre la flotilla imperial y ahora estaba
atacando al Kali. Bowman hizo maniobrar su nave para enfrentarse al
JTK, pero cometió un error, al concentrarse en la nave de otro
universo no percibió al Libertador que le cayó encima disparando
todo lo que tenía, inutilizando así su sistema de armas. El
Potemkin tuvo que abandonar el campo de batalla nivelando, de ese
modo, el conflicto.
La
lucha continuó, y si bien las naves imperiales poseían una
tripulación con más experiencia, esa ventaja se veía anulada por
los cañones de defensa de los astilleros.
-Concentren
todo el fuego en esa maldita nave -gritó Sulu marcando al JTK.
Las
tres naves imperiales atacaron al JTK ignorando los disparos de las
otras dos naves. La nave federal no pudo resistir el ataque múltiple
y tuvo que huir.
-Dejen
que se vaya, reanuden el ataque a esa instalación.
-Comodoro,
dos naves saliendo de warp, no, son tres naves, rebeldes señor.
-Nos
doblan en número. Tendremos que dejarlo para otra ocasión.
¡Retirada!
-Las
naves imperiales desaparecieron en un estallido warp antes que las
recién llegadas pudieran centrarlas en sus miras.
-----------
Mientras
en el JTK efectuaban empezaban las reparaciones de emergencia, La
Rouge recibió una llamada de Tuvok.
-Se
ha arriesgado mucho dando la vuelta, capitán. Gracias por echarnos
una mano.
-Alguien
me recordó que la lealtad con los amigos está por encima del
reglamento.
-Celebro
oír eso. Vuelvan a puerto capitán, les ayudaremos con esas
reparaciones.
-Acepto
la oferta, almirante.
----------------
El
alto mando de la rebelión organizó una fiesta en honor de la
tripulación del JTK como muestra de gratitud por la ayuda recibida.
-¿Qué
le hizo cambiar de parecer, capitán?
-De
no haberlo hecho, creo que me habría enfrentado a un motín
-respondió La Rouge mirando a sus oficiales.
-Ya
veo. Parece que han hecho aquí más amigos de lo que esperaban.
-Eso
parece.
-Esther,
no quisiera ser molesto, pero debo pedirle, una vez más...
-No
insista Tuvok. Las normas de la federación me impiden darle
tecnología.
-Comprendo.
-Sin
embargo...
-¿Si?
-Creo
que la última vez que visité su despacho perdí allí un
dispositivo de memoria.
-¿Y
qué contiene ese dispositivo?
-Tácticas
de combate y los planos del último modelo de torpedos fotónicos.
Supongo que tengo su palabra de que no usará esos datos si encuentra
ese dispositivo después de que nos hayamos marchado.
-La
tiene. No usaré ese dispositivo. A menos que sea estrictamente
necesario, claro.
-Estoy
segura de ello.
--------------
Nicolás
García, comandante del Ira Dei, entró en el camarote de la capitán
Sulu acompañado de dos hombres de seguridad armados.
-Comodoro
Sulu, por orden del emperador debo arrestarla y notificarle que ha
sido depuesta. Yo estoy ahora al mando del Ira Dei y el capitán Kim
tomará el mando de esta flota hasta el regreso al sistema terrano.
Samantha
Sulu se dejó esposar sin oponer resistencia. Mientras los hombres de
seguridad la escoltaban hasta una celda juró entre dientes.
-Juro
que, de un modo u otro, esa zorra de La Rouge me las pagará, aunque
me lleve toda la vida.
-Me
temo, señora, que su vida no será muy larga -dijo García.
--------------
Días
más tarde el JTK partía de los astilleros.
-Señor
Ren, impulso máximo.
-Impulso
máximo, capitán.
-Atención
ingeniería, activen el dispositivo.
-Activado.
Una
vez más las estrellas desaparecieron de la pantalla para reaparecer
a los pocos segundos.
-Informen.
-Estamos
en casa, capitán.
Toda
la tripulación estalló en un entusiasta ¡hurra!.
-Contacten
con comandancia, estarán preocupados por nosotros tras tantos días
de ausencia. No se ni como empezar mi informe.
-Cuando
lo redacte, podría dejarme echarle un vistazo, capitán.
-Tendrá
usted que exprimirse los sesos como todos, comandante.
-¿Cree
que volveremos a saber de ellos?
-Es
posible. Si así fuera, espero que sea en mejores circunstancias. Por
cierto, con todo ese lío, aún no les he felicitado a usted y su
esposa. Tengo entendido que, dentro de poco, tendremos un nuevo
tripulante.
-¿Cómo
lo ha sabido?
-¿Olvida
que el doctor debe informarme de todas las novedades de su
departamento?
-Es
verdad. Gracias capitán.
-Tienen
los dos el día libre. Vaya con ella señor Norn y disfruten de la
tranquilidad que no han tenido estos días.
-Gracias
de nuevo capitán.
Norn
fue en busca de su esposa. Los últimos días no había tenido mucho
tiempo de pensar en ello, pero ahora era plenamente consciente de que
empezaba una nueva aventura. La aventura de ser padre.
EPILOGO
El
nuevo capitán del Ira Dei, Nicolas García estaba en su despacho
cuando sonó el timbre de la entrada.
-Pase.
La
puerta se abrió con un leve siseo dando paso a la teniente Elisa
Armstrong, su primer oficial en funciones.
-Capitán,
malas noticias. Samantha Sulu ha escapado.
-¿Escapado,
cómo?
-De
algún modo consiguió abrir su celda y escapar con una lanzadera sin
activar ninguna alarma. Suponemos que con la ayuda del teniente
Ramos, ya que también está desaparecido.
-¿Han
escaneado el sector en su busca?
-Afirmativo,
con resultados negativos.
-¡Maldita
sea! Escuche, Armstrong, hable con los tripulantes que estén
enterados de esta fuga. En sus informes dirán que Sulu intentó
escapar y que tuvimos que disparale, resultando desintegrada.
-¿Falsear
los informes?
-Es
eso o enfrentarnos a la ira del emperador.
-Hablaré
con ellos.
-Bien,
puede retirarse.
Cuando
quedó solo, García se sirvió una copa y se acercó al ventanal de
su despacho para observar las estrellas. En parte se alegraba de la
fuga de Sulu, le caía bien. Levantó su copa en dirección a las
estrellas.
-Suerte,
capitán Sulu. Espero que encuentre la forma de vengarse.
FIN
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