STAR TREK - JTK

Star Trek-JTK narra las aventuras de la nave de la Federación de Planetas Unidos -USS James T. Kirk-.

La acción se inicia unos tres años después de los hechos narrados en DS9.

jueves, 16 de abril de 2020

B&D 0.5 - De como B'Elena y Dax se aliaron y se liaron


Desperation City era una colonia minera en el alejado planeta Venaris IV, un lugar, como su nombre indica, refugio de fugitivos o "desperados", un lugar peligroso que nadie en su sano juicio escogería para pasar unas vacaciones. En el "Gato Montés", un bar donde se reunían los habitantes menos recomendables de la colonia, había una gran animación.

Cuando la puerta se abrió, la ruidosa algarabía del interior se silenció de golpe y todas las miradas se fijaron en la figura que se recortaba en la entrada bajo la luz del exterior. Se trataba de un joven trill, alto y atlético, de mirada penetrante.

El trill miró al interior y se dio cuenta de que había irrumpido en el local justo cuando estaba a punto de empezar una pelea. Observó a los contendientes. A su derecha vio dos hombres romulanos de mirada feroz que empuñaban sendos cuchillos largos. A su izquierda se encontraba una mujer de raza klingon, un poco baja para los estándares de su raza, pero muy atractiva, que empuñaba un bat'leth. Su pose y su mirada reflejaban resolución al enfrentarse a esos dos hombres.

El recién llegado sonrió y se adentró en el local para sentarse en una de las mesas. Para hacerlo, tuvo que pasar entre los contendientes, miró primero a los dos hombres y luego giró su mirada hacia la mujer, a la que dedicó una ligera inclinación de cabeza y una sonrisa. Ella le respondió torciendo la boca y frunciendo las cejas en señal de disgusto.

El recién llegado se sentó a una de las mesas y se dirigió al tabernero.

-Tú, me han contado excelencias de tu cerveza romulana, sírveme una jarra.

Después se arrellanó en su asiento y observó a los contendientes sin dejar de sonreír.

Estos, tras la interrupción, volvieron a centrarse en el duelo. Los dos hombres se lanzaron al ataque al unísono con los cuchillos en alto. La mujer se limitó a pasar entre ellos mientras su bat'leth dibujaba dos relucientes arcos en el aire. Ambos hombres cayeron de rodillas mientras sus intestinos asomaban por sendos cortes en sus estómagos. El enfrentamiento fue tan breve que muchos de los presentes tardaron varios segundos en comprender lo que había pasado.

La mujer limpió la hoja de su espada en la ropa de uno de los cadáveres, la colgó a su espalda y mientras el resto de parroquianos cobraban o pagaban sus apuestas sobre el duelo, se dirigió a la mesa donde se encontraba el trill.

-Podrías haberme ayudado.-le dijo poniendo los brazos en jarras.

-¿Ayudarte? ¡Vamos, B'Elena, solo eran dos! Eso habría sido jugar con ventaja.

-¡Llorenç Dax, eres un...!

Calló al ver la risa mal disimulada del trill y ella también se echó a reír.

-¿A qué se ha debido este enfrentamiento? -preguntó él.

-A lo de siempre, ya sabes.

Dax recorrió con la vista el cuerpo de la mujer.

-Si, ya puedo imaginarlo.

B'Elena se sentó frente a Dax justo en el momento en que el tabernero le traía su cerveza. El trill le pasó el vaso a la mujer y dijo:

-Trae otra, tabernero.

Ella bebió un largo sorbo.

-¿Qué te trae por Venaris IV? -preguntó.

-Acabo de entregar un cargamento.

-¿Mucho trabajo?

-No puedo quejarme. Pero desde que tu hermana y yo nos separamos, el trabajo se ha vuelto más difícil.

-¿Porqué lo dejasteis? Se os veía bien avenidos.

-Mejor no preguntes. ¿Y qué hay de ti?

-Llevo una temporada aquí varada. Esperando algún trabajito.

-¿De veras...? ¿Qué te parecería ser mi nuevo copiloto?

-¿Lo dices en serio? Ese era el puesto de V'Alizia hasta hace bien poco.

-¿Y cual es el problema? ¿Que sois hermanas? Eres tan buena como ella, lo se. No se me ocurre nadie mejor para el puesto.

-Mmmm... ¿Cuales son las condiciones?

-Te pagaré el 40% de los beneficios netos.

-No está mal. Pero a mi hermana le dabas el 50%.

-Ella era mi pareja.

-De acuerdo. Acepto el empleo. ¿Cuando empezamos?

-Así que consiga un nuevo cargamento. Mientras, recoge tus cosas e instálate en el “Belleza Klingon”. Está en el muelle 23.

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Dos días después, Dax había conseguido un nuevo cargamento y el “Belleza Klingon” despegaba de Venaris IV con destino a Gladius Prime.

Pero al salir de la atmósfera, se encontraron con tres patrulleras de la Federación que les cortaban el paso.

-Intentan comunicarse -dijo B'Elena.

-Abre un canal.

Por los altavoces se escuchó una voz autoritaria.

-Carguero klingon, paren sus motores y prepárense a ser abordados.

-Y un cuerno, amigo -respondió el trill cerrando el comunicador con un manotazo.

Las patrulleras dispararon varias andanadas contra el carguero.

-Escudos al 50% -dijo B'Elena.

-¡Mierda! Suerte que me conozco algunos trucos.

Dax ejecutó algunas maniobras de evasión que le permitieron romper el cerco y emprender la huida, pero las patrulleras se lanzaron tenazmente en su persecución disparando otra andanada de lasers.

-Escudos al 24%.

El trill continuó con sus maniobras evasivas, dificultando la persecución a las patrulleras., pero poco después una nueva andanada sacudía al carguero.

-Escudos al 12%. ¡Han dañado los motores. No podemos entrar en warp!

-¡Maldita sea! Busca un sitio donde ocultarnos.

La persecución duró un rato más, hasta que el carguero sufrió una nueva sacudida.

-¡Los escudos han caído!

-¿Que hay de ese refugio?

-¡Ahí! He detectado una nébula que emite radiación iónica. Si nos refugiamos en su interior no podrán detectarnos.

-De acuerdo. Lanza la carga al espacio, eso nos dará tiempo. No se atreverán a disparar.

B'Elena hizo lo que Dax le ordenaba y vio como dos de las patrulleras se detenían para rodear la carga con un rayo tractor. La tercera continuó la persecución, pero sin disparar.

-¿Qué diablos llevábamos?

-Cristales de dilitio sin refinar.

-¿Cristales de...? En el próximo viaje, infórmame de cual será nuestra carga.

-Esperemos que haya un próximo viaje.

Finalmente, Dax consiguió llevar al carguero al interior de la nébula, y emitió un largo suspiro de alivio tras parar los motores.

-¡Cristales de dilitio! ¿Estas loco?

-Vamos Belita, soy contrabandista, ya lo sabías antes de aceptar el empleo.

-Y no me llames así, sabes que lo odio.

-Lo que tú digas, preciosa.

B'Elena suspiró con frustración.

-¿Siempre será igual cuando discuta contigo?

Dax sonrió ante la pregunta.

-Puedes apostar por ello -respondió. -Ahora, ¿qué te parece si empezamos con las reparaciones?

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Tres días después, B'Elena se encontraba hurgando en las entrañas de los motores del “Belleza Klingon”, intentando substituir un condensador isolineal quemado. Pero la pieza estaba trabada y no podía arrancarla. Cogió una llave multifásica para utilizarla como palanca, pero no había manera.
Dax apareció por detrás suyo y apoyó sus manos sobre las de la mujer. Ella las retiró al sentir el contacto.

-¿Qué estás haciendo?

-Solo intento ayudarte.

-Ya puedo sola, gracias.

-Como quieras.

Cogió de nuevo la llave e hizo palanca, con tan mala fortuna que esta se le escapó de las manos y se golpeó en el borde del mamparo haciéndose un pequeño corte en el nudillo del dedo índice de la mano derecha.

-¡Mierda! -exclamó retirando las manos.

Dax extendió las suyas para cogerlas, pero ella lo evitó.

-¿Qué estás haciendo? -repitió.

-Solo intento examinar la herida.

-No es nada.

-Deja que yo juzgue eso.

-Déjalo. Además, tengo las manos sucias de grasa.

-Yo también las tengo sucias. ¿De qué tienes miedo?

-¿Miedo? No, es que...

Dax cogió su mano y examinó la herida. Una pequeña gota de sangre asomaba por la misma. El trill se la llevó a la boca y la chupó.

-¿Qué estas haciendo?

-¿Es que no sabes preguntar otra cosa?

-Responde a la pregunta.

-Solo estaba probando tu sangre.

-¿Probando mi...? ¿Sabes lo que eso significa para un klingon?

-Claro que lo se. Estaba liado con una, ¿recuerdas? Además, así me he evitado tener que morderte y estropear esa bonita cara.

-Estás jugando con fuego, trill -dijo ella retrocediendo un paso hasta chocar con una pared.

Él avanzo ese paso y rodeó la cintura de la mujer con sus brazos.

-Me encanta el riesgo.

-Eso no está bien. Tú y mi hermana...

-Eso pertenece al pasado -respondió Dax dándole un apasionado beso.

-Maldito caramanchada... ¿Siempre te sales con la tuya?

-La mayoría de las veces, aunque recuerdo un ocasión en que...

Ella le interrumpió besándole con la misma pasión con la que lo había hecho él.

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Tras pasar una semana escondidos en el interior de la nébula, con las reparaciones concluidas, se decidieron a salir.

-Seguro que se han cansado de esperarnos -dijo Dax.

-Espero que tengas razón, empezaba a cansarme de estar aquí varados.

-¿Es que no te lo has pasado bien estos días?

Ella sonrió y le dio un puñetazo en el hombro.

-No seas tan creído.

-¿No lo has disfrutado?

-Claro que si tontorrón. ¡Vaya! Parece que tenías razón. No hay nadie esperándonos.

-Te lo dije -respondió él con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y ahora qué?

-Seguirán buscándonos por un tiempo. Y no solo ellos. Mi patrón en este viaje no estará muy contento por haber perdido la carga.

-Ya veo...¿A donde iremos?

-Creo que conozco el sitio perfecto para ocultarnos una temporadita. ¿Has oído hablar de Kentara V?

-¿Ese planeta desértico en la frontera klingon? Parece un buen escondite.

-Bien, introduce las coordenadas.

-Coordenadas fijadas.

-¡Vamos allá!

FIN












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