PRÓLOGO
Las
reglas del speedball eran
muy sencillas, pero eso no lo hacía un juego fácil de practicar.
Nada fácil.
El
terreno de juego consistía en una cúpula cerrada, media esfera en
realidad, de unos diez metros de diámetro y, por tanto, cinco metros
de altura aproximadamente. Esas medidas no eran del todo exactas,
solo si se usaba el sistema de medidas andoriano estas daban números
redondos. Un campo de fuerza dividía el terreno de juego, de arriba
a abajo, en dos mitades iguales.
Cada
contendiente ocupaba uno de los dos lados del campo armado de una
raqueta equipada con unos sensores. El jugador que hacía el saque,
golpeaba una pelota, también equipada con sensores, para enviarla al
terreno de su oponente. Cuando la raqueta golpeaba la pelota, ambas
de medidas parecidas a las usadas en el tenis, los sensores de ambas
enviaban una señal que desconectaba el campo de fuerza, el cual
volvía a conectarse inmediatamente cuando la pelota atravesaba la
línea divisoria. La pelota quedaba entonces encerrada en el campo
contrario. El jugador que ocupaba ese campo podía hacer entonces dos
cosas: Golpear directamente la pelota para devolverla al campo
contrario o dejarla rebotar para encontrar una mejor posición para
golpearla. Si el jugador optaba por esa segunda opción, la pelota
podía rebotar tantas veces como fuera necesario tanto en el suelo
como en la única pared que rodeaba el terreno de juego o en el mismo
campo de fuerza que separaba a los contendientes. La dificultad del
juego consistía en que la pelota acumulaba energía cinética, por
lo que aumentaba de velocidad cada vez que golpeaba algo. Un buen
jugador de speedball
debía
tener una vista y unos reflejos excepcionales ya que la pelota a
medida que avanzaba el juego, adquiría velocidades escalofriantes.
Un jugador ganaba un punto cuando lograba que la pelota golpeara al
contrario. Para su protección los contendientes solo disponían de
un traje acolchado y un casco con máscara que protegía la cabeza y
la cara. A pesar de esas protecciones, las lesiones no eran raras en
el speedball,
pero sus practicantes amaban ese deporte por el riesgo que conllevaba
y se negaban a ponerse protecciones más resistentes. Solo los
principiantes llevaban una especie de coraza para jugar y usaban
pelotas que no acumulaban toda la energía cinética de los golpes y,
por tanto, no adquirían tanta velocidad. Cada cinco puntos jugados,
el saque cambiaba de bando. El primer jugador que conseguía diez
puntos ganaba un juego. El primero en ganar siete juegos ganaba el
partido. Eso cuando se llegaba al final del partido, ya que si uno de
los contendientes recibía una lesión que le impidiera continuar,
perdía el partido por abandono.
Este
era el deporte favorito del comandante Glem y en ese preciso momento
lo estaba practicando en la sala de hologramas del JTK.
Glem
afianzó los pies en el suelo y se preparó para recibir el saque de
su rival. Este era una recreación holográfica de Junk, el campeón
andoriano.
Junk
golpeó la pelota que atravesó la linea divisoria, Glem se dio
cuenta que la altura a la que llegaba no le era propicia y la dejó
pasar. La pelota rebotó en la pared, detrás de Glem, después en el
techo y en el campo de fuerza y volvió a Glem. Esta vez la golpeó
con fuerza enviándola al terreno de Junk. Este se limitó a
interponer su raqueta en la trayectoria de la pelota que salió
despedida hacia el terreno de Glem, que respondió con la misma
táctica. Esta vez Junk dejó pasar la pelota que empezó a rebotar
dentro de su terreno. Justo en ese momento el comunicador de Glem
emitió un pitido.
-Computadora,
detén el programa.
La
pelota quedó detenida en el aire y Junk completamente inmóvil.
-Maldita
sea -pensó -¿Es qué nunca me van a dejar acabar un partido? Aquí
Glem – dijo esta vez en voz alta.
-Comandante,
se requiere su presencia en el puente.
-Voy
ahora mismo.
Contempló
la imagen de Junk que permanecía congelado en una posición
imposible.
-Otra
vez será, amigo. Computadora, cierre el programa.
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Capítulo
1
Una visita inesperada
con
efectos inesperados
La
nave de la federación James T. Kirk estaba varada en el límite de
un sistema solar compuesto por una estrella tipo Sol a la que
orbitaban siete planetas. El cuarto planeta era de tipo “M” y
todos los sensores del JTK lo estudiaban con detenimiento. Esos
estudios demostraron que sus habitantes poseían tecnología warp por
lo que, según las leyes de la Federación de Planetas Unidos, era un
firme candidato para un primer contacto.
-Yo
no perdería el tiempo con esta gente, son muy aburridos.
Todo
el personal en el puente se giró hacia el que había hablado. Este
era un hombre alto y apuesto, aparentaba unos cuarenta años, vestía
el uniforme de la flota y en su cuello lucía los galones de capitán.
-¡Alerta
roja, intruso en el puente! -gritó el comandante Glem levantándose
de un salto de la silla de mando. La sirena que anunciaba la alerta
roja empezó a sonar por toda la nave.
Glem
sacó su phaser y apuntó al intruso siendo imitado enseguida por el
teniente Grant, que estaba tras la consola de seguridad.
-¡Oh,
vamos, vamos! No hace falta que nos pongamos violentos. -Dijo el
intruso, hizo chasquear los dedos de la mano derecha y Glem y Grant
se encontraron empuñando sendas zanahorias.
La
capitán Esther La Rouge salÍa en ese momento de su despacho y se
encaró con el intruso.
-¿Quién
demonios es usted y porqué ha abordado mi nave sin permiso?
-¡Vaya!
¿Qué tenemos aquí?-exclamó el intruso con una sonrisa. Volvió a
chasquear los dedos y desapareció en un fogonazo de luz blanca para
reaparecer inmediatamente en otro fogonazo frente a la capitán. Pero
ahora estaba vestido con un traje estilo Luis XVI con peluca blanca
en la cabeza incluida.
-Enchanté,
mon capitaine. -dijo mientras cogía la mano de La Rouge y depositaba
en ella un delicado beso – Que sorpresa tan agradable encontrar a
una mujer hermosa en este olvidado rincón de la galaxia.
-Y
usted debe ser...-empezó a decir la capitán.
-Desde
este momento, su más ferviente admirador, madeimoselle le capitaine.
Me llamo...
-...¡Q!-
La voz que sonó desde la puerta del turboascensor y que parecía
realmente enfadada pertenecía al teniente-comandante Laurence Norn,
jefe de seguridad del JTK- Maldito duende espacial.¿Qué nueva
diablura estás planeando?
Q
sonrió al ver que alguien le reconocía y se encaró al jefe de
seguridad.
-¿Y
quién es usted? -Q le observó detenidamente y puso cara de
reconocerle. -¡Norn! Como has cambiado ¿Qué pasó con Lilandra?...
¡Oh!, ya veo. Es una lastima, me gustaba la chica, debo decir que
tenías mucho mejor aspecto cuando eras ella. Claro que eso puede
arreglarse.
Q
volvió a chasquear los dedos y Laurence Norn quedó transformado al
instante en Lilandra Norn. Seguidamente, Q besó nuevamente la mano
de La Rouge.
-Au
revoir, mon capitaine, ha sido un placer conocerla. Volveré a
visitarla, se lo prometo -dijo, y desapareció. Un segundo después
un gran ramo de rosas rojas aparecía en los brazos de la capitán La
Rouge, la cual apenas pareció darse cuenta de ello. La Rouge, al
igual que todos los presentes tenía su vista fija en Norn, que
temblaba de rabia y de impotencia mientras contemplaba lo que le
había hecho Q.
-Será
mejor que le acompañe a la enfermería, señor Norn- pudo, por fin,
decir La Rouge.
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Julián
Bashir estaba examinando a Laurence/Lilandra Norn, la capitán La
Rouge también se hallaba presente.
-Esto
es increíble, no solo ha cambiado su aspecto exterior, todos sus
órganos internos son los propios de una fémina trill, su misma
estructura genética es la de una trill, no queda nada de varón
humano en usted. Sin embargo Norn no ha sufrido alteración ninguna.
-¿Puede
invertirlo Julián?-preguntó Norn.
-Mucho
me temo que no. Podría cambiar su aspecto exterior mediante cirugía,
pero seguiría siendo trill.
-¿Quiere
decir que tendré que quedarme así toda la vida?
-A
no ser que Q le devuelva su aspecto original.
-Si
tengo que fiarme de ese gusano omnipotente estoy listo.
-Q
volverá a visitarnos, ya le ha oído-dijo la capitán La Rouge.
-Si
lo hace yo le...
-Si
lo hace-le cortó La Rouge-,usted no hará nada, me dejará a mi
hablar con él. Y ahora dígame. ¿Qué tiene usted en contra de Q?
¿Porqué le odia de ese modo?
-¿Le
parece poco lo que acaba de hacerme?
-No,
es más que eso, le he oído dirigirse a él cuando a entrado en el
puente. Y por el modo en que él le respondió, es evidente que
ustedes ya se conocen.
Norn
bajó la vista.
-Es
por Norn, él le odiará toda su vida.
-¿Porqué?
-Horam
murió por culpa de Q.
-¿Horam?
-Horam
fue el cuarto anfitrión de Norn, capitán.
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La
capitán La Rouge entró en su habitación, se despojó de la parte
superior de su uniforme y pidió un té al replicador.
-Hola
cariño. ¿Cómo te ha ido hoy en el trabajo?
La
voz masculina salió de su dormitorio y dado que la capitán no
compartía su habitación con nadie, se sobresaltó. Rápidamente
cogió el phaser que había dejado sobre la mesa y entró en el
dormitorio.
Q
estaba tumbado sobre la cama vestido con un pijama de seda azul
celeste.
-No
necesitaremos eso.- dijo Q, chasqueó los dedos y el phaser de La
Rouge se convirtió en un ramo de violetas.- Me he dado cuenta de que
no te entusiasman las rosas.
La
Rouge arrojó el ramo a la cara de Q y pulsó su comunicador. No
obtuvo respuesta.
-Me
he ocupado de que no puedan molestarnos. Anda, ¿porqué no te
acuestas?
-Si
piensa que voy a meterme en la cama con usted es que no es tan
omnisciente como cree todo el mundo.
-¡Hay
si! Está eso tan fastidioso del libre albedrío. Ni siquiera los Q
podemos alterarlo.
-No
sabe cuanto me alegro. Salga inmediatamente de mi cama.
-No
deberías despreciarme de esa manera, te aseguro que puedo ofrecerte
todo lo que puede desear una mujer.
-No
me interesa nada que provenga de usted.
-Vamos
Esther, seguro que hay algo que podría hacer por ti, solo tienes que
pedirlo.
-Podría
empezar por devolver a mi jefe de seguridad a la normalidad.
-¿Porqué?
Está mucho mejor ahora. Lilandra es una belleza.
-El
no es Lilandra.
-Le
devolveré su antiguo aspecto en su momento, por ahora quiero que
sufra un poco.
-¿Porqué
le hace eso?
-Tengo
mis motivos. Anda acuéstate y retocemos un poco.
-Ni
en sueños. Norn dice que usted fue el causante de la muerte de uno
de sus anfitriones anteriores. ¿Es cierto eso?
-Esta
conversación se está volviendo muy aburrida. Ya veo que hoy no
estás de humor para jugar, así que mejor vuelvo en otro momento.
Q
chasqueó los dedos y desapareció. Un segundo después La Rouge
sostenía en sus brazos un ramo de margaritas.
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Cuando
Norn entró en su habitación, su esposa estaba esperándole. Lars se
puso en pie y se quedó mirándole.
Norn
le devolvió la mirada, y casi le pareció ver el muro que amenazaba
levantarse ante ellos.
Se
acercó a ella y levantó la mano para acariciarla en la mejilla,
pero ella se apartó.
-Tal
vez sería mejor que esta noche me buscase otro sitio para
dormir-dijo.
Ella
no respondió. Solo se quedó mirándolo con una expresión de
incredulidad en los ojos.
-Esta
bien, tal vez mañana estés más preparada para hablar de ello.
Lars
seguía sin abrir boca, así que Norn se encaminó a la salida de la
habitación.
-Espera.
Norn
se giró hacia su esposa.
-Perdóname.
¿En qué estoy pensando? Sigues siendo mi marido y no pienso dejarte
marchar. Tu sitio está a mi lado y mi deber es apoyarte. Esta noche
dormirás en nuestra cama, como siempre.
Se
le acercó y le rozó la mejilla con la punta de los dedos.
-Así
que este era el aspecto de Lilandra.
-Si.
-Era
muy bella.
-Lo
era.
Se
quedaron mirándose a los ojos sin decir palabra. A Norn se le hizo
extraño. Como Laurence era más alto que Lars, pero como Lilandra
sus ojos quedaban a la altura de los de su esposa.
-Seguro
que encontraremos la forma de que recuperes tu auténtico aspecto.
-¿Y
si no es así?
-Encontraremos
la forma de superar esto.
-¿Crees
que seras capaz de superarlo? ¿Podrás aceptar que ahora estás
casada con una mujer?
-No
lo se, eso espero. Por el bien de ambos.
-Bésame.
-¿Qué?
-Que
me beses. Si no eres capaz ni de darme un beso ¿cómo crees que vas
a poder superarlo?
Lars
abrazó el nuevo cuerpo de su esposo, el cuerpo de Lilandra, y unió
sus labios a los de él.
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Capítulo
2
Cambios de humor
La
voz de la computadora despertó a Lars a la hora acostumbrada. Dio la
orden para que cesase el aviso y con los ojos cerrados empezó a
buscar a tientas a su esposo . No tardó en darse cuenta de que
estaba sola en la cama, entonces lo recordó todo. Se incorporó en
la cama y abrió los ojos. El/ella estaba sentado frente al espejo
del dormitorio.
-¿Qué
estas haciendo?
-Me
estoy maquillando
-¿Maquillando?
-Ahora
soy una mujer, ¿Porqué no actuar como tal?
-¿Maquillándote?
-Dentro
de los varemos permitidos por la flota. Espero que no te importe que
haya usado tu maquillaje.
Entonces
se giró y miró directamente a Lars
-¿Qué
te parece?
Lars
observó el rostro de Lilandra. El suave maquillaje que se había
aplicado Norn era casi invisible, pero de alguna manera conseguía
resaltar los preciosos ojos color violeta de Lilandra.
-Es
perfecto. ¿Donde diablos has aprendido maquillaje?
-He
sido mujer tres veces, Lilandra fue la última, he maquillado este
rostro miles de veces.
-¡Claro!
Lo olvidé. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.
-¿Cómo
has conseguido ese tono tan bonito en los párpados?
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La
capitán La Rouge entró en el turboascensor apurando su primera taza
de té del día.
-Puente.
-¿Has
soñado conmigo esta noche, cariño?
-¡Q!
¿Quieres dejar de entrar y salir de mi nave a tu antojo? No eres
bienvenido aquí.
-¡Oh!
Seguro que no lo dices en serio. Sabes que yo...
En
ese momento se abrió la puerta del turboascensor para dejar paso a
Mina y Norn.
-¡Tú!
Fue
el pequeño puño de Lilandra el que se estrelló contra la cara de
Q, pero estaba empujado por la furia de Laurence y el odio de Norn.
El resultado fue que Q cayó al suelo con la nariz chorreando sangre.
-¡Me
ha pegado!..Nadie me había pegado antes... Bueno, Sisko lo
hizo...¡Pero fue en una confrontación deportiva!
Q
chasqueó los dedos una vez más y desapareció.
La
Rouge estaba furiosa.
-Estará
usted satisfecho.-dijo-¿No le dije que no hiciera nada a Q cuando
volviese? ¿De verdad cree que le devolverá a la normalidad después
de esto?
-Aunque
no lo haga habrá valido la pena, nunca había disfrutado tanto al
arrear un buen puñetazo a alguien.
-La
capitán tiene razón Laurence, no deberías haberlo hecho.
-¿Es
que todo el mundo va a ponerse en contra mía?- gritó.
El
bonito rostro de Lilandra reflejaba la furia homicida que en ese
momento sentía Laurence Norn.
Las
puertas del turboascensor se abrieron y La Rouge entró en el puente
seguido de Mina y Norn.
-Señor
Norn, a mi despacho. ¡Ahora!
Norn
siguió a la capitán con la cabeza gacha y ambos entraron en el
despacho.
-Señor
Norn, no me deja usted alternativa. Queda relevado del servicio hasta
nueva orden.
-¿Qué?
-Este
asunto le ha afectado más de lo que usted quiere reconocer. Se
presentará a la consejera Dax. Ella decidirá la terapia que deberá
usted seguir y solo cuando ella decida que esta usted preparado,
podrá volver al servicio activo.
-Esto
es indignante, usted...
-No
siga señor Norn, o me veré obligada a encerrarle en una celda por
insubordinación.
-No
creo que eso sea necesario, capitán. Acataré su decisión. Dijo
Norn con voz más calmada pero con la furia todavía brillando en sus
ojos.
-Pídale
una cita a la consejera enseguida. Puede retirarse.
Norn
se retiró murmurando para si y la Rouge se sentó en su silla
levantando la vista hacia el techo y emitiendo un gran suspiro.
-Es
una histérica. Deberías abandonarla en el primer planeta
deshabitado que encuentres.
-¿Eso
es todo lo que tienes que decir, Q? Norn solo ha hecho lo que yo
estaba deseando desde el primer momento que entraste en mi nave.
-¿Porqué?
Yo he sido amable contigo desde el primer momento, querida. ¿Es que
no te gustan las flores?¿Acaso prefieres las joyas?
Q
chasqueó los dedos y alrededor del cuello de la capitán apareció
un hermoso collar de piedras rojas y brillantes.
-Son
rubíes tallarianos, con la más pequeña de estas piedras podrías
comprar veinte naves como esta.
-No
me interesan las joyas.
-Como
quieras.- Nuevo chasquear de dedos y el collar desapareció.
-Ayer
te hice una pregunta, ¿porqué no me la respondes ahora?
-¿Te
refieres a lo de Horam Norn?
-Si.
-Horam
murió durante un terremoto en Drill, el edificio en el que estaba se
derrumbó. Norn cree que yo fui el causante del terremoto.
-¿Porqué
cree eso?
-Por
que yo también estaba allí y Horam me reconoció. Yo estaba bajo el
aspecto que solía adoptar entonces.
-¿Lo
hiciste?
-¿Provocar
el terremoto? Esa pregunta solo se la responderé a Norn, si decide
hacérmela alguna vez.
-¿Qué
estas haciendo aquí, Q?
-Solo
estaba de paso, contemplando los curiosos deportes locales, pero vi
tu nave y decidí pasar a saludar a mis amigos de la Flota Estelar.
Lo cual me reportó el placer de conocerte.
-¿Deportes
locales?
-Oh
si. Ya tendrás ocasión de verlos si te quedas por aquí. Ese
pequeño planeta que estabais estudiando va a ser víctima de un
curioso ejercicio de puntería.
-¿A
qué te refieres?
Q
sonrió y después de un nuevo chasquido desapareció.
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Norn
entró en Nivel 10, el bar de
la nave, pidió un bourbon
y tomo asiento en una de las mesas. Tomó un sorbo y puso cara de
asco. Lilandra detestaba el bourbon,
y ahora él tenía el cuerpo de Lilandra. Murmurando una maldición
dejó la bebida en la barra y pidió un amanecer rojo,
el combinado preferido de Lilandra. Recordó que una vez lo probó y
le había parecido demasiado dulzón, se llevó el vaso a los labios
y le encantó su sabor. Parecía que también había heredado el
paladar de Lilandra. Q había hecho bien su trabajo, maldito sea.
Volvió
a la mesa con la nueva bebida. Observó entrar a Grant y T´Brell y
como se sentaban en una mesa que estaba al alcance de su vista.
Era
curioso, él había pensado que formaban una pareja peculiar, pero
comparados con la que formarían él y Lars, si conseguían superar
la actual crisis, eran una pareja de lo mas corriente.
Observó
el perfil de Grant, nunca se había fijado en lo atractivo que era su
ayudante, T´Brell era una mujer afortunada.
Norn
se levantó de un salto.
-¿Pero
qué estoy pensando? -dijo gritando y estrellando su vaso contra la
mesa.
Todos
los presentes cesaron sus conversaciones y le miraron con aire
molesto. Norn salió corriendo del bar cubriéndose la cara con un
brazo para que nadie viese que estaba llorando.
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La
Rouge estaba sentada ante la mesa de su despacho pensando en las
extrañas palabras de Q, cuando su comunicador emitió un pitido.
-La
Rouge.
-Capitán,
debería venir al puente, hay novedades.
-¿De
qué se trata, señor Glem?
-Creo
que es mejor que lo vea por si misma.
La
Rouge abandonó su despacho y entró en el puente. La pantalla
principal estaba enfocada en un asteroide de feo aspecto.
-¿De
donde ha salido eso?
-Nuestros
sensores acaban de captarlo capitán, pero más que su procedencia,
lo que me preocupa es su destino. Está en ruta de colisión con el
planeta de clase M que estamos observando.
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Capítulo
3
Primer contacto
Ezri
Dax estaba en su consulta de consejera del JTK hablando con un joven
alférez con problemas de autoestima cuando sonó el avisador de la
puerta de entrada. En lugar de dar permiso de entrada al visitante,
como era habitual, se disculpó con su paciente y ella misma fue a
abrir la puerta. Al otro lado de la misma se encontró con un Norn
con los ojos enrojecidos por el llanto.
-¿Norn,
qué te ha pasado? ¿Has estado llorando?
-Dax,
por favor, tengo que hablar contigo. Me estoy volviendo loco.
-Pero
teníamos cita dentro de dos horas.¿No puedes esperar?
-Por
favor, Dax.
-Esta
bien, pasa.
Dax
se apartó para dejar paso a Norn, se acercó al alférez que aún
estaba sentado en uno de los sofás de la consulta y le dijo algo en
voz baja que Norn no pudo oír. El joven se levantó y abandono la
consulta dirigiendo un breve saludo a Norn.
-Bien,
¿en qué puedo ayudarte?- preguntó Dax
Entonces
Norn respondió de una forma que Dax jamás hubiera imaginado. El la
abrazó y se puso a llorar sobre su hombro.
-------------------
-¿Han
reaccionado de alguna manera los habitantes del planeta ante la
amenaza?
La
Rouge estaba mirando la pantalla principal que en estos momentos
estaba dividida y mostraba a un tiempo una imagen del asteroide y un
gráfico con la trayectoria del mismo. El gráfico era concluyente,
el asteroide impactaría con el planeta en poco más de setenta y
cuatro horas.
-Hemos
podido escuchar varias transmisiones al respecto, así que sabemos
que han detectado el asteroide. Pero parece ser que no tienen medios
para detenerlo.
-¿Cual
es su opinión señor Glem?
-Deberíamos
ayudarles, capitán.
-¿Interferir
en el destino de una raza? ¿No iría eso en contra de la primera
directriz?
-Depende
del punto de vista.
-¿Y
cual es su punto de vista?
-Ya
estábamos considerando contactar con ellos y establecer relaciones
ya que tienen tecnología warp, aunque solo sea en sus inicios. Así
que si contactamos y ellos nos piden ayuda, no violaríamos la
primera directriz al ofrecérsela.
-Justo
lo que yo había pensado. De acuerdo, hagámoslo.
Glem
se situó detrás del timonel.
-Señor
Flores, ponga rumbo al planeta a velocidad máxima de impulso.
----------------------
Norn
estaba sentado en uno de los sofás de la consulta de Dax saboreando
un raktajino.
-Café
klingon- dijo.-Hacía tiempo que no lo probaba.
-Yo
me he convertido en adicta. Es una costumbre que heredé de Jadzia.
-Tu
anterior anfitrión. Julián me habló de ella, según parece era una
mujer extraordinaria.
-Eso
opinan los que la conocieron, pero no estamos aquí para hablar de
ella.
-No.
Norn
siguió bebiendo a pequeños sorbos sin pronunciar palabra. Dax
esperó pacientemente a que su amigo empezara a hablar.
-Creo
que estoy perdiendo el control. No puedo dominarme, estoy
continuamente cambiando de humor y creo que he cometido muchas
tonterías desde que Q me hizo esto.
-Háblame
de ello.
-Creo
que Laurence, Lilandra y Norn están luchando entre ellos por el
control.
-Eso
a sonado como una diagnosis. ¿Quieres quitarme mi trabajo?
-Por
favor Dax, no bromees.
-Lo
siento. ¿Cómo has llegado a esa conclusión?
-Bueno,
no se por donde empezar.
-Por
el principio. Cuando Julián te examinó, parecías calmado. Todo lo
calmado que podría esperarse dadas las circunstancias. ¿Qué
hiciste luego? Háblame de esas tonterías que dices que has hecho.
-Lo
primero fue cuando volví a mi habitación, casi reté a Lars a
demostrarme que aún me ama, creo que ese era Laurence. A la mañana
siguiente estaba con ella compartiendo secretos de maquillaje, esa
era Lilandra. Después ataqué a Q en el turboascensor, creo que Norn
dominaba entonces, aunque Laurence también puso algo de su parte en
ese puñetazo. Más tarde me encaré con la capitán que no me
encerró por insubordinación de puro milagro, no se quien controlaba
entonces. Hace un rato, me descubrí pensando en lo guapo que es
Grant y sintiendo un poco de envidia de T´Brell, mi primera reacción
al ser consciente de lo que pensaba fue de rabia, pero después rompí
a llorar como una niña, esa era Lilandra de nuevo, ella era una
mujer muy sensible.
-¿Y
quién crees que decidió venir a verme dos horas antes de nuestra
cita?
-No
estoy seguro, creo que fuimos los tres.
-Tal
vez no vayas desencaminado en tu hipótesis, pero estas cosas son
complicadas, tendremos que descubrir lo que te sucede, juntos y con
paciencia.
-Pero
ya tienes alguna idea, ¿no?. Acabas de decirme que tal vez no este
desencaminado.
-Es
pronto para sacar conclusiones.
-Especula.
-No
es así como funciona. Ahora relájate y explícame como te sentías
en cada uno de esos episodios. Paso a paso.
--------------------
-Capitán,
nos están llamando, la señal proviene del planeta.
-En
pantalla.
En
la pantalla principal apareció el rostro de un hombre de expresión
grave. Solo la ausencia de nariz lo diferenciaba de un rostro humano,
en el lugar donde debería estar esta, solo había dos orificios
nasales.
-¿Quienes
son ustedes y cuales son sus intenciones?
-Soy
la capitán Esther La Rouge y esta es la nave James T. Kirk, de la
Federación Unida de Planetas. Estamos en viaje de exploración,
nuestras intenciones son pacíficas. Si no somos bienvenidos, nos
volveremos por donde hemos venido.
-Todos
los visitantes son bienvenidos a Nut. Sobretodo cuando vienen como
amigos. Pero, como seguramente habrán podido comprobar, este no es
el mejor momento para una visita de cortesía.
-Hemos
visto el asteroide y hemos calculado su trayectoria, señor...
-Disculpe
mi incorrección, capitán. Me presentaré. Soy Ylom Chatar, Primer
Ciudadano de Nut.
-Deduzco
de sus palabras que no somos los primeros en visitar su planeta.
-Hemos
recibido la visita de representantes del Dominio en más de una
ocasión.
-Nuestra
misión es establecer lazos de amistad con otras culturas, señor
Chatar, y estoy segura que la relación entre nuestros pueblos sería
beneficiosa para ambos.
La
Rouge ya no lo podía decir más claro sin ofrecer directamente su
ayuda.
-El
pueblo de Nut agradecería cualquier tipo de ayuda que pudieran
ofrecernos, capitán La Rouge.
-Primer
Ciudadano, le invito a visitar nuestra nave, traiga con usted a los
científicos que estén estudiando su problema. Juntos encontraremos
una solución.
-Reuniré
un equipo de investigación, volveré a contactar con ustedes una vez
estemos listos.
-Estaremos
esperando.
-Capitán,
una vez más, muchas gracias.
La
imagen desapareció de la pantalla dejando paso a una visión del
amenazado planeta.
-Señor
Glem, organice una reunión de oficiales para dentro de dos horas.
Empezaremos a buscar una solución para el problema al que se
enfrenta esa gente.
-----------------------
Capítulo
4
¿Bailas?
Laurence/Lilandra
Norn entró en la sala de hologramas vestido con un keikogi de
entrenamiento.
-Computadora,
carga el programa Norn-7.
Al
momento se encontró en el interior del templo budista que siempre
usaba como decorado para los momentos de meditación. Miró la gran
estatua de Buda que presidía la gran sala y le hizo una profunda
reverencia. No era budista, de hecho no practicaba ninguna religión,
pero de alguna manera siempre que ponía en marcha el programa, le
parecía que hacerlo era lo correcto. Se sentó en el suelo en la
posición del loto frente a un gran pebetero. Cerró los ojos, aspiró
el intenso olor del incienso y se preparó para sumirse en un
ejercicio de meditación que le había enseñado el anciano Katar,
maestro de Mok´bara. Aún le parecía oír las palabras del viejo
klingon.
-Este
ejercicio te ayudara a mantener tu equilibrio mental... Sin
equilibrio mental, el equilibrio físico es imposible... En el
interior de tu mente están encerrados el guerrero y el filósofo.
Debes encontrarlos, hacer que se confronten y que lleguen a un
acuerdo. Entonces encontrarás el equilibrio.
Laurence,
que por aquel entonces aún no estaba unido a Norn, encontró al
guerrero y al filósofo y consiguió que se pusieran de acuerdo.
Ahora esperaba conseguir lo mismo con sus tres personalidades en
lucha.
-¿De
verdad esperas conseguir algo con esas tonterías klingon?
Norn
reconoció en el acto la voz de Q, pero logró sobreponerse a su ira
y permaneció inmóvil y en calma. El ejercicio mental funcionaba. Un
punto para el anciano Katar.
-¿Vienes
a burlarte de mi, asesino? Pierdes el tiempo. Ya no puedes hacerme
más daño.
-No
seas tan negativo. He venido a ofrecerte un trato.
-¡Ja!
-Lo
digo en serio. ¿Quieres recuperar tu cuerpo?
-¿Y
qué quieres a cambio? ¿Mi perdón?
-Tu
perdón no tiene ningún valor para mi. Soy eterno, ¿recuerdas?
Dentro de mil años nadie se acordará de ti y para mi solo habrá
sido un suspiro. Crees que entonces me importará si me has perdonado
o no?
-Entonces,
¿qué es lo que quieres de mi?
-Me
conformo con un baile.
-¿Qué?
-Un
vals. Baila un vals conmigo y recuperaras tu antiguo aspecto.
-No
lo dirás en serio, no puedes hacerme creer que quieres bailar
conmigo. Eso... eso sería humillante.
-Lo
se. Es por eso que será divertido.
-No.
-Ya
cambiarás de opinión. Me encantará bailar con Lilandra.
Q
desapareció tras su típico chasquear de dedos dejando nuevamente a
Norn a solas. Intentó durante varios minutos reanudar su ejercicio,
pero Q lo había sacado de quicio una vez más. Se levantó, apagó
el programa y abandonó la sala de hologramas.
---------------------
-El
asteroide mide doce kilómetros de diámetro y está formado por
hierro y níquel en un 93%, lo que le da una gran densidad. El
impacto causará una explosión estimada en unos 100 teratones,
producirá terremotos que se saldrán de cualquier escala, tsunamis
con olas de más de 100 metros de alto...Además la explosión
expulsará una gran cantidad de materiales a la atmósfera que creará
una gran nube que cubrirá todo el planeta e impedirá que entre la
luz solar durante meses. Solo algunas criaturas marinas o que vivan
bajo tierra sobrevivirán al impacto. Un 90% de los supervivientes
sucumbirán a las pésimas condiciones en que quedará la superficie.
En
la sala de reuniones del JTK todos estaban pendientes de las
explicaciones que les daba T´Brell. Junto al estado mayor de la
nave, a excepción de Laurence Norn que estaba substituido por Adam
Grant, se encontraban el Primer Ciudadano Ylom Chatar y tres
científicos de Nut.
La
capitán La Rouge se puso en pie y observó los pálidos semblantes
que le rodeaban, se imaginó que ella se vería igual de pálida.
-Creo
que todos conocíamos los efectos de ese impacto,-dijo-pero no está
de más repasarlos para ser más conscientes de ello. Ahora nuestro
trabajo es evitarlo. ¿Alguna idea?
-Debido
a su gran densidad- dijo Grant- los phasers no le harán mella, en
cuanto a un torpedo de fotón, solo lo fragmentaría en tres o cuatro
partes, pero no lo frenaría apenas. El resultado sería
prácticamente el mismo que si impactara de una pieza.
-¿Sería
posible desviarlo usando el haz tractor?-preguntó el comandante
Glem.
-No
tiene suficiente fuerza para desviar un cuerpo con la masa de ese
asteroide.-respondió Mina Lars-
-¿Alguna
sugerencia más?
La
respuesta a la pregunta de La Rouge fue un silencio absoluto.
-¿Cuanto
tiempo nos queda?
-El
impacto se producirá dentro de sesenta y dos horas, capitán.-dijo
T´Brell- Pero debemos actuar antes de cincuenta horas. Para entonces
la cercanía del asteroide empezará a desestabilizar al planeta.
-Bien,
quiero que todo el personal de esta nave empiece a trabajar para
encontrar soluciones. Primer Ciudadano Chatar, usted y sus
acompañantes pueden disponer libremente del equipo científico del
JTK, la teniente T´Brell les mostrará las instalaciones y les
asesorará en su funcionamiento. Eso es todo por ahora, nos
reuniremos de nuevo en ocho horas, a no ser que a alguien se le
ocurra antes una solución.
Todos
los reunidos se levantaron y empezaron a abandonar la sala, solo el
teniente Grant permaneció sentado.
-Capitán,
¿puedo hablar un momento con usted? No quería que Chatar y los
suyos oyeran esto.
-¿De
qué se trata señor Grant?
-Verá,
he estudiado la trayectoria del asteroide. Proviene de un campo de
asteroides situado en las afueras del sistema de Nut, justo en el
lado opuesto por el que nosotros hemos llegado. El caso es que es
imposible que ese asteroide haya adquirido su velocidad actual si
solo se ha escapado del campo de atracción de sus compañeros.
-¿Qué
quiere usted decir?
-Creo
que el asteroide ha sido lanzado adrede contra Nut, capitán.
-¿Dice
que alguien a lanzado un asteroide contra un planeta como el que
lanza una pelota?
-He
consultado con T´Brell antes de presentarle a usted mi teoría, ella
ha confirmado mis cálculos.
La
Rouge recordó entonces las palabras de Q sobre los curiosos deportes
locales y sobre un ejercicio de puntería del que sería víctima
Nut.
-Señor
Grant, active la alerta amarilla, ponga los sensores de largo alcance
a su máxima capacidad, intente descubrir a algún posible causante
de esta atrocidad. Ni una palabra de esto a los nutitas por el
momento.
-Haré
todo lo que esté en mi mano por descubrirlos, capitán.
Grant
abandonó la sala dejando a La Rouge a solas. La capitán miró la
pantalla en la que podía verse el fatídico asteroide y su rostro
reflejó todo el horror que le producía pensar que había alguien
que quería destruir todo un planeta y que era capaz de ello.
------------------
-Ponme
otro de estos, Carlos.
-Ese
sería ya tu tercer amanecer rojo hoy Laurence, creo que es mejor que
te vayas a casa.
Carlos,
el barman de Nivel 10, era de los pocos en el JTK que se dirigía a
los oficiales sin darles su tratamiento, con la sola excepción de la
capitán. Después de todo, solo era el camarero, ni siquiera
pertenecía a la flota.
-Ponme
otro te digo, es una orden.
-Tú
no puedes darme órdenes, no soy uno de tus chicos.
-¿Tendré
que servírmelo yo mismo?
-¿Tendré
que avisar a seguridad?
-¿Seguridad?
¡Ja! Esa si que es buena.
-Si
quieres beber más, vete a tu casa y pídelo a tu replicador, aquí
nadie te va a servir nada más por hoy.
Norn
miró al interior del vaso que aún sostenía en su mano durante un
largo rato, de pronto, sonrió.
-¿Sabes
bailar, Carlos?
-Claro
que se bailar.¿A qué viene esa pregunta?
-Yo
no. El día que repartieron garbo yo no estaba.
-Vete
a casa, Laurence. Y duerme un rato.
-Está
bien, ya que no me quieres aquí, me voy.
Norn
abandonó Nivel 10 haciendo eses bajo la preocupada mirada de su
barman.
---------------------
Capítulo 5
Soluciones simples.
Mina
Lars entró en su habitación y vio a Norn dormido en el sofá,
todavía sostenía un vaso en su mano. Lars cogió el vaso, lo olió
e hizo una mueca de asco. Observó a su marido. El bonito rostro de
Lilandra mostraba un par de chorretones en sus mejillas. Había
llorado otra vez, esto le estaba destrozando. Llorar,
emborracharse... no era propio de Laurence. Se preguntó que sería
de su matrimonio si Laurence no recuperaba su cuerpo. Ninguna de las
alternativas que le vinieron a la mente le gustó. Norn pareció
notar su presencia y abrió los ojos.
-Hola
cariño.-dijo-¿Cómo ha ido el día?
-Éstas
borracho.
-Si,
he estado bebiendo. No tenía nada mejor que hacer.
-Pues
yo si que tengo trabajo, así que vete a la cama a dormir la mona y
déjame tranquila.
-¿De
qué se trata? ¿Puedo ayudar?
-No
estas en condiciones de ayudar en nada.
-Tampoco
te hará ningún mal contármelo.
Lars
se dio cuenta de que su marido no se movería de allí hasta que se
lo contara. Pensó que, tal vez, si lo contaba en voz alta, eso le
ayudaría a dar con una solución, así que le explicó el problema
con el asteroide.
-...Así
que no podemos dispararle ni remolcarlo.
Norn
sonrió y a Lars le recordó esa media sonrisa que ponía Laurence
cuando se le ocurría alguna picardía.
-Entonces
haced las dos cosas.
-¿Qué?
-¿Cuanto
tiempo queda?
-Cincuenta
y nueve horas
-Tiempo
suficiente.
-¿Suficiente
para qué?
-Para
disparar un torpedo al asteroide y luego desviar los fragmentos uno a
uno con el rayo tractor.
Lars
miró sorprendida a su marido. La solución era tan sencilla que no
entendía porque no se le había ocurrido a nadie.
-Y
ahora me voy a dormir la mona-dijo Norn, y se metió en el
dormitorio.
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-Nunca
dejará de sorprenderme la capacidad que tiene su marido de encontrar
las soluciones más simples a los problemas más complicados-dijo La
Rouge.
-Puede
que sea simple, pero es viable -intervino T´Brell-.Pero tendremos
que actuar enseguida.
-Entonces
pongámonos a ello. Todos a sus puestos. Avisen a nuestros invitados
y que se presenten en el puente.
El
JTK empezó a bullir de actividad a fin de poner en práctica el
plan. Mientras tanto, el artífice de dicho plan estaba tumbado en su
cama durmiendo la borrachera.
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-¿Todo
a punto señor Grant?
-Todo
a punto, capitán.
En
el puente del JTK todos estaban pendientes de la pantalla principal
en la que se podía ver un primer plano del asteroide.
-¡Qué
emocionante! ¿Verdad?
El
que había pronunciado estas palabras no era otro que Q, que había
aparecido súbitamente detrás de la capitán.
-Q,
si no quitas tus manos de mis caderas, te quedarás sin ellas.
-Esther,
cariño, eres demasiado dura.
-Y
deja de llamarme cariño.
-Lo
que tu digas, preciosa.
La
Rouge cerró los ojos y contó mentalmente hasta diez.
-Si
vas a quedarte por aquí, ponte donde no estorbes.
-A
sus órdenes, mon capitaine.
Q
se sentó en la silla de la capitán y se limitó a observar.
-Señor
Grant...¡Fuego!
Grant
pulsó los controles adecuados y todos pudieron ver como el torpedo
volaba hacia el asteroide y como impactaba causando una gran
explosión.
-Informen,
-El
asteroide se ha fragmentado en cuatro partes, capitán.-dijo T´Brell
desde su consola.-Hay varios fragmentos menores pero no suponen
ninguna amenaza. Se desintegrarán al contacto con la atmósfera.
Todos
aplaudieron con entusiasmo las palabras de T´Brell.
-Aún
no hemos terminado nuestra tarea-dijo La Rouge-...Vamos a desviar
esos fragmentos, empecemos por el más grande.
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Norn
estaba tomando un café muy cargado en un vano intento de aliviar la
resaca cuando sonó el avisador de la entrada.
-Pase.
Ezri
Dax entró en la habitación con el rostro muy serio, miró fijamente
a Norn y frunció el ceño.
-Teníamos
una cita hace media hora.
-Lo
siento, no me encontraba bien.
-Ya
me han contado el numerito que montaste en Nivel 10. Tienes un
aspecto horrible.
-Había
olvidado las resacas tan espantosas que produce el Amanecer Rojo.
-Emborrachándote
no solucionaras nada y lo sabes.
-Tal
vez no, pero lo hace más llevadero.
-Si
sigues por ese camino, arruinarás tu carrera y también tu
matrimonio.
Norn
bajó la mirada y permaneció en silencio varios segundos.
-No
se lo estoy poniendo fácil a Lars, ¿verdad?
-Esto
es tan duro para ella como para ti. Teme perder al hombre que ama.
-¿Te
lo ha dicho ella?
-No
necesita decírmelo, puedo verlo en su rostro.
-Me
siento perdido Dax. No se que hacer.
-Seguir
tu terapia. Por hoy lo dejaremos correr, pero mañana quiero que
vengáis los dos a verme.
-Está
bien, allí estaremos, te lo prometo.
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-Y
bien, consejera. ¿Como le va al señor Norn?
-Me
tiene preocupada, capitán. Sufre continuos cambios de humor. En un
momento parece llevarlo bien y al siguiente cae en una depresión y
después se pone furioso. Primero ríe, después llora y finalmente
grita de rabia. Julián piensa que el súbito cambio hormonal al
pasar de hombre a mujer, le ha desestabilizado.
-Pero
usted cree que hay algo más.
-Laurence
amó a Lilandra y ahora, de pronto, él tiene el cuerpo de Lilandra.
Creo que inconscientemente está dejando paso a Lilandra para que
esta pueda volver a vivir. El dice que en los episodios en que ha
llorado era Lilandra la que lo hacía, yo creo que no es así. Creo
que el que llora es Laurence. Llora por Lilandra y por Lars. Si deja
volver a una perderá a la otra, pero si no lo hace, en su mente,
sera como dejar morir otra vez a la primera.
-¿Qué
hay del simbionte Norn?
-Se
desentiende. Creo que la presencia de Q en la nave es lo único que
le interesa. También él me tiene preocupada.
-¿Podrá
Laurence Norn superar esta crisis? Porqué es a él, no a Lilandra,
al que necesito en esta nave.
-Tratar
a un trill unido ya es difícil, capitán. Tratar a un humano unido,
es algo completamente nuevo. No puedo responder a esa pregunta, aún.
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La
capitán La Rouge entró en su despacho y a los dos pasos se detuvo
sorprendida por el espectáculo. Toda la habitación estaba llena de
tulipanes.
-¿Es
qué nunca te vas a cansar de este juego, Q?
-No,
hasta que encuentre una flor que te guste.
-No
se trata de las flores, se trata de ti.
-Solo
quiero que seamos amigos. Dame una oportunidad.
-La
amistad no se gana con regalos.
-Si
no quieres regalos entonces tal vez aceptes mi ayuda como prueba de
mis buenas intenciones.
-¿Ayuda
para qué?
-Para
conocer a los que se dedican a hacer puntería con los asteroides.
-¿Sabes
quienes son?
-Confía
en mi-dijo Q tendiéndole la mano a la capitán.
La
Rouge dudó un momento, pero finalmente cogió la mano de Q y ambos
desaparecieron en un fogonazo de luz blanca.
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Capítulo 6
Ash-Tanir
-Comandante,
el último fragmento ya está encaminado.
Glem
se levantó de la silla de mando y se situó detrás del timonel.
-Bien,
señor Flores, puede soltarlo.
Flores
desactivó el rayo tractor y el último fragmento siguió a sus
compañeros camino del sol de Nut. Glem pulsó su comunicador.
-Glem
a La Rouge. -No hubo respuesta. Glem insistió con los mismos
resultados negativos.
-Computadora,
localiza a la capitán La Rouge.
-La
capitán La Rouge no se encuentra a bordo.
-¿Qué
diablos...? Computadora, ¿cuanto hace que la capitán se halla
ausente?
-Doce
minutos cuatro segundos.
-Comandante,
no falta ninguna de las lanzaderas- dijo Grant.
-¡Paro
total! Sensores al máximo, busquen cualquier rastro de la capitán.
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Q
y La Rouge aparecieron en una populosa calle. La gente que circulaba
por ella eran humanoides, pero su piel estaba cubierta de escamas y
algunos lucían una pequeña cresta roja en la cabeza, parecían una
raza reptiloide, a La Rouge le recordaron un poco a los Gorn. Todos
vestían túnicas de variados colores, a excepción de unos pocos,
que llevaban prendas de un estilo más militar y portaban espadas
colgando a la espalda. No se veía tránsito rodado de ningún tipo,
a excepción de algunos carros tirados por unos grandes reptiles.
-¿Donde
estamos?
-El
nombre del planeta, es Ash-Tanir. En el idioma de esta gente
significa Esfera Luminosa. Se llaman a ellos mismos los ashann.
-¿Y
estos son los que han lanzado el asteroide contra Nut?
-Si.
Míralos, ¿ves los colores de las túnicas? Su sociedad se divide
por castas, el color de la túnica es indicativo de la casta a la que
pertenecen. Están los comerciantes, con túnica marrón; los
esclavos, con túnica negra...hay 17 castas distintas y la que domina
a todas y dirige el planeta es la casta de los guerreros. Son los que
llevan la espada.
-¿Cómo
es que nos ignoran? Deberíamos llamar la atención. No creo que
hayan visto muchos humanos por aquí.
-Ellos
nos ven como una pareja nativa, un pequeño truquito mio,
naturalmente pertenecemos a la casta dominante.
-Naturalmente.
-¿Porqué
quieren eliminar a los nutitas?
-Para
eliminar a la competencia. También están en los inicios de la
tecnología warp, aunque un poco más avanzados que los nutitas.
Pretenden colonizar todo el sector y ven a los nutitas como un futuro
rival en sus ansias de expansión.
-Un
pueblo belicoso.
-Pero
también capaz de cosas hermosas, ahí tienes un buen ejemplo.
Q
le señaló una gran estatua que representaba a un ashann de la casta
guerrera. Estaba montado sobre un reptil que se sostenía sobre sus
patas traseras. La figura del guerrero sostenía una espada en alto.
El artista había hecho un trabajo soberbio, la estatua parecía
viva, daba la impresión de que iba a cargar contra el observador.
-Representa
a un gran héroe del pasado. Kassán el conquistador. El fue el que
unificó el planeta.
-Es
un trabajo magnífico. Parece viva. Pero ¿porqué me has traído
aquí? ¿Qué pretendes mostrarme exactamente?
-Solo
quería que los conocieras, míralos bien, la gran mayoría son gente
pacífica, que se limita a vivir su vida sin molestar a los demás.
No quería que juzgases a todo un pueblo por las decisiones de sus
gobernantes.
-Nunca
lo habría hecho, es una de las primeras cosas que aprendes en la
academia de la flota.- La Rouge miró a su alrededor. -Guerreros con
espadas, carros tirados por animales... esta gente parecen vivir en
la Edad Media. ¿Seguro que tienen tecnología warp?
-Solo
la casta dominante tiene derecho a usar tecnología avanzada, mira
allí.
La
Rouge miró hacia el punto al que señalaba Q. Cruzando el cielo
sobre la población vio un vehículo volador de diseño parecido a
las lanzaderas de la JTK.
-Bien,
¿quieres ver como lo han hecho?
-Me
gustaría.
-Dame
la mano.
-------------------
La
Rouge y Q aparecieron en el espacio, desde allí podían ver un
asteroide de aspecto parecido al que había amenazado Nut.
-¡Dios
mio! Estamos en el espacio exterior. ¿Cómo es posible que no sienta
el frío ni la falta de oxígeno ni...
-Es
cosa mía, mientras no sueltes mi mano no te pasará nada.
La
Rouge cogió más fuerte la mano de Q y miró a su alrededor, de
pronto lo vio. Era un aparato enorme. Un gran cubo metálico del que
surgían tres grandes apéndices. Q hizo que se desplazaran hacia el
objeto.
-Debe
de medir varios kilómetros de lado.
Circundaron
el objeto y La Rouge pudo ver su parte trasera, esta compuesta por
decenas de toberas.
-Son
motores de combustión- dijo Q. -Usaron tecnología más antigua por
que les era más cómodo de montar. Tardaron casi una década en
terminarlo. Supongo que ya habrás imaginado como funciona.
-Supongo
que esos tres brazos sujetan el asteroide y luego lo empujan usando
los motores.
-Exacto.
-¿Porqué
abandonarlo aquí?
-Es
más económico, si algún día lo necesitan de nuevo solo tienen que
traer el combustible.
-Ya
he visto suficiente, por favor, volvamos al JTK.
-----------------------
Norn
y Mina entraron en la consulta de la consejera Dax.
-Por
favor sentaros. ¿Queréis tomar algo? ¿Té, café...?
Ambos
negaron con la cabeza.
-Os
he hecho venir a los dos porqué esto también te afecta, Lars. ¿Cómo
os sentís al respecto?
-Desorientado.
-Asustada.
-¿Qué
es lo que te asusta, Lars?
-Temo
no poder seguir adelante con esto. Amo a Laurence, tanto como para
desear seguir con nuestra relación. Pero todos mis instintos
contradicen a lo que dice mi mente.
-¿Porqué
eso te llevaría a tener relaciones sexuales con una mujer?
-Dicho
así suena muy crudo, pero si, básicamente es eso.
-Soy
un imbécil.
Mina
y Dax miraron a Norn. Sus palabras fueron inesperadas.
-¿Porqué
dices eso?-preguntó Dax.
-Porque
se como solucionar esto, solo que mi arrogancia no me lo ha permitido
hasta ahora.-Miró fijamente a Mina y la besó en la mejilla.
-Te
quiero.-dijo poniéndose en pie.- Está bien Q, tu ganas. Lo haré.-
Y entonces desapareció ante la atónita mirada de las dos mujeres.
---------------------
Capítulo 7
Bailando con su enemigo
La
capitán La Rouge se materializó en el puente del JTK ante el
asombro de todos los presentes.
-¡Capitán!-Dijo
el comandante Glem-¿Donde ha estado?
-Luego
le cuento, comandante.
La
Rouge se sentó en su sillón de mando y tecleó en los controles del
apoya brazos.
-Timonel,
ponga rumbo a estas coordenadas.
-Capitán,
eso nos llevará al campo de asteroides.
-Lo
se, llévenos allí señor Flores.
-Coordenadas
fijadas, capitán.
-En
marcha.
---------------------
Norn
se materializó en una inmensa sala de baile donde le estaba
esperando Q vestido con un elegante frac. Al fondo de la sala podía
verse una orquesta completa. Una de las paredes era un gran espejo,
lo que aumentaba la sensación de inmensidad de la sala. Norn pudo
verse reflejado en ese espejo y vio que llevaba un bonito vestido de
baile de color blanco con bordados dorados que se ajustaba
perfectamente al cuerpo de Lilandra. Q se le acercó y le hizo una
reverencia.
-¿Bailamos?-
dijo tendiéndole la mano izquierda.
-¿Es
necesario lo del vestidito?
-¿No
querrás bailar con el uniforme, verdad?
Norn
cogió la mano de Q y apoyó la otra en su hombro.
Q
sonrió y le rodeó la cintura.
-Música
maestro-dijo, y la orquesta empezó a interpretar los primeros
compases de Danubio Azul.
Norn
dejó que los recuerdos de Aura, su segundo anfitrión, fluyeran a
su mente consciente, ya que ella había sido una gran bailarina. Se
sorprendió a si mismo cuando empezó a girar con Q sin perder el
compás. Cerró los ojos y se dejó llevar por la música. Q no se
quedó atrás y demostró ser un bailarín excelente, en los compases
mas acelerados, los pies de Norn casi no tocaban el suelo al dejarse
llevar por Q. Giraron y giraron por toda la sala siguiendo los
compases de Strauss y cuando terminó la pieza y se saludaron con
sendas reverencias, ambos estaban sin aliento.
-¡Vaya!-
dijo Q. -Ha sido mejor de lo que esperaba.
Norn
hizo una leve mueca.
-Odio
admitirlo-respondió. -Pero lo cierto es que lo he disfrutado.
-Bueno,
tú has cumplido con tu parte del trato, ahora me toca a mi.
Q
chasqueó los dedos y ambos desaparecieron.
----------------------
-Capitán
hemos llegado a las coordenadas-dijo el teniente Flores.
Glem
estaba observando la pantalla principal.
-¿Qué
demonios es eso?
-Eso,
comandante es lo que han usado para lanzar el asteroide contra Nut.
-¿Y
qué piensa hacer con ese trasto?
-Pienso
destruirlo inmediatamente.
-Capitán,
le recuerdo que la primera directriz...
-¡Al
diablo con la primera directriz! No pienso permitir que vuelvan a
usar ese trasto diabólico. Señor Grant, cargue un torpedo de fotón.
-Torpedo
cargado, capitán.
-¡Fuego!
El
torpedo impactó contra el artefacto alienígena y lo destruyó en
medio de una gran explosión.
-Y
ahora vamos a visitar a sus constructores-dijo La Rouge.- Estas son
las nuevas coordenadas, señor Flores.
-Coordenadas
fijadas.
-En
marcha.
-------------------
Q
y Norn se materializaron sentados en sendos sillones. Estaban frente
a frente y entre ellos había una mesita en la que podía verse un
montón de periódicos y revistas. Q estaba vestido esta vez con un
traje levita muy elegante, entonces Norn se dio cuenta de que volvía
a ser Laurence y que él también estaba vestido con un traje levita.
Antes de que Norn tuviera tiempo de decir nada, se les acercó un
hombre que les saludó con una leve inclinación.
-¿Qué
desean tomar los señores?-pregunto.
-Tráiganos
dos coñacs-dijo Q. -Te encantará, el coñac que sirven en este club
es extraordinario.
El
camarero se marchó sin pronunciar otra palabra. Norn observó el
lugar al que lo había traído Q. Vio a varios grupos de hombres,
todos ellos elegantemente vestidos, pero con ropas muy anticuadas,
parecidas a las que llevaban Q y él. El local era un gran salón en
el que estaban repartidos en grupos varios sillones del mismo estilo
que los ocupaban ellos dos. En un extremo había una mesa de billar
donde dos hombres jugaban una partida de snooker.
-¿Donde
estamos?
-En
la Tierra, en el Londres de 1812, en un exclusivo club para
caballeros.
-¿Y
qué se supone que vamos a hacer aquí?
-Tenemos
que hablar.
En
ese momento regresó el camarero llevando en una bandeja dos copas de
coñac, las dejó encima de la mesilla que los separaba y se marcho
tan silenciosamente como había venido.
-Te
preguntaras a que ha venido exactamente todo eso de convertirte en
Lilandra y la tontería esa del baile.
-Querías
humillarme.
-Si,
pero no sabes porqué quería hacerlo.
-Tú
me lo dirás.
-Lo
he hecho para vengarme por estar todo ese tiempo acusándome de la
muerte de Horam.
-¿Pretendes
hacerme creer que no lo hiciste?
-Eso
es exactamente lo que pretendo. Si es que me das la oportunidad de
hacerlo.
-Tendrás
que ser muy convincente.
-Prueba
el coñac, te aseguro que es excelente.
Q
se llevó la copa a los labios y Norn le imitó. El coñac era, en
efecto, excelente.
-¿Qué
recuerdas del incidente?
-Horam
murió enseguida, un trozo de techo se desprendió y le cayó encima.
El y otra persona más fueron las únicas víctimas, los demás
pudieron salir antes del derrumbe. Todo lo se por lo que leí más
tarde, cuando ya era Torin Norn. El edificio se desplomó porque,
según descubrieron al examinar las ruinas, no estaba en condiciones.
Necesitaba una rehabilitación que nunca se llevó a cabo, al
parecer, por razones burocráticas. Todos los demás edificios de la
zona resistieron el terremoto.
-Muy
bien, ¿qué más?
-¿Qué
más? Déjame pensar...Si, ahora recuerdo que los ingenieros que
investigaron las ruinas se sorprendieron del mal estado del edificio.
Dijeron que era increíble que resistiera tanto rato en pie. Muchos
lo calificaron de milagro y...
Q
sonrió. Norn no podía creerlo.
-¿Tú
sostuviste el edificio? ¿Tú salvaste a esa gente?
-Lamento
lo de Horam. Pero no pude hacer nada por él, murió antes de que yo
empezara a actuar. Lo siento de veras.
Norn
permaneció en silencio varios minutos. Si, todo cuadraba. Además, Q
podía ser muchas cosas, pero no un mentiroso. Nunca había renegado
de ninguna de sus fechorías, es mas, se vanagloriaba de ellas,
-Creo
que te debo una disculpa.
-No
es necesario, ya he tomado mi venganza, ¿recuerdas?
-Aún
así, te presento mis disculpas.
-Aceptadas.
---------------------
El
JTK se hallaba en la órbita de Ash-Tanir. Todos los que estaban en
el puente se preguntaban como la capitán había encontrado ese
planeta.
-Capitán,
recibo una comunicación proveniente del planeta, nos están
llamando.
-En
pantalla.
El
rostro reptilesco de un ashann apareció en la pantalla principal.
-Son
muy osados al atreverse a venir aquí después de destruir nuestro
removedor. Bajen sus escudos y depongan sus armas, serán detenidos y
juzgados por atentar contra la propiedad del pueblo ashann.
-Dudo
mucho que puedan obligarnos a ello. Hemos venido a darles una
advertencia.
-¿Advertencia?
-Dejen
en paz a la gente de Nut. Si vuelven a atentar contra ellos deberán
atenerse a las consecuencias.
-¿Cree
que puede asustarnos con sus amenazas?
-Tal
vez sus amenazas no te asusten, Graal, pero las mías seguro que
si.-intervino Q que había aparecido de pronto en el puente de mando.
-¡Q!
¿Estas con esta gente?
-Así
es, son mis amigos y si no haces lo que te dicen, reduciré vuestro
miserable planeta al tamaño de una semilla de miral.
-¡No!
Haremos lo que dicen, pero déjanos en paz, Q.
El
ashann cortó la comunicación y La Rouge se volvió hacia Q.
-Veo
que te conocen.
-Hemos
tenido nuestras diferencias, nada que deba preocuparte.
-Señor
Flores,- dijo la capitán sonriendo por lo bajo. -Ponga rumbo a Nut,
dejaremos a nuestros pasajeros en su casa.
-Ahora
debo dejarte por un rato, cariño. Tengo que despedirme de un amigo
Q
chasqueó los dedos y desapareció.
-----------------------
Q
y Norn se materializaron en la habitación de este último.
-¿Te
apetece un bourbon?- preguntó Norn.- No tiene la calidad del coñac
al que me has invitado, pero no está nada mal.
-¿Porqué
no?
Minutos
más tarde, Mina Lars entraba en la habitación y los sorprendía
manteniendo una agradable conversación con una copa en la mano. La
escena la sorprendió tanto que tardó algunos segundos en ser
consciente de que su marido volvía a ser el de siempre.
-¡Laurence!-gritó
arrojándose a sus brazos. Durante un rato se abrazaron y se besaron
ante la divertida mirada de Q.
-¿Vais
a explicarme que esta pasando aquí? Lo último que esperaba ver era
a vosotros dos charlando y bebiendo como buenos amigos.
-Dejaré
que sea Laurence quien te lo explique, querida.
Q
besó galantemente la mano de Lars.
-Antes
de que te marches me gustaría pedirte un favor.
-Tú
dirás amigo.
Laurence
se acerco a Q y le habló al oído. Q debió de encontrar lo que dijo
muy divertido porqué mostró una ancha sonrisa. Seguidamente hablo
al oído de Laurence y después se esfumó.
-Estabais
los dos muy raros. ¿Qué le has pedido?
-Ahora
lo veras-
Laurence
rodeó la cintura de Lars, chasqueó los dedos y ambos
desaparecieron.
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La
capitán La Rouge, estaba en su despacho redactando el informe más
extraño de su vida.
-Hola,
preciosa. He venido a despedirme.
-Q,
te esperaba.
-¿De
veras?
-Así
es, quería darte las gracias por tu ayuda en este feo asunto.
-¿Para
qué están los amigos sino?
-¿Con
quién vas a meterte ahora?
-He
oído por ahí que a mi viejo amigo Will Riker le han nombrado
capitán y le han dado su propia nave. Quiero ir a felicitarle.
La
Rouge sonrió.
-¿Puedo
venir a visitarte de vez en cuando?
-Claro,
pero con una condición.
-¿Cual?
-Nada
de “cariño”, “preciosa” y similares.
-No
prometo nada.
Q
se acercó a la capitán y le dio un suave beso en la mejilla. Luego
hizo aparecer una rosa roja de largo tallo y se la entregó.
-Esta
no puedes rechazarla, Esther.
-Es
preciosa, gracias.
-Au
revoir, mon capitaine.
-Adiós.
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Epílogo
Laurence
y Lars aparecieron en la sala de baile. Laurence iba vestido de frac
y Lars llevaba un vestido idéntico al que había llevado Lilandra.
-Música
maestro.
Laurence
rodeo el talle de su esposa y se pusieron a bailar.
-¿Cuando
has aprendido a bailar tan bien?
-Lo
heredé de Aura, pero no me había dado cuenta hasta hace muy poco.
-¿Tiene
algo que ver con el cambio que habéis experimentado tú y Q?
-Ya
te lo contaré en otra ocasión, ahora disfrutemos del baile.
-Háblame
de Lilandra, nunca me has contado como os conocisteis.
-Fue
en DS7 durante la guerra con el Dominio. Una vez tuve que llevar a
analizar unas muestras de contrabando al laboratorio, Lilandra
trabajaba allí, y...
FIN
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