SECCIÓN31/COMANDO DELTA Cap. 43

Capitulo 43 (Spapak)

Rekk estaba cansado, su adversario era muy ducho en lucha Klingon. Aún no había podido verlo, ya que su contienda se desarrollaba en plena obscuridad.

Tras un par de golpes, se retiró como si estuviese agitado,para engañar al contrario, pero este no cayó en la trampa, permaneció en la sombra, esperando...
Pero Rekk era perro viejo, en lugar de atacar llegó hasta el bulbo de luz y lo encendió. La sorpresa dio paso a la indignación.  Un hombre de unos treinta años se erguía ante él con un Bath´Leth de ceremonia y con un ropaje extraño.

-¿Quién eres?

-Tu ejecutor, ya estás viejo, tu pupila no te volverá a ver.

-Probablemente, pero me vengará.

-No creo, su ridículo comando será el próximo en caer.

-Todo eso si antes consigues vencerme.

-¿Acaso lo dudas...?

Y atacó con un molinete a una mano. Rekk apenas pudo apartarse, y la punta superior del arma le dejó un recuerdo en la mejilla.

-Eres bueno.

-He tenido cientos de años para entrenarme.

-No son los años, es la experiencia en combate.

Inició un ataque Th´ut, que le llevó al lado del joven, que se defendió con un Ma´tec, pero no se dio cuenta de que esa defensa deja vulnerable parte del abdomen, y hay que retirarse, no lo hizo, y por ahí entró el Mek´Leth de Rekk, que había desenfundado con la mano libre.

-Honor y muerte, extranjero.

Su opositor cayó al suelo, y cuando el Klingon iba a registrarlo se difuminó en una niebla verde.

-Pero qué...

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En el planeta, Ris monitorizaba al comando.

-Ya llegan.

-Menos mal.

-He oído que te llamaba Rekk.

-Fisgona.

-Ya..., y qué...

-Algo muy extraño. Tengo que ir a Q´Onos.

-¿Y los chicos.?

Cuéntales algo...

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-Hola Rekk.

-JulianK, sigue siendo un honor verte.

-Y para mi probar tu vino de sangre. ¿Puedo saber por qué me llamaste?

-Por algo muy curioso. Luché con un adversario que casi me supera.

-Imposible, yo no estaba aquí...

-No... no tú... alguien curioso que sabía todas nuestras técnicas, y manejaba el Bat'leth casi como yo.

-Pero le venciste...

-Con mucha suerte. ¿Deberías decirme algo?

-De momento no. ¿Ocurrió algo especial?

-Si, cuando lo maté se disolvió en una especie de neblina...

-¿Verde?

-Si. ¿Cómo lo sabes?

-Me temo que esto ha tomado un sesgo peligroso, amigo mío, ten cuidado, son letales, y no se paran ante nada.

-Pero, ¿quienes son?

-Te mantendré informado

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-Ris, creo que tenemos un problema..., y grande.

-No me asustes.

-Tengo que ir a ver... ya sabes a quién.

-¿Pero es a ese nivel?

-Peor. Creo que este asunto es cuestión de ver qué ocurre cuando una civilización cae.

-No me estarás hablando de...

-Sí, no me cabe duda, hay pruebas fehacientes.

-¿Y cómo lo vamos a enfocar?

-De momento no puedo decirles nada, tengo que viajar muy lejos.

-Ni lo menciones, hay oídos en todas partes.

-Mas pronto o mas tarde lo sabrán, pero debo pedir permiso a...

-Si, vete, y vuelve... cuando demonios sea.

-Discúlpame con ellos, en cuanto vuelva les explicaré a qué nos enfrentamos, su entrenamiento deberá cambiar sustancialmente.

-Lo sé.

-Te quiero.

-Vuelve de una pieza.


Continuará...