STAR TREK - JTK

Star Trek-JTK narra las aventuras de la nave de la Federación de Planetas Unidos -USS James T. Kirk-.

La acción se inicia unos tres años después de los hechos narrados en DS9.

martes, 28 de agosto de 2018

SECCIÓN 31/COMANDO DELTA Cap.10


                                         Cap.10 (Thargor)
Unos momentos antes……

Las dos mujeres se alejaron de la terraza, con una ligera sonrisa en sus labios, eran conscientes de que por fin tenían un poco de acción y no iban a desaprovechar la ocasión.

En cambio las caras de Dax y Thargor eran serias y amenazantes, estaba claro que la amenaza de Dax, no le sentó nada bien a Thargor, el cual se levantó violentamente de su silla, se alejó del lugar sin dejar de mirar al Trill, y se adentró en las bajas áreas de la base, con paso firme.
Thargor entró en lo que podría llamarse una posada, y se fue directamente a la habitación que tenía contratada. Y allí explotó.



-¡Pero qué demonios se cree ese Trill! No tiene ni idea de con quien está tratando, amenazarme a mí, está claro que su bicho tiene demencia senil, se acordara del nombre de Thargor. ¡De eso puede estar seguro!

Mientras se desahogaba consigo mismo, Thargor empezó a montar una serie de artilugios y los puso encima de la mesa, acto seguido los encendió y se puso delante de ellos.

-Está claro que no tiene ni idea de quien es JulianK, joder! ¡Buscarme a mí, joder!

Mientras renegaba, Thargor se auto escaneó múltiples veces, buscando algún tipo de sensor, baliza o cualquier elemento adherido a su cuerpo, su paranoia crecía al mismo tiempo que los resultados iban siendo negativos.

-No puedo estar limpio, ese tipo jamás me dejaría limpio, a menos que…. ¡Joder!, se los ha colocado a los otros. ¿Pero cuando? !Mierda!, ya estarán en la embajada vulcana.

Ni recogió los artilugios, Thargor salió escopeteado de la habitación, solo se llevó su mochila y su cinturón de trabajo.
  ---------
El barullo de gente era impresionante, era un auténtico caos, la gente se escondía debajo de los asientos, salía a la carrera sin dirección clara o simplemente se quedaban como estatuas pero sin parar de gritar o chillar. A Thargor parecía no afectarle en absoluto el caos generalizado, se dirigió a la puerta principal del magnífico salón de actos en donde se tenían que celebrar los primeros acuerdos entre las dos delegaciones y salió como si con el no fuera la historia, con toda naturalidad cerraba su cinturón y dejaba caer unos componentes al suelo que se desintegraban al instante.
Fue sorteando pasillos y gente alborotada, dirigiéndose a la zona de embarque.


En ese mismo momento, B’Elena  y T’Alize, salían de la habitación, tenían claro que esa habitación no era un sitio seguro, y fue, cuando sorteaban a una parte de la delegación vulcana, que en el corredor de la derecha vieron a Thargor alejándose.

-¿T’Alize? ¿Ese no era Thargor?

-Sí, sí que lo era, pero nos ha ignorado por completo. ¿Qué demonios está pasando aquí?

B’Elena saco su comunicador y se puso en contacto con Dax.

-Llorenç, estas al tanto de las noticias del…….

-Si, ¿no podíais haber esperado un poco? ¿Tanta ansia teníais de terminar la misión?

-Primero, nosotras no hemos sido, segundo,  no tenías que enviar a Thargor a controlarnos, y tercero, me estoy hartando de que no me dejes acabar mis frases.

-¿Thargor, en la embajada? Se suponía que tenía que estar escondido.

Acto seguido en los comunicadores de los cuatro integrantes del grupo sonó la voz del Dax con dureza.

-Estoy en la habitación 170 del hotel “Darmok en Tanagra”, ya estáis tardando en aparecer por aquí, y, Thargor, ¿qué demonios haces en la embajada?

-¡Acabar con esta tontería! Ya me harté de ser parte de este grupo de perdedores, conmigo no contéis ni para ir a Risa, tengo problemas más grandes que solucionar.

-¿Qué demonios me estas contando? Reúnete con los demás, o te arrepentirás más pronto que tarde.

El silencio fue la única respuesta que obtuvo Dax, que lanzó la mesita por los aires redecorando la pared blanca que tenía enfrente.

-Thargor, sé que me oyes, te consideraba un enclenque humano, pero he de admitir que los tienes bien puestos para hacer lo que has hecho, te llevas la admiración de una klingon.

Un seco ¡Gracias!, sonó en el comunicador de la klingon.

En la habitación minutos después tres integrantes del grupo estaban reunidos alrededor de una mesa y con una silla vacía, la cara de Llorenç rezumaba ira, la de B’Elena era de felicidad y T’Alize mostraba su habitual aspecto vulcano.

Mientras, en la base, el mismísimo Jean Luc Picard había tomado el control de las negociaciones y gracias a él las dos delegaciones seguían en sus aposentos y con ganas de reanudarlas.
La noticia cayó como un jarro de agua fría en el grupo. B’Elena rompió el silencio.

-Picard, al mando de las negociaciones, esto se pone interesante, si antes era difícil, ahora es imposible.

-Imposible para ti, seguro que hay una pequeña brecha de seguridad en algún sitio, solo es cuestión de encontrarla.

-Tú no conoces a Worf, sus diseños de seguridad son perfectos

-La perfección no existe, siempre hay fallos.

-¡Queréis dejar de discutir tonterías! Está claro que el ataque de Thargor no ha servido para nada -interrumpió Dax. -Teníamos una misión y esta no ha sido ejecutada, con o sin Thargor, debemos llevarla a cabo.

La puerta de la habitación se abrió de repente, todos pegaron un salto apuntando con los phasers a la silueta que se recortaba en la luz exterior, un silencioso Thargor entró y se sentó en la silla vacía. Miro con desprecio a Dax,  y se quedó mirando a B’Elena y T’Alize 


-Me echabais de menos ¿Verdad princesas? Ya estoy aquí, no temáis, estáis a salvo conmigo.

Las dos mujeres se miraron con cara de total perplejidad, y acto seguido se echaron a reír, mientras empujaban la silla de Thargor que caía irremediablemente al suelo.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario